No puedo dejar de rememorar la humildad con que Horacio venía a las reuniones nuestras y escuchaba más de lo que hablaba.

Es por lejos, uno de los que se ganó un lugar entre los grandes intelectuales de la Argentina.

Y a nosotros se nos dió el privilegio de haber compartido la cálida sencillez de un hombre sabio.

Si de algo te sirve Liliana en este momento de dolor, nosotros somos un puñado más de los tantos que vamos a extrañarlo.

(*) Secretario General de la CTA de lxs Trabajadorxs.

Foto: Revista Cabal.

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