Hoy más que nunca el desafío de los jóvenes en relación al Sistema Previsional es proteger lo construido y continuar avanzando siendo parte de la construcción de lo que falta. Desde la Secretaría de Jubilaciones nos reconocemos siendo protagonistas de este nuevo tiempo.

Al confluir las luchas que hemos dado los Trabajadores a lo largo de nuestra historia con la recuperación y promoción de políticas públicas de inclusión encaradas desde el Estado en la última década, logramos como sociedad revertir la idea neoliberal de capitalización individual, impuesta por el marketing, los intereses de la banca internacional y sus socios locales.

Recuperamos así, para beneficio de los trabajadores, la idea de Justicia Distributiva de un Sistema Previsional SOLIDARIO Y DE REPARTO.

Muchos hombres y mujeres, incluidos los trabajadores de la Educación, sufrimos en carne propia las políticas implementadas en los años 90, que produjeron cambios estructurales e incidieron sobre el cercenamiento de los derechos previsionales.

En los 90, el neoliberalismo gobernante avanzó con su proyecto, logrando que el proceso de privatizaciones de “lo público” de aquellos años se hiciera con la aceptación de buena parte de la población, que adhirió a los “cantos de sirena” presentados por los comunicadores del establishment. Parte de un estratégico y promovido plan de desprestigio de empresas y organismos dependientes del Estado, que generó y justificó a la vez la necesidad del “cambio”.

El sistema jubilatorio, alcanzado por la ola privatizadora, vio nacer a las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), empresas privadas con fines de lucro, publicitadas ante la sociedad casi como cajas de ahorro generadoras de altos intereses que auguraban una jubilación millonaria... ¡nada más falso!

...Pero, si de algo sabe el Neoliberalismo es de publicidad...

Así, las “bondades” del “Nuevo Sistema Previsional” se desplegaron en pomposos anuncios televisivos con bellas señoritas de saquito y minifalda promocionando los beneficios que obtendrían los trabajadores incorporándose a la fauna diversa de las “AFJP”. En un día soleado, adultos mayores sonriendo y saludables perros corriendo por una pradera verde como parte de ese fondo de pantalla.......casi paradisíaco.

Los medios acompañaron el negocio...Otros fuimos parte de la Sociedad que denunciaba y resistía...

El sistema de capitalización, sujeto a los vaivenes de la especulación financiera que implementó el Ministro Cavallo en 1994, atentó contra el derecho y la dignidad de los Trabajadores.

Desfinanció las Cajas Jubilatorias Provinciales, reduciendo y promoviendo la fuga de los aportes jubilatorios desde el propio Estado hacia las empresas dedicadas a su nuevo “rubro”, provocando la transferencia de once Cajas Provinciales a la Nación (ANSES) para un “salvataje” que no podían eludir.

Y a pesar de los atropellos a los derechos previsionales, en la Provincia de Buenos Aires logramos mantener nuestra Caja Jubilatoria, el IPS, luchando y resistiendo contra los interesados intentos por hacerla deficitaria, durante los más de 9 años que tuvimos salarios congelados.

Fieles al mandato del Fondo Monetario Internacional y avanzando en contra de las conquistas de los trabajadores jubilados, Estado Neoliberal y Empresas fusionaban intereses decidiendo sobre los recursos del Sistema Previsional: el primero haciéndose cargo de sostener mínimas jubilaciones y las segundas recogiendo los beneficios del negocio de quienes aún en actividad les confiaban sus aportes.

Aquella imagen ficticia de la publicidad no pudo contener la crudeza de la imagen real del país que dejaba el Menemismo...Timba financiera, fuga de capitales al exterior, apertura de importaciones, devaluación, cierre de industrias, enorme desocupación (y consecuentemente la falta de aportes al Sistema Jubilatorio Estatal), miseria y desnutrición, millones de nuestros compatriotas excluídos sociales sin jubilación o sin empleo.

Este escenario, lejos de revertirse al inicio del gobierno de Fernando De la Rúa, pretendió ser enfrentado con recetas de mayor ajuste, incluyendo leyes de precarización laboral pedidas por empresarios y “el mercado” con el pretexto de “atraer inversiones”, generando un recorte del 13% en las jubilaciones y salarios de Estatales de la mano de la Ministra de Trabajo Patricia Bullrich, justificando así nuevos endeudamientos con la banca internacional, y desembocando en la profunda crisis del año 2001.

Hoy, Paritarias de por medio, la recuperación sostenida del salario y el carácter remunerativo de las cifras que lo componen permiten que sean cada vez más los trabajadores docentes que se jubilan por los beneficios obtenidos, con aumento, recomposición salarial y todos los derechos y garantías para hacerlo accediendo al haber jubilatorio más importante de la historia de los últimos años.

Hoy en nuestra Provincia como en la Nación los trabajadores no desconocemos lo que tanto el IPS como la ANSES representan: la posibilidad de que miles de trabajadores en actividad y jubilados puedan seguir pensando en un futuro de mayor dignidad.

Hoy en la Provincia nuestro IPS permite el pago en tiempo y forma de las jubilaciones sin estar sujeto a los vaivenes de la especulación, ni asfixiado por continuos retrocesos salariales.

Y así como la ANSES cobija a nuestros compañeros jubilados Docentes Transferidos y desde el año 2005 es para ellos garantía de pago del 82% móvil recuperado mediante el decreto 137 del Presidente Nestor Kirchner, la reestatización del Sistema Previsional en 2008 permitió también hacer realidad la ampliación de la cobertura previsional, incluyendo a más del 95% de la población en edad jubilatoria, brindando la tranquilidad y la contención que quienes nos precedieron merecen y alejando las penurias de los tristes años del neoliberalismo.

Derechos recuperados y conquistados para todos en el marco de un modelo de país contrapuesto a aquel país del modelo del ajuste y el recorte.

La lucha que, junto a otras organizaciones, dimos desde el SUTEBA, la CTERA y la CTA resistiendo a las privatizaciones, a la transferencia y a la entrega de nuestro sistema previsional fue histórica.

El Estado, volviendo a ser garante de derechos, permitió concretar los anhelos de generaciones evitando el naufragio del esfuerzo colectivo por una Patria mejor y digna de ser vivida...nuestros jóvenes también merecen disfrutarlo, con las mismas banderas de cara al futuro.

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