Por Hugo Elías

La nota estaba lista, faltaban algunas correcciones, hasta que un WhatsApp compañero me situó en la pandemia de los dolores escondidos entre las tripas de mis hermanos enfermeros, pacientes, médicos, con sus angustias asumidas pero injustas, con sus lágrimas nunca vistas ni mostradas.

Era el canto, la música, era el sentimiento humano universal, triste, amoroso, del aquí estamos, del te abrazo con mi canto, con mis lágrimas para acariciar tus manos sanadoras.

El tenor polaco Leszek Świdziński de la Ópera Real de Polonia y el coro de médicos Medicantus, conmovieron a los médicos y enfermeras hasta las lágrimas cuando aparecieron en un hospital de Varsovia e hicieron una poderosa interpretación de Nessun Dorma (“Que nadie duerma”) la famosa aria de la ópera Turandot de Giacomo Puccini. Este gran tenor polaco mantuvo un Re mayor por 6 compases ininterrumpidamente al final cuando dice “Vincerò” (“Venceré). Es Impresionante e Inspirador la fuerza y la belleza de su interpretación.

El análisis político del uso de la presencialidad escolar por los Macri/Larreta/Bullrich/Radicales, para esconder impunemente los infectados y muertos de la ciudad de Buenos Aires, entre los mas numerosos de mundo, quedan para la otra nota abandonada.

Hoy, más que nunca, estoy convencido, como dice el tenor, ¡¡Venceremos!!, los trabajadores de la salud, mis hermanos del Hospital Posadas, los docentes, sus auxiliares, Sandra y Rubén vivos siempre, Norita Cortiñas mi madre postiza de las rondas de los miércoles que extrañamos, los pibes y no tan pibes que ayudan en los barrios en las ollas y los sábados preinscriben a los que no se vacunaron. Me acuerdo de los muchachos del camión que recogen la basura que se contagiaron y algunos murieron, de los orgullosos pilotos y trabajadores de Aerolíneas Argentinas que cuando traen las vacunas no les cabe la sonrisa y el orgullo.

Y nuestra gente humilde, los que están mas abajo, los que no llegan a la canasta familiar, los que necesitan del IFE, de la AUH, los que dan todo sin tener nada y se merecen todo, son los primeros en cumplir las indicaciones del presidente. A las 20 no está ni el loro. Los pobres enseñan el camino desde el viernes pasado. Los chicos no están en las escuelas.

Somos un pueblo solidario, somos la “patria es el otro”, somos el “nunca mas”, somos los sindicatos combativos y luchadores, somos las mujeres orgullosas de serlo cada vez mas, somos los políticos valientes, somos los mapuches, tobas, guaraníes, somos la clase media, los trabajadores organizados y los movimientos sociales, también somos los empresarios Pymes, los comerciantes. Todos tenemos hijos, todos tenemos familia, padres y todos se pueden contagiar y morir de COVID.

Al ser un pueblo solidario tenemos la mitad de la batalla ganada la otra mitad la pone la ciencia y la vacuna. Cuidarnos y cuidar al otro, es la consigna, lo sabemos hacer y lo haremos mas allá de los antipueblo, en esa ganamos, no será la primera vez y hoy sabemos que el virus no perdona y mata.

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