En una Plaza de Mayo colmada por más de 50 organizaciones políticas, gremiales y estudiantiles, las dos CTA y la CNCT reclamaron contra el ajuste, la pobreza y el hambre, por la reapertura de paritarias y por la dignidad de los trabajadores.

Con la presencia de los dirigentes de la Mesa Nacional de la CTA, luego de entonar el Himno Nacional y en el marco de la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo, se proyectó un video con el saludo del secretario general de la Confederación Sindical de las Américas, Víctor Báez Mosquera, que representa a más de 60 millones de trabajadores en el continente. El primer orador fue el referente del sindicato de electricistas de México, Humberto Montes de Oca, quien mencionó sentir el honor de hablar en la Plaza de las Madres que “nos dieron de comer dignidad” y reclamó por la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

También hicieron uso de la palabra el secretario general de CTA Autónoma, Pablo Micheli; el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano; Carla Rodríguez, del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos y Christian Miño, secretario general de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo.

El cierre del acto estuvo a cargo de Hugo Yasky, secretario general de CTA de los Trabajadores: “Compañeras, compañeros, decirles que una vez más, lo que uno siente cuando los ve a ustedes. Cuando ve la Plaza llena y que esta plaza tendría que tener un nombre, un nombre heredado también de las Madres de Plaza de Mayo. Creo que hoy tenemos que denominar esta plaza “La Plaza de la Dignidad. Acá estamos los que decimos que la clase trabajadora no nació de la política de la derecha, de los empresarios y de los sectores conservadores del neoliberalismo.
Lo dijeron quienes me antecedieron, y lo quiero subrayar. Para nosotros tiene significado especial, que hoy hayan hablado acá los compañeros de las centrales sindicales, representadas en el compañero de México. Las centrales sindicales hermanas de América Latina, porque hoy en América Latina, los neoliberales, la derecha, los grandes grupos de poder económico y financiero están arremetiendo contra los gobiernos populares que todavía resisten y están persiguiendo a los militantes populares, y hay revanchismo de clase, porque se quieren cobrar 12 años en los que tuvimos la posibilidad de recuperar algunas conquistas.
Porque no fueron 12 ó 13 años en los que logramos erradicar las raíces de pobreza. No fueron 12 o 13 años, donde la riqueza concentrada la pudimos distribuir. Fueron 12, 13 años de avance pero quedaron muchas cosas en el haber. Los que hoy como en la Argentina, vienen con espíritu revanchista; los que dicen que hay que bajar el salario; los que dicen que hay que reducir el poder de compra; los que dicen que hay que hacer reformas laborales; los que dicen que este país no es competitivo por culpa del movimiento sindical y de las conquistas sociales, los que hablan así, quieren revanchismo, quieren ponerle el pie en el pecho a los trabajadores, a las trabajadoras, a los movimientos sociales, y acá hay un pueblo que los va a parar.
Yo quiero decir hoy, por la mañana, en Brasil, la policía de Temer, la infantería, tomó por asalto la escuela del MST, del Movimiento Sin Tierra. Un símbolo de la emancipación y de la lucha de Brasil. Hay que repudiar a esa policía y a ese dictador y hay que reafirmar aquí que los pueblos de América Latina, recordando lo que fue el rechazo al ALCA tenemos que decir con todas las letras: No queremos muros, no queremos detrás del muro, ser el patio trasero de los Estados Unidos de Norteamérica y del gobierno yankee, y no queremos que nuestros gobernantes agachen la cabeza. Se van a enfermar de las cervicales. Los veo agachando la cabeza frente a los amos del Norte y pienso en San Martín, pienso en Belgrano, pienso en los que dieron su vida para que este país sea independiente y me da vergüenza sentir que éstos nos representan.
Y ahora, que acá también tenemos algunos Trump en miniatura, es cierto que son muy chiquitos, muy insignificantes, pero hay también quienes acá hablan de los compañeros bolivianos, peruanos, uruguayos, hablan como si fuesen los herederos de las familias patricias que iban a la Patagonia y al Norte a exterminar a nuestros pueblos originarios, y ahí viene Milagro Sala, y por eso paga Milagro Sala con la cárcel tener el color y la sangre de esos pueblos originarios.
El senador de apellido Pichetto, como verán, un auténtico ’criollazo’, el senador Pichetto, debe haber tenido un linaje criollo de primera cepa, ese senador tiene que saber que todos quienes estamos acá hemos sentido vergüenza. Hemos sentido vergüenza de tener un representante que sea capaz de decir semejante barbaridad en el Senado. Y yo quiero y sé que los voy a interpretar a todos, pedirle en nombre de la clase trabajadora argentina perdón a los compañeros bolivianos, peruanos, uruguayos, perdón a cada latinoamericano y que sepan, que mientras haya clase trabajadora de pie, acá tienen un lugar como si fuera el propio país.
Y esta Plaza es el símbolo de un pueblo que no está dispuesto a rendirse. Es el símbolo de un pueblo que no está dispuesto a aceptar que la lógica de la gobernabilidad sea permanentemente el ajuste. Sea destruir el empleo, generar despidos, enfriar la economía. Éstos que gobiernan el país son parte de esa manada de empresarios codiciosos que se paran debajo de la piñata del Estado esperando que reviente, saben, que con la deuda que está tomando el gobierno algo va a caer para ellos, y por si acaso, con la plata que entra están haciendo la bicicleta financiera. El país se está endeudando. No hay un peso que vaya a la producción, hay bicicleta financiera y la plata se fuga del país. La mentira que nos contaban de que iban a llenar la copa para que desborde, lo que hoy se está llenando son los paraísos fiscales, y esos paraísos fiscales se llenan con el hambre, con la indignación que tienen por la falta de horizonte de nuestros jubilados, de nuestros pibes, de nuestros trabajadores.
Sabemos que este acto de hoy, que esta marcha, va a ser ninguneada por muchos grandes medios de comunicación. Si buscan en los diarios de hoy, de la semana, no van a encontrar en esos grandes medios de comunicación Clarín, La Nación, prácticamente mención a que existe una demanda representada por estos sectores capaces de movilizar en todo el país. Se trata de mostrar una Argentina feliz, una Argentina donde aumenta la venta de autos de alta gama. Una Argentina donde aumenta la venta de champán importado; una Argentina que bate récord de pedidos de visa para ir a Miami en el verano. Esa Argentina de la felicidad que ellos quieren imponer, es el reverso de la otra Argentina donde estamos todos nosotros. En esa otra Argentina, bajó el consumo de leche, de alimentos, de gaseosas, de artículos mínimos necesarios. Esa Argentina que no tiene trabajo es la que ocultan. Y los que ocultan, qué casualidad, sembraron la semilla de este periodismo de guerra hace 40 años, cuando manchados de sangre se apropiaron de Papel Prensa, en aquel monumento a la corrupción y a la complicidad de la clase dominante con el gobierno genocida de los militares de la Junta.
Por eso, esos grandes medios de comunicación, que hacían periodismo de guerra durante el gobierno de Cristina y Néstor y hoy hacen periodismo tipo disneylandia, amigable, friendly, de agachadas, esos medios de comunicación son los que el día que el gobierno convocó al diálogo mostraron e inundaron las pantallas y los diarios, mostrando que era el gran diálogo social. Se acababa la conflictividad se resolvía todo. Íbamos a un diálogo donde el gobierno, de pronto sensibilizado, abría las manos y abrazaba a los trabajadores a través de sus representantes.
Esa puesta en escena, como decía mi compañero Pablo, requería primero, dejar afuera a las dos CTA y haber dejado afuera a las dos CTA fue una estrategia inteligente, astuta, de este gobierno, que tiene un presidente que si algo hay que reconocerle es astucia y es sangre fría para el ejercicio de la mentira y para el arte de la simulación. No lo podemos negar. Hay que reconocerle algunos méritos. Y con esos méritos hicieron lo que la clase dominante les pedía. Cuando el 29 de abril salimos todos juntos a luchar, cuando mostramos la potencialidad de la unidad de lo que eran entonces cinco centrales; cuando ese día vieron que ese sujeto colectivo les podía significar un escollo real y concreto para el ajuste, desde ese día en adelante decidieron darse la política del ’divide y reinarás’, y si algo tengo que criticarle con dolor a mis compañeros de la cúspide de la CGT que estuvieron en esa reunión, fue aceptar que la condición para que hubiera diálogo fuera la división del campo popular. Hay que defender la unidad del campo popular. Porque es lo único que tenemos, por más diferencia que tengamos. Ésa es nuestra fuerza.
Y nosotros necesitamos esa unidad, no porque no creamos en la fuerza, en el coraje, en la militancia de los que están acá. No porque no creamos que la inmensa mayoría de los que nos está escuchando sabe que lo que decimos es justo y es cierto, saben que si hay hambre no hay trabajo. Solamente desde ese poderoso movimiento sindical unido, lo puede enfrentar y lo puede hacer cambiar. Y eso está fuera de duda, pero también tenemos que ser inteligentes. Enfrentamos un gobierno que no es como el gobierno de Menem; no es siquiera como el gobierno de la Alianza; éste es el gobierno que representa el punto más alto de unidad de la clase dominante, lo apoyan los grupos financieros, la Sociedad Rural; los grupos que tienen que ver con el manejo de los medios de comunicación; la casta judicial que defiende los intereses de clase, la propiedad privada, como si fueran perros de presa. Lo apoya también la embajada norteamericana; los grandes grupos que tienen que ver con el manejo de las finanzas del mundo, como el Fondo Monetario Internacional; lo apoyan todas las fundaciones que en este país, todos los días, plantan la semilla de la mentira y que son financiadas por las empresas multinacionales.
Frente a un gobierno con todo este poder, necesitamos imprescindiblemente la unidad de acción de todas las centrales sindicales; la unidad de acción de todos los movimientos sociales. Que nadie piense que se va a salvar solo; que nadie piense que este gobierno le va a perdonar nada a quien se entregue mansamente. Van a venir y vienen por todo.
Quieren llevarse puestas las leyes laborales, quieren llevarse puesta la justicia laboral, quieren terminar con las paritarias, quieren terminar con la discusión del horario; quieren discutir por productividad, quieren arrasar con el movimiento sindical. Quieren que el movimiento sindical, al que consideran su enemigo deje de tener el poder que tiene y si no somos capaces de advertir eso, de darnos cuenta que hay que construir la unidad por una cuestión de sobrevivencia, que actúe, que lo explique, o estamos cometiendo un error imperdonable, o estamos siendo conscientemente instrumento de este enemigo poderoso que hoy está encaramado en el gobierno quiere someternos al hambre. Ése es el mundo en el que estamos parados.
Y hoy, nosotros sabemos que tenemos diferencias. Esta unidad en la acción se hace discutiendo las diferencias con los compañeros de la otra CTA, con los compañeros de los movimientos sociales, hasta que llegamos a la plaza. Mientras venimos caminando a veces seguimos discutiendo y mientras estamos acá arriba, también seguimos discutiendo, y ajustando, ordenando, pero si algo sabemos, es que si retrocediéramos en esta unidad en la acción, quedaríamos aislados y ahí sí, nuestro pueblo no tendría esta posibilidad que tenemos hoy.
Porque podrán decir seguramente mañana que no hubo la multitud de la Marcha Federal; podrán decir que no fuimos capaces de convocar al paro nacional nosotros solos, pero nosotros queremos decirles que el día que convoquemos al paro nacional, el día que convoquemos a la segunda Marcha Federal, vamos a tratar de hacerlo con la unidad de todas las centrales y vamos a dejar las diferencias. Yo sé que hay dirigentes sindicales de la CGT que son honestos, que no piensan como yo, pero que han demostrado una vida de coherencia y sé que hay otros que es mejor perderlos que encontrarlos, que se bajan a gusto los pantalones, cada vez que los empresarios llaman por teléfono. Pero digo hay que apostar a esos dirigentes de la CGT que son mayoría, porque por suerte son mayoría, con los que nos podemos sentar a hablar, marcar un camino en común.
Lo mismo los movimientos sociales. No tenemos que dejar que nos dividan. La división de los gobiernos de la derecha en el campo popular, es más vieja que la injusticia. No tenemos que hacerles el juego. Bienvenidos que estén acá los compañeros de la Federación de Tierra y Vivienda; los compañeros de la Tupac; la CNCT; Barrios de Pie; los compañeros del Movimiento Evita. Hay que unir todo eso, no dejemos que jueguen como el gato con el ratón con la división del campo popular. Hay que unir y ante cada maniobra volver a hablar y volver a estar juntos.
Nosotros, los que estamos acá, no vamos a faltar a ninguna cita, a ninguna convocatoria, a ninguna movilización donde esté en juego la posibilidad de un avance de los sectores populares.
Si hay un avance que puede vamos a estar apoyando, porque sabemos que aunque hoy abran la mano, como decía el diario La Nación. Me gustó mucho que el diario La Nación, hablando de este gobierno dijera el domingo pasado, que hay que dejarlo al señor Macri y a sus ministros que hagan un poco de populismo. Necesitamos un poco de populismo para ver si en el 2017 le inoculamos otra inyección de decencia a los argentinos, si este gobierno de la derecha neoliberal puede ganar una elección. Nosotros aun sabiendo eso, vamos a estar en la calle defendiendo cada pequeño avance de los trabajadores agrarios, sociales, obreros, maestros, médicos, todos, porque eso hay que unirlo. Eso es lo que hay que unir.
Les quiero decir por último a los que piensan, especulan y hablan de cómo vamos a llegar a fin de año. Que si va a ser un fin de año tranquilo. Yo quiero decir que todos nosotros sabemos que va a ser un fin de año con mucho dolor en las barriadas humildes. Un fin de año con muchas necesidades, un fin de año con hambre y esta gente escucha la palabra piensa que es demagogia porque ellos lo máximo que habrán sentido en algún momento de su vida es un poquito de apetito, no saben lo que es el hambre cuando no hay qué poner arriba de la mesa.
Y para ellos un gobierno tiene que garantizar a cualquier precio la paz social. Fíjense qué entienden por paz social, cómo le gusta a la ministra Bullrich poner a los soldaditos de plomo delante de cualquier manifestación popular. Eso no es paz social, tampoco es paz social que no haya demanda callejera; que haya paz social es que haya comida, cada día que hay que comer y trabajo cada día para trabajar; paz social es que el jubilado se sienta digno; que la maestra se sienta respetada, que el médico sepa que le están reconociendo su trabajo.
Paz social es poder caminar por la calle sin sentir la vergüenza vivir en un país donde no le podés explicar a tu hijo por qué te dejaron sin trabajo. Ésa es paz social. Esa paz social en Navidad no va a estar. Va a ser un fin de año con hambre, con dolor y con una presa política. Queremos que antes de de Navidad Milagro Sala vuelva a estar libre entre nosotros. Compañeros, compañeras, volvamos a nuestra casa, hablémosle a los vecinos, contémosle que fuimos capaces de estar acá porque sabíamos que teníamos un compromiso, sabíamos que la historia nos ponía en este lugar para mantener encendida la llama de la rebeldía popular, la llama que se va a expandir, la llama que va a hacer que este pueblo vuelva a tener en sus manos la dignidad del trabajo, del salario digno.
Gracias compañeros, compañeras, a volver a militar para la próxima marcha; a volver a militar para el próximo paro. Fuerza y un abrazo enorme”.

El secretario general de CTA Autónoma, Pablo Micheli, sentenció: “Esta Plaza y todas las plazas de la Argentina hoy, desde temprano que movilizaron los compañeros y compañeras de las dos CTA, y en algunos casos acompañados por las regionales de la CGT como en Jujuy y en Tierra del Fuego, dan cuenta que acá no se cerró ningún conflicto, acá no hay acta ni pacto que vaya a parar la lucha de los trabajadores en nuestro país. Esta marcha demuestra que el paro está vivo y que lo vamos a seguir construyendo”.

Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, recordó que hoy se cumplen 293 días del encarcelamiento de la dirigente de la Tupac Amaru Milagro Sala: “Un abrazo fraternal de todo el pueblo en estos 293 días privada de su libertad, junto con 12 luchadores populares y a nuestras espaldas un gobierno nacional que desconoce la determinación de la ONU pidiendo la inmediata libertad de la compañera. Milagro no está sola. Y sabemos que si estuviera libre estaría peleando codo a codo con cada uno de los trabajadores en esta querida plaza”. Y agregó: “Venimos a esta plaza los trabajadores a reclamar que haya apertura de paritarias. No es caprichoso compañeras y compañeros. Cuánto perdimos de masa salarial. Cuánto salario perdimos en estos meses. Nos hablan desde el gobierno de un bono. Un bono que no es universal, que no es para todas y todos los trabajadores. Las distintas organizaciones han evaluado que un bono reparador tendría que rondar los 17.000 pesos y debería ser para la totalidad del pueblo trabajador”.

En representación de los movimientos sociales y territoriales, Carla Rodríguez, del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos afirmó: “Traigo el saludo a esta plaza de unidad, unidad que necesitamos las trabajadoras y trabajadores para trascender estas políticas de ajuste que nos esquilman, este modelo extractivista que nos vampiriza, nos chupa la sangre acá y en todo nuestro continente. Las organizaciones sociales, los movimientos territoriales somos parte plena de nuestra clase trabajadora y desde 2001 todos los días demostramos que somos capaces de resolver las necesidades de nuestro pueblo sin patrones, sin hacer negocio, sin empresa”.

A su vez, Christian Miño, secretario general de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo manifestó a los presentes: “Hoy es un día histórico para nosotros los cooperativistas. Con esta plaza tan peronista, con tantas luchas sociales, es la primera vez que un cooperativista tiene la oportunidad de hablar en esta Plaza frente a todos los trabajadores. Para nosotros es un orgullo total. Este gobierno que desde el mes de diciembre en que asumió, a nuestro sector, no sólo al cooperativo sino al sector de los trabajadores, en el mes de enero les devaluó el bolsillo. El año pasado, mitad de año ganaban y tenían un ingreso superior a 10 mil pesos, hoy no supera los 6 mil pesos por mes más una tarifa de la luz que llega de 2 mil ó 3 mil, los compañeros no pasan 15 días con los ingresos que tienen. Si este es el cambio que querían, nosotros no lo queremos”.

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