Los medios públicos atraviesan una crisis a partir de la política de ajuste y desmantelamiento llevada adelante por el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos a cargo del ex ministro y ahora secretario Hernán Lombardi.

Los Canales Encuentro, PakaPaka, y DeporTV han reducido sus producciones en un 70% y su planta en un 50% como consecuencia de los despidos y retiros voluntarios. Así, se vaciaron señales que promueven y producen contenidos con un alto contenido educativos, culturales y federales, que los cuales eran fuente de consulta para científicos, docentes y diversos sectores de la sociedad argentina.

La agencia estatal de noticias Télam sufrió un intento de aniquilación por parte la gestión cuando concretó el despido de 357 trabajadores, lo que representó más del 40% de la planta. Si bien la justicia decretó ilegales esos despidos y la gran parte de esos trabajadores fueron reincorporados, aun no funcionan áreas enteras, como el servicio de radio, o el rol de la agencia como contralor de la pauta publicitaria, y otras tareas sufrieron modificaciones que perjudican su funcionamiento. Además, la mudanza de un sector a Tecnópolis y el intento de imponer el teletrabajo desdibuja perjudica la dinámica periodística y deteriora profesionalmente el servicio de la agencia.

En Radio Nacional, los despidos de decenas de trabajadores a comienzo de 2018 y el quite total de horas extras produjo que determinadas emisoras del país pierdan la mínima capacidad operativa para funcionar y se vean obligadas a retransmitir Radio Nacional Bs. As. (LR1). Tal como dijo el senador Luenzo en la interpelación a Lombardi, “un ciudadano que transita por la Patagonia argentina se ve obligado a escuchar el estado del tránsito en la Ciudad de Buenos Aires”. Así, de esta manera, se desdibuja el rol esencial de la radio pública que es llegar a todo el país con información específica de cada región.

La TV Pública redujo drásticamente su producción propia, este año se tercerizaron eventos culturales importantes como los festivales de verano en distintos lugares del país brindando una cobertura con grandes deficiencias técnicas y de contenido. Hace un año se redujeron los noticieros en un 50%, de 30 horas semanales a 15 y se eliminó la emisión y cobertura de noticias los fines de semana. Por primera vez en su historia, la TV Pública no cubrió hechos de trascendencia periodística mundial como la visita del Papa Francisco a América Latina, la búsqueda del ARA San Juan y el hallazgo de sus restos, las conferencias y los viajes presidenciales y el Foro G – 20 que se llevó a cabo en nuestro país.

El ajuste en los medios públicos es censura y eso se tradujo en la pantalla de la TV Pública que por primera vez en su historia no cubrió hechos de trascendencia periodística mundial como la vistia del Papa Francisco a América Latina, la búsqueda y el encuentro del ARA San Juan, las conferencias y los viajes presidenciales o el G – 20 que se celebró en nuestro país.
Mientras se despilfarra y mal gasta grandes sumas de dinero en contratación de productoras privadas y tercerizando funciones que podrían desarrollarse con personal propio, los trabajadores llevamos dos años sin paritarias en el período de mayor inflación de las últimas dos décadas.

La campaña mediática de estigmatización y difamaciones que montó el ministro ingeniero o Secretario Hernán Lombardi contra los trabajadores y las trabajadoras de los medios públicos fue el primer paso para avanzar en su vaciamiento. Siguió con el ataque a los salarios, a los convenios colectivos de trabajo y a los derechos laborales pero, fundamentalmente, a su carácter federal, democrático y plural, es decir al rol de garantizar el derecho a la información pública al conjunto de la sociedad.

Los medios públicos son garantes de que todos los sectores sociales, culturales y políticos de la sociedad tengan una voz en un mapa de medios de comunicación cada vez más concentrado. No dialogar con los representantes gremiales de los trabajadores e imponer medidas arbitrarias y unilaterales que violan leyes laborales y afectan las condiciones de trabajo pero también el rol social de estos medios, representa un atropello para el conjunto de la sociedad y nuestra democracia.

SIN TRABAJADORES NO HAY MEDIOS PÚBLICOS SIN MEDIOS PÚBLICOS NO HAY DEMOCRACIA

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