Ha llegado la hora de contagiar el virus de una sociedad alternativa para el día después.

Vuelan como aves de rapiña sobre los fondos del Estado. El gobierno de Alberto y Cristina emite billetes para subsidios, bonos, alimentos, hospitales de campaña, insumos médicos y ayudas asistenciales. Enfrente una caterva de miserables busca quedarse con esa plata. Algunos formadores de precios o de la intermediación se la llevan con los precios de los alimentos y de los productos de limpieza. Los bancos chantajean para dar los préstamos sueldo a las pymes, y la industria y el comercio quieren que mueran los que tengan que morir para que haya gente circulando y comprando en las calles.

Tal vez haya llegado la hora de contagiar un virus que nos obligue a pensar una sociedad alternativa basada en formas de solidaridad y cooperación para el día después. Los argentinos aún no caemos en la dimensión del horror, no aceptamos la inevitable pandemia con sus secuelas de dolor y ausencias en nuestro territorio. Somos rebeldes ante la llegada de la enfermedad y la muerte a nuestros compañeros, hermanos, familia. Vivimos el encierro y el aislamiento, somos prisioneros de lentos viajes al laburo en espera de los controles, soportamos una sarta de empresarios miserables que se niegan a ceder sus privilegios. Los medios de comunicación se esfuerzan por difundir un clima de pánico por el virus, y provocan un estado de conmoción del cual es imposible sustraerse. Nos sentimos lejos de las fosas comunes de Nueva York.

Como lo ha señalado el filósofo italiano Franco “Bifo” Berardi: “Imaginemos una posibilidad que hasta ayer parecía impensable: redistribución del ingreso, reducción del tiempo de trabajo, inversión de energías de la sociedad en ciencia, educación, salud. Aún no sabemos cómo saldremos de la peste del Covid-19 cuyas condiciones de expansión fueron creadas por los recortes a la salud pública del neoliberalismo. (…) Es un salto mental que ninguna prédica política habría podido producir. La igualdad ha vuelto al centro de la escena. Imaginémosla como el punto de partida para el tiempo que vendrá”. Berardi dicta clases en la Universidad de Bologna, epicentro italiano de la enfermedad.

El Gran Hermano y los negocios turbios

Ya nada será igual existiendo en cada celular una cámara. El Gran Hermano telefónico en manos de un trabajador del frigorífico Penta de Quilmes transmitió en vivo el jueves a la tarde para Crónica HD, desde la Rotonda de Pasco. Mostró en detalle la brutalidad represiva policial con sus consabidas balas de goma, palos y con efectivos desconociendo las medidas sanitarias más elementales. De inmediato, el gobierno provincial desafectó a los policías que reprimieron a los trabajadores reunidos en asamblea (viven en barrios adyacentes y habían llegado a pie al frente de la empresa para defender su fuente de trabajo). La medida se dispuso a través de la Auditoría General de Asuntos Internos que depende del Ministro de Seguridad, Sergio Berni. Fue decidida por el gobernador Axel Kicillof en concordancia con lo manifestado por la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien repudió enérgicamente el accionar violento de la Policía. La autonomía de la Bonaerense (no hubo ninguna orden de reprimir) aparece impúdica a través de acuerdos bajo la manga realizados por aportantes a la “cooperadora policial” del destacamento correspondiente, que utilizan efectivos como mano de obra de tinte parapolicial para imponerse ante los reclamos obreros. Esta vez las cámaras de Gran Hermano escracharon con su cámara sorpresa a efectivos de la Comisaría 5ª de La Cañada, Quilmes Oeste.

El inventor de “Carne para Todos”, Ricardo Bruzzese, se presenta como “gerenciador y no dueño” del frigorífico y según la periodista Graciela Moreno, se muestra inflexible. “La planta tiene orden de desalojo. No habrá despidos, se irá a la quiebra. La idea es que vinieran a tomarla otros empresarios, pero con este problema no podrá ser, no sé cómo volverán los clientes”. Los delegados lo denuncian como un personaje mafioso que “siempre hace lo mismo, en el frigorífico La Huella inventó que los delegados eran extorsionadores. Acá no va a pasar, todos sabemos cómo actuar y nuestro reclamo es para defender los derechos de los trabajadores que en medio de esta pandemia no cobraron sus sueldos y ahora están sin trabajo y sin saber cómo seguirán. Pedimos la intervención del Ministerio, no nos alcanza con que lo multen, queremos trabajar».

El extraño episodio, un salto cualitativo en la actitud empresaria de desdén por el decreto presidencial que impide despidos y suspensiones, llega tras una audiencia de conciliación donde se llamó a las partes a continuar negociando por los empleos de 250 trabajadores que están sin poder cobrar su sueldo pese a pertenecer a una actividad considerada esencial. La reunión fue encabezada por la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y participó el director provincial de Delegaciones Regionales del Ministerio de Trabajo, Miguel Funes, que le transmitió a la jefa comunal la situación que atraviesan los trabajadores del frigorífico, “ya que el titular de la empresa hace dos semanas que no permite el ingreso del personal a su lugar de trabajo, no abonó los sueldos ni acató la conciliación obligatoria”. En la reunión se acordó insistir con las presentaciones legales ante el Ministerio de Trabajo de la Nación y de la provincia de Buenos Aires y la búsqueda de una solución al conflicto”, remarcaron desde el Municipio. Pero Bruzzese fue a fondo con su estrategia violenta y mandó a “su” policía. Con la intendenta de Quilmes a la cabeza, la ola de repudio y condena inundó las redes y saltó a los medios. La intersindical de derechos humanos, los organismos de derechos humanos y la mayoría de los espacios democráticos hicieron escuchar sus voces de condena.

Más miedo por la comida que por la salud

Referentes de la CTA del Conurbano profundo cuentan a quien los quiera escuchar una realidad apenas vislumbrada en los medios. “Los compañeros están recalientes porque el empresariado no le dio cinco de bola al pedido de ‘ganen un poco menos’ de Alberto Fernández”. Afirman que “el tsunami de descuentos en los sueldos dejó a los barrios sin un mango y terminó de liquidar las expectativas de hacer una reserva de alimentos para los tiempos peores que se vienen”. La burguesía grande, mediana y chica se tiró de panza sobre sus dineros clamando por su derecho a la propiedad al mismo tiempo que reclaman subsidios para socializar las pérdidas. Modestos obreros de la construcción o personas del servicio doméstico, jardineros y mecánicos, se vieron de un día para otro sin un mango, hasta que los varones empezaron a ir a los comedores, que se llenaron. En Quilmes y La Matanza se convocó a los militares a distribuir raciones de comida en los barrios periféricos.

Hubo momentos de tensión por la falta de lugares para comer y circula el tupper de “delivery piketero” para que los viejos se queden en casa. “Lo que más bronca da es que grandes marcas como McDonald’s (la que puso un local en la Villa 31), Burger King o Garbarino se hagan los pobrecitos y dejen tirada a la gente”, afirman. Las empresas de comidas rápidas Starbucks , Burger King y McDonald’s pagaron menos del 50% del salario de marzo a sus trabajadores. Fueron afectados unos 25.000 empleados de todo el país.

Una tensa calma define el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) en las calles de Florencio Varela o Villa Constructora en La Matanza. Los más previsores advierten sobre el temor de que “en unos días no va a haber nada para comer”. Las familias numerosas que atraviesan tres o cuatro generaciones no pueden permanecer en el encierro de piezas de 3×2 sin revoque y a contrapiso alisado y salen a la vereda de las calles transversales a las avenidas. Se juega en los pasillos y patios internos porque “gracias a dios no hizo frío y solo llovió dos o tres veces en estos días”, apuntan mirando al cielo. Los compañeros señalan que “los precios se dispararon y la gente se desespera cuando no le alcanza”. En el barrio San Ambrosio, de Bella Vista, “se ve muy poca gente, les chiques apenas se ven en las calles, se sale a comprar durante la mañana para el día, no se ven abuelos por las calles, los únicos que se puede ver caminando son los jóvenes de 20 a 40 años que hacen las compras”.

El temor al contagio calla los parlantes de cumbia y música litoraleña y el silencio llena de dramatismo las calles. Apenas se escucha música para dejar testimonio de que es fin de semana. “La plata se va volando, así como se cobra se gasta en alimentos de los más básicos. Hay mucha angustia y se repiten las preguntas sobre novedades por el cobro del ingreso familiar de emergencia (IFE) o del plus de los cooperativistas que pintaron escuelas en febrero y marzo. Todos están atentos a pescar un billete, pero no hay vendedores ambulantes de pan casero o chipacitos por miedo al decomiso. Se arman ferias itinerantes para malvender lo que haya en casa y hacer unos mangos para comer por un día. Están un par de horas, venden, hacen canje, o lo que puedan y recogen todo para ir ahí nomás, al barrio de al lado.” Sin barbijos, sin distancias, sin miedo. Sin Estado. Por necesidad.

El susto es más por lo económico que por lo sanitario “Todo está muy contenido”, dicen en Almirante Brown. Hay confianza en la política sanitaria que relata la doctora Carla Vizzotti, vocera de la calma y la seriedad en el día a día. No alcanza, muchos piensan que el Presidente debe ponerle un fin a la costumbre de los empresarios de quedarse con todo. “El IFE para aquellos sectores de la economía informal que hasta el momento no recibían ayuda estatal, más los refuerzos de la AUH, el salario social, las pensiones, alcanza para unos diez días. Esto va para largo», piensan, y no se desaniman. Saben que no alcanza.

Los que echan y los que desechan

Techint concretó la desvinculación de alrededor de 1.500 trabajadores de sus obras particulares en Tucumán, Buenos Aires y Neuquén tras llegar a un acuerdo con Gerardo Martínez, secretario general de los albañiles, un hombre de escasa firmeza a la hora de resistir los despidos ajenos. Un duro golpe para la política de mantener el empleo que sostiene el gobierno. Alineadas tras la política de Paolo Rocca siguen las empresas siderúrgicas, que pretenden poner en funcionamiento las diversas plantas. La comisión interna de Acindar de Villa Constitución denuncia presiones y amenazas para arrancar con la producción. Otro multimillonario con negocios en declive, el hermano Miguel (de Marcos Galperín, migrante a Uruguay, y dueño de Mercado Libre), exhibió la patética miserabilidad de los grandes empresarios en la Argentina. El diputado Itai Hagman denunció que Sadesa, la curtiembre de la familia que provee cueros a Nike y Adidas, despide personal por carta documento pese al decreto de Alberto.

La dirigente docente de Chubut Gladys Friol afirma que “la provincia es un hervidero: aun no terminamos de cobrar el mes de febrero. Encima Federico Mazzoni como ministro de Seguridad se está mandando muchos mocos. Pusieron la restricción para salir a comprar de acuerdo al número de documento: par unos días e impar otros. Te paran en la calle y si sos número par y es día para impares te llevan en cana, te secuestran el auto. Hay varias denuncias de abusos dentro de las comisarías, mujeres a las que hicieron desnudar. En la salud están como nosotros, nos deben dos meses pero laburan igual porque son conscientes de la situación”. El gobernador Mariano Arcioni no renuncia a su política de escarmiento sobre una población que no se resigna a vivir sin cobrar sus sueldos.

Una reunión virtual de dirigentes de ATE de todos los frentes afectados por la situación de CABA evaluó con dureza que la combinación entre dengue y Covid-19, un cóctel explosivo para los trabajadores y la sociedad, no se percibe como noticia urgente. El distrito más rico del país no está abasteciendo de insumos y de elementos de protección a los trabajadores. En el contexto de la pandemia, los dirigentes estatales de los trabajadores empleados en el territorio gobernado por Horacio Larreta manifiestan su preocupación por los compañeros del sector salud, los que asisten en centros de cuidados, y quienes trabajan en asistencia general. “Al igual que en el Malbrán, Conicet y todos los sectores que están a destajo trabajando en equipos multidisciplinarios, los aplausos reconocen, pero hay que sumarles condiciones y salarios. Es imprescindible que los evasores y blanqueadores, pongan recursos. Es una medida que bancamos, el nuestro no es un sindicato que vaya a declarar un paro un jueves santo en un escenario de extrema delicadeza, quien lo hace desnuda las miserias humanas de un sindicalismo careta que finge luchar”.

Las 2.200 personas enfermas de dengue constituyen una cifra récord silenciada hasta la sordina por la prensa en el distrito capitalino, en especial la zona de Flores Sur. La evidente falta de insumos provistos por la patronal supermercadista encabezada por Alfredo Coto ya tiene sus primeras víctimas y baja persianas por “desinfección”, lo que puede resultar de alto costo sanitario. Según el diario BAE hay al menos cinco casos de coronavirus entre trabajadores de las grandes cadenas de supermercados de CABA: uno en Coto Once, frente a Plaza Miserere; tres en el Coto de Recoleta, de French y Pueyrredón, y un quinto caso en el Carrefour Express de Córdoba y Ecuador. La cotidianidad del trato con miles de clientes pone en riesgo a los trabajadores y exige un esfuerzo mayor en la seguridad. Entre los voluntarios de los vuelos de repatriación hay al menos dos tripulantes contagiados. La enfermedad ya está entre nosotros. Miles de contagiados producirán muchas muertes y dolor.

El fin de la dictadura financiera planetaria

“Hemos encarado el análisis de la profunda metamorfosis del sistema político durante el predominio del nuevo patrón de acumulación sustentado en la valorización financiera del capital» (Basualdo, 2001). Este planteo retomó los aportes realizados por Antonio Gramsci acerca del ‘transformismo’, el cual alude a una situación en que la clase dominante ejerce el consenso en la superestructura, sin modificar las condiciones de vida de los sectores sociales subalternos, mediante la hegemonía que ejercen los intelectuales orgánicos de la clase dominante sobre los intelectuales del resto de los sectores sociales, definiendo una situación que no necesariamente es transitoria sino que surge como una alternativa orgánica de largo plazo. Este parece entonces haber sido el motivo por el cual, a lo largo de las últimas décadas, fueron cooptados cuadros políticos, dirigentes sindicales y sociales, etc. que conservaron, e incluso en algunos casos fortalecieron, sus liderazgos debido al respaldo que encontraron en los sectores de poder.

“Resulta innegable que su diseño abrevó en las nuevas condiciones imperantes en la economía mundial bajo la hegemonía del neoliberalismo pero, al mismo tiempo, también es indiscutible que asumió rasgos idiosincráticos locales que indican que se trató de una ‘revancha clasista’ sin precedentes históricos en el país no sólo por el ejercicio de una represión sin límites sino también por sus características económicas, políticas y sociales» (Basualdo, 2009).

El pensamiento del catedrático de Historia y Economía Eduardo Basualdo refleja cabalmente la realidad que estamos viviendo y su desarrollo histórico. Explica a su vez el comportamiento de las grandes empresas, los despidos de Techint, las rebajas salariales aplicadas por todos lados y los anuncios sobre lo que viene, que es más de lo mismo. Explica asimismo la imparable escalada de los precios, la resistencia a cualquier medida que implique aumentar los aportes que deben hacer las grandes fortunas para paliar el mal momento y la lupa puesta sobre todas las decisiones gubernamentales en la búsqueda de alguna falla por donde entrarle al Presidente, que está transitando el pico más alto de aprobación a cuatro meses de haber asumido en medio de una situación caótica agravada por la pandemia. Esta es la forma que adquiere la disputa política en tiempos del coronavirus.

La importancia de buscar las causas profundas del comportamiento antisocial de los sectores más concentrados del poder económico pretende ser un aporte a elevar el nivel del debate político reinante, que no es el planteado en términos de conspiración, de desestabilización sino que en realidad se trata de establecer un nuevo orden mundial ante el agotamiento de la dictadura financiera planetaria que representa el neoliberalismo. Este agotamiento se precipitó con la aparición de la pandemia y va a ir cambiando día a día porque en realidad no habrá un día después ni aun cuando se logre la vacuna. Tal vez haya un nuevo escenario mundial donde se van a expresar las demandas postergadas y su destino estará determinado por los logros de la resistencia popular.

(*) Secretario de Derechos Humanos de la CTA de lxs Trabajadorxs.

Pie imagen 1: Nos sentimos lejos de las fosas comunes de Nueva York.
Pie imagen 2: “Maldita policía”: Botones deschavados en vivo por la camarita del celu fueron desafectados.
Pie imagen 6: La familia multimillonaria Galperín, despide trabajadores de su curtiembre en Fiorito.
Pie imagen 7: Coto y su sindicalista Ramón Muerza protestan contra el cierre por abusos de precios.

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