El secretario general de la CTA, Hugo Yasky, anunció ayer en Trelew que el año que viene la entidad convocará en Chubut a un debate abierto a toda la ciudadanía sobre la minería.

«Creo que hay que plantear un proyecto minero en el que tienen que participar los diversos sectores de la población en la discusión», precisó Yasky, aunque aclaró que «así como está planteada la megaminería es un negocio para cuatro o cinco vivos».

En su visita a Chubut el líder de la CTA oficialista introdujo a un nuevo actor -los sindicatos- en la discusión por la minería frente a la férrea oposición de los ambientalistas, el silencio del Gobierno, que tibiamente se mostró a favor de la «licencia social», y ante la iniciativa a favor de la zonificación que tomaron los intendentes del sur y la meseta en Comodoro Rivadavia con Néstor Di Pierro a la cabeza. Yasky llamó a discutir una «matriz productiva» para la provincia que contemple el desarrollo de «la minería y el petróleo», pero que en el Estado genere las garantías necesarias para conservar «fuentes de trabajo digno» y terminar con el perfil de «provincia sin destino» de Chubut. Sin esquivar un tema que despierta polémicas, Yasky afirmó que «no queremos usar anteojeras para estigmatizar la actividad minera porque no sería correcto.

Es parte de un proyecto productivo, pero planteado sólo como un negocio para las multinacionales es un retroceso». A su vez, dejó en claro que es necesario tener una política de desarrollo planificada desde el Estado para que los trabajadores no sean rehenes de «cuatro o cinco vivos que pretenden conservar el corsé de las fuerzas productivas de la provincia, porque es negocio para ellos».

BONO DE FIN DE AÑO También Yasky adelantó que en diciembre la CTA va a reclamar al Gobierno un bono de fin de año que oscilará entre 2500 pesos y los 4.500 pesos según categorías. En este sentido, remarcó que «necesitamos que la economía en el país no se amesete y se retraiga», por lo que incluirá en este pedido al sector público y privado, las cooperativas y subsidios como la Asignación Universal por Hijo. Con preocupación el líder gremial observó que este año «por primera vez en la última década, el aumento de salario en las paritarias va a quedar por debajo de los índices de inflación».

Especificó que el promedio de aumento en las paritarias fue del 30 por ciento, mientras que «probablemente la inflación al cerrar el año esté rondando el 35 por ciento». «No se puede construir Justicia Social en un país donde la renta se la siguen llevando cuatro o cinco sectores. En ese camino creemos que habría que anunciar por lo menos antes de fin de año la decisión de no descontar ganancias del medio aguinaldo y abrir un debate para profundizar la reforma tributaria», afirmó Yasky. Por último, el líder de la CTA defendió el proyecto que impulsa la central para modificar la ley de contrato de trabajo y establecer un nuevo régimem para ampliar los días de licencia por maternidad para las mujeres y de paternidad para los hombres.

QUE SIGA EL MODELO

Yasky defendió la continuidad del proyecto político que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, frente a las alternativas opositoras que encabezan Mauricio Macri y Sergio Massa, a quienes definió sin rodeos como «clones del (ex ministro de Economía) Domingo Cavallo», ambos «exponentes del neoliberalismo». «Sabemos que hay que persistir en este rumbo y sería un suicidio como nación y sobre todo como pueblo trabajador abrazar cualquier alternativa de las que ofrece el neoliberalismo», sostuvo Yasky quien puso en valor las políticas llevadas adelante por el Gobierno Nacional para sostener el empleo. «Es mérito del Gobierno que hasta ahora se sigue sosteniendo el nivel de ocupación.

Hay muchos grupos empresarios que se ponen de malhumor porque quieren que la desocupación se sincere y lleguemos a tener otra vez dos dígitos. Estos sectores responden a una lógica que es muy sencilla de explicar: cuanto más desocupación lo más difícil es sostener el salario», evaluó. Por otra parte, Yasky se refirió a la actual división que existe en la CTA. «Nos fuimos horrorizados de la CGT en los años 90, porque no podíamos estar al lado de Luis Barrionuevo, quien entregaba a los trabajadores al menemismo. Ahora hay dirigentes que dicen venir de la CTA y se sacan fotos todos los días y bailan todos los días mejilla con mejilla con algunos exponentes sindicales con los que jamás nos hubiésemos sentado a discutir», fustigó. Por esta razón, Yasky consideró que «hay más madurez en la base de los sindicatos que en los dirigentes, que van dando vueltas para ver quién se queda con la escoba. Los trabajadores saben que hay un proyecto que sostener. Por eso, las divisiones que hay arriba no están abajo. No hay cinco versiones de cada sindicato», concluyó.

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