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DISCURSO SONIA ALESSO - A 20 AÑOS DEL NO AL ALCA
Estamos viviendo en tiempos de democracias de excepción en muchos países del mundo
Intervención completa de la secretaria general de CTERA y presidenta de la Internacional de la Educación para América Latina (IEAL), durante la primera jornada de conmemoración de los 20 años del No al ALCA y de la Cumbre de los Pueblos.
Buenas tardes, compañeros, compañeras, compañeres, agradecer a las y los organizadores de este encuentro. Agradecer a los compañeros y compañeras de la CTA de Mar del Plata. Un honor estar acá con ustedes y agradecer a todos los compañeros de América Latina que nos están acompañando en un momento histórico, un momento en el que recordamos, hacemos memoria, traemos al presente, la historia de esta lucha de América Latina en contra del ALCA, pero además esa historia la ponemos en perspectiva de presente para poder mirar y entender algunas de las cuestiones que estamos viviendo.
Telma (Luzzani) decía y los compañeros y compañeras de la mesa planteaban esta particularidad, este tiempo histórico que nos toca vivir. Creo que estamos en un momento donde no hay caminos del medio, hay dos alternativas en el mundo, no en América Latina, no en Argentina, solamente, en el mundo que son democracia versus autoritarismo. Está en riesgo la democracia tal cual la concebimos, por lo menos, la democracia liberal tal cual se consiguió en el siglo pasado.
En Argentina construir estos consensos democráticos nos costaron más de 30.000 compañeras y compañeros detenidos desaparecidos y cientos de miles de compañeros presos y exiliados. Esa conquista, esa pelea por la democracia, por la vigencia de los derechos humanos, alumbró una luz de esperanza en nuestra patria y el intento de construir un futuro mejor para nuestros compañeros y compañeras.
En este contexto el poder económico, los grupos dominantes, los Estados Unidos de Norteamérica, están, pasando un momento de crisis hegemónica efectivamente, que está trayendo estas consecuencias para nuestra patria, para nuestra América Latina, pero también para el mundo, porque este fenómeno que nosotros estamos viviendo acá, no es un fenómeno aislado de lo que se está viviendo en otros lugares del mundo.
Lo que nosotros hemos visto en Gaza, lo que nosotros y toda nuestra solidaridad con los compañeros y compañeras de Gaza, de Palestina, de Cisjordania, un aplauso, y los trabajadores y trabajadoras de América Latina estamos ahí. Hace mucho tiempo que no se ve en vivo una masacre, un genocidio las 24 horas del día sin que el mundo, los organismos internacionales hagan absolutamente nada. Es grave que estemos viendo cómo se extermina un pueblo o se intenta exterminar un pueblo ante la imposibilidad de la política internacional de fijar nuevas reglas o siquiera hacer cumplir las emergentes de la postguerra.
En este contexto de lawfare, de guerras brutales televisadas, postpandemia, también cuyas consecuencias hay que meter en el análisis y no podemos dejar de pensar lo que significó para la subjetividad, para la lucha de los pueblos la pandemia del Covid. La violencia política como arma de ataque de destrucción y de intento de exterminar a cualquiera que piense distinto, a cualquiera que pueda ser un antagonista, movimiento social, sindicatos, feministas, cada organización de derechos humanos, cualquier persona vista como un objetivo y sujeto de violencia política.
Aquí, como bien se mencionó Dilma con el impeachment, especialmente las mujeres, que no se ofendan, pero especialmente las mujeres, compañeros y compañeras. El impeachment de Dilma, el intento de asesinato de Cristina, la proscripción, Milagro Sala, verdaderamente un intento de disciplinamiento del movimiento social y del movimiento combativo. Este es el escenario que nosotros estamos viviendo.
Algo que me parece que tenemos que pensar es cómo se ejerce en esta nueva etapa de ataque a las democracias, cómo se configura la cuestión de la violencia política. Que tiene distintos rasgos: el narcotráfico, no podemos dejar de analizarlo. Nuestros pueblos en América Latina está siendo un flagelo especialmente para los sectores más pobres de la sociedad. La violencia sexual, la violencia hacia las mujeres, hacia los niños, hacia los ancianos, el intento de invisibilizar la violencia y una categoría sobre la que nos parece hay que profundizar, que tiene que ver con estas democracias de excepción.
Hasta ahora se ha escrito poco sobre eso, pero estamos viviendo en tiempos de democracias de excepción en muchos países del mundo. No solo en América Latina. Esto lo estamos viendo en muchísimos países.
En nuestro sector, el sector educativo, estamos viendo una criminalización de la protesta social, una criminalización de los sindicatos que están peleando muy particularmente en Améria Latina, los sindicatos de educación y de salud, muy particularmente. Y el fenómeno que nosotros estamos viendo desde la Internacional de la Educación para América Latina, es la persecución de líderes sindicales que hoy están a la cabeza de las luchas en muchísimos de esos países.
Cuáles son los desafíos. Cómo generar en nuestros movimientos sindicales, sociales, de mujeres y de feministas, la mística, la memoria, la unidad necesaria para construir otro presente y otro futuro mejor para cada uno de nuesteros pueblos.
Cómo expandir la ciudadanía social, cómo reducir la pobreza y la desigualdad, que siguen siendo nuestra gran mancha en toda América Latina.
No somos pobres. Somos países ricos a los que las grandes potencias han empobrecido y quieren seguir teniéndonos sometidos. El problema no es la pobreza, compañeros y compañeras, el problema es la distribución de la riqueza en América Latina y en el mundo.
En ese sentido, para cerrar, tenemos que fortalecer la fuerza de las mujeres, la fuerza de los movimientos sociales, la fuerza de los jóvenes, la pelea por el ambiente actualizar nuestras demandas. Nada grande se puede hacer con la tristeza. Venimos como decía Jauretche a combatir por el país alegremente.
Viva la clase trabajadora!!!
Viva el movimiento obrero!!!
Viva la unidad de los pueblos!!!
Gracias compañeras y compañeros.


