Diego Golombek, científico argentino, docente investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, especializado en cronobiología. La disciplina que estudia los tiempos del cerebro y la incidencia de los mismos sobre la conducta humana. La entrevista arranca por esta temática pero avanza en un derrotero que llega hasta los mismo umbrales de algo tan irracional y alejado de la ciencia como la idea de Dios.

- Podría contarnos qué es la cronobiología y el estado en nuestro país de esta rama de la ciencia

La cronobiología estudia el tiempo del lado de adentro. Todos nosotros tenemos un pedacito cerebro que mide el tiempo y lo llamamos Reloj Biológico y ese reloj le dice al cuerpo qué hora es. Gracias a él somos bichos diurnos. Estamos despiertos de día y dormimos de noche. La cronobiología estudia esos tiempos y a nosotros nos interesa en particular, cómo se pone en hora este reloj.
Por otro lado, en nuestro país, este campo científico es bastante reciente. El primer Congreso Internacional es de 1960. Dentro del campo de las neurociencias hay varios grupos de estudio, no muchos, pero sí muy buenos, en Córdoba, Buenos Aires, Mendoza, La Rioja y algunos tienen un desarrollo importante.

- En periodismo comienza como cronista de deportes en el Buenos Aires Herald. ¿En qué momento aparece la ciencia en su vida?

No sé por qué estudié una carrera científica. A los quince años respondí a un aviso del diario y comencé como colaborador. En un momento entré a la facultad de Ciencias, a estudiar biología y no sabría muy bien decir por qué. Tal es así que no me gustaba al principio. Es difícil el primer año de una carrera científica, sobre todo biología, que es muy sistemática. Pero lo maravilloso de la Facultad de Ciencias es que es un ambiente tan enriquecedor que te deslumbran tus compañeros, los profes y encontrás una punta que te parece interesante.
La encontré, justamente, cuando empecé a estudiar el cerebro, a hablar de cuestiones del comportamiento del cerebro y encima después, me hablaron del tiempo que es una de mis obsesiones. Seguí trabajando en periodismo y comunicación y en un momento esos dos mundos se juntaron. Me fascina el concepto de tiempo en la literatura, el arte, la filosofía y más aún cuando empecé a entender que también había una perspectiva biológica del tiempo. Esto es el tiempo del lado de adentro, y dije: - Ahí está. Eso es lo que quiero hacer y lo hago desde hace 25 años.

- A propósito de tiempo, el panorama neurobiológico en salud de la tercera edad es bastante desolador.
Hay que diferenciar la neurociencia básica de la investigación, de lo clínico. Entender el cerebro, cómo funciona, es realmente la última frontera y es hacia donde tendemos y nos falta mucho de entender básicamente para poder aplicar esto a la salud humana. Dentro de las enfermedades del sistema nervioso las que más están siendo estudiadas son las enfermedades llamadas neurodegenerativas. Aquellas en las que el sistema va fallando a lo largo del tiempo y lógicamente afectan cuanto mayor sea la persona. Enfermedades tales como el Alzheimer y el Parkinson avanzado con la edad se van volviendo más graves.
El asunto no es muy esperanzador y es que no hay mucho por hacer. Sino sabemos por qué hay neuronas en el cerebro que se mueren o dejan de funcionar, difícil es que sepamos hacer que anden mejor. Lo esperanzador es que de a poco aparecen algunas luces y un poco entendemos qué está sucediendo con esto. Pero todavía esto no se ha extrapolado al campo clínico.

- En los procesos de deterioro neurocognitivo, ¿tienen incidencia factores educacionales?

Si y no. Es cierto que para una vejez cognitivamente adecuada, en la cual el cerebro siga funcionando, es muy importante la ejercitación permanente, para sentirse bien. No para impedir el deterioro cognitivo. Se ha publicitado mucho lo que se llama gimnasia mental. Esto de dedicarse a hacer crucigramas, sudokus. Si hacemos un montón de crucigramas, vamos a ser unos expertos en crucigramas, pero esto no se va a extrapolar al resto de tu vida. No hay ninguna prueba que diga que esto evita el deterioro cognitivo.
Hasta ahora se sabe que la actividad física no evita, pero funciona para disminuir un poco el deterioro cognitivo con la edad. También hay algunas correlaciones de que a mejor nivel educativo, equivale, una mejor salud. Pero eso no necesariamente tiene que ver con que la educación le hace al cerebro , que de hecho le hace y muchísimo. Sino que si tenemos una mejor educación básica superior, tenemos posibilidad de elegir. Puedes decidir más racionalmente y no creer en el pensamiento mágico. Para eso sirve la educación, para tener el poder de racionalidad en la elección y eso depende de la educación masiva.

- Retomemos el tema de la divulgación científica. Escribió durante mucho tiempo en el suplemento Futuro de Página 12. El lector percibe, además de un científico que escribe, saberes y sensibilidades que traspasan la ciencia y llegan hasta otros ámbitos tales como la literatura, el arte...

Trabajé muchos años en el Suplemento, no trabajo más y coincido en que es un suplemento atípico en el sentido de que es un suplemento literario. No es suplemento científico, es un suplemento de literatura y en todo caso de la ciencia como parte de la cultura que no es la forma en la cual estamos acostumbrados a considerar la ciencia. Pensamos que la ciencia está en otro lado. Algo así como la ciencia y el resto del mundo. Futuro y otras tendencias artísticas literarias, culturales, en general , pusieron a la ciencia como una parte indisoluble de lo que somos. Cuentan como se cuenta cualquier otro aspecto cultural.
Cuando uno escribe un libro o hace un programa de televisión de divulgación científica debe utilizar todos los recursos a su alcance. Si se está haciendo un libro, debe hacer literatura, y usar ficción, crear analogías, metáforas, personajes. Si se hace un programa de ciencia en televisión, debe hacer un programa con todos los recursos que pone la televisión a nuestro alcance para seducir al que está del otro lado. La ciencia es seductora, si se cuenta de la manera adecuada.

¿En qué momento histórico, la ciencia comienza a estar al alcance del público masivo?
Es todo un recorrido, por que el inicio de la ciencia no está separado de la cultura. Las revoluciones científicas con Galileo a la cabeza, eran revoluciones que llegaban al público en general. Todo el siglo XV hasta XVIII la ciencia está inmersa en la cultura popular. En el siglo XIX esto se mantiene, pero en el siglo XX se corta y aparece el concepto de dos culturas. Cultura científica y resto del mundo, sería básicamente, los que no entienden nada de ciencia. Nace la física moderna y nadie entiende nada, de relatividad, de cuántica. Entonces, es ahí donde se separa la ciencia y el resto del mundo.
Hay un hecho importante que hace que la ciencia comience nuevamente a acercarse, es la Guerra Fría. EEUU está perdiendo la carrera científico tecnológica por que los rusos comienzan a lanzar satélites Sputniks a lo loco y EEUU dice, no puede ser que estemos perdiendo esta carrera e instauran el concepto de divulgación científica profesional.
Hay gente que es fomentada para escribir ciencia para todo público, cosa de que los jóvenes se sientas fascinados e interesados para estudiar carreras científicas. Ahí nuevamente se produce un acercamiento, pero en la segunda mitad del siglo XX, comienza nuevamente a alejarse. La ciencia se especializa tanto... aparecen campos tan pequeños de ciencia y tan especializados que es muy difícil que lleguen al público en general.
En Argentina esto es históricamente así y nuestros próceres de la ciencia Houssay, Leloir no creen en la divulgación científica, piensan que es una pérdida de tiempo. Últimamente, ha cambiado un poco el concepto y aparece que también, contar lo que hacemos debe ser una parte de nuestra profesión. Sobre todo los que estamos en el sistema nacional, por que nos pagan los impuestos. Personalmente no hago ciencia aplicada, no invento vacunas, una forma de “devolverle” a la sociedad es contar lo que hago y lo que hacen otros, me gusta hacerlo.

La pregunta fuera de lugar
- Un científico, en este caso Diego Golombek. ¿Qué idea tiene sobre Dios?

Estoy escribiendo un libro sobre esto. No soy creyente. Me pregunto: si se supone que nos hemos desarrollado culturalmente, la ciencia y el pensamiento racional han sido el motor del desarrollo humano, por qué se ha mantenido tan fuerte la religión y el concepto de Dios.
No me interesa hablar de ciencia versus religión. Me parece mucho más fascinante hablar de una ciencia de la religión. Estudiar científicamente a Dios, desde mi disciplina que son las neuro ciencias. Qué quiere decir Dios para el cerebro. Cuando la gente tiene experiencias religiosas, hay áreas del cerebro que se están activando. Muchas de las personas famosas en la historia por tener visiones ahora se sabe que son un efecto cerebral, son epilépticos. Hay un pedacito del cerebro que empieza a estar muy activo y cuando ese fenómeno se activa, hay un fenómeno religioso.
También es interesante pensarlo desde el punto de vista antropológico. Por qué evolucionamos con esta mayoritaria creencia en un ser superior. Qué finalidades ha tenido en términos comunitarios el tener la creencia común en algo y que hace que esa comunidad sea más organizada, fuerte y se haya defendido mejor. Esto es lo que me parece fascinante de la idea de Dios o de las religiones: tratar de entenderlo racionalmente y no enfrentarnos, no tiene sentido el enfrentamiento.

Texto y fotos India Rodríguez

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