BUENOS AIRES-ARGENTINA.- El vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, afirmó, esta tarde, que la lucha hegemónica es la lucha por un nuevo sentido común mediante el cambio de su contenido que lo que llevaría a un verdadero cambio del mundo, esto en su participación en el Congreso Nacional de Filosofía 2019, que se desarrolla entre el 3 y 6 de abril, en la Universidad Nacional de Lanús, en Buenos Aires, Argentina.

“La lucha hegemónica es, fundamentalmente, la lucha por un nuevo sentido común, tiene que ver con la lectura, con los discursos, con las narrativas y una gran cantidad de procesos reticulares que tienen que ver en cómo interiorizamos el orden lógico del mundo”, señaló la autoridad nacional, aunque agregó que lo que se debe buscar es el cambio del contenido del sentido común para poder lograr un cambio en el mundo.

Esto porque un sentido común dominante puede ser rebasado por otro, pero no se pierden las ideas del primero y es cuando se presentan los retrocesos políticos y se puede “dar el rescate arqueológico de viejos sedimentos ultraconservadores del sentido común”.
“Parto de la pregunta, ¿por qué es tan difícil cambiar el mundo?, ¿por qué es tan difícil que las cosas se transformen?, ¿por qué en unos momentos en que uno ve tantas injusticias en las regiones, en el continente y en el mundo, no se dan las transformaciones que uno espera?, ¿por qué las clases subalternas no se revelan permanentemente y cuando lo hacen, vuelve a caer en la elección y adopción de las políticas conservadoras que otra vez oprimen a los subalternos?”, reflexionó la autoridad nacional.

Como respuestas se tienen varias explicaciones, desde el esperar que las condiciones objetivas maduren para llegar a la sublevación hasta la versión moderna del aceleracionismo, que indica que se deben acelerar los procesos de industrialización, modernización, desarrollo tecnológico, de intelecto colectivo para esperar que estas condiciones objetivas, por sí mismas, desaten contradicciones que lleven a la gente a sublevarse, y otras más.

“Frente a estas miradas falaces, yo propongo buscar la respuesta en el estudio de la relación entre las estructuras de dominación y las estructuras mentales de acción, entre las posibilidades objetivas que se abren para las personas y el acople con las expectativas que las personas se hacen de sus posibilidades”, señaló.

Para ello, indicó que es necesario tener en cuenta que existe, para todas las personas, una forma de ubicarse en el mundo, que se desarrolla de acuerdo a lo aprendido en la familia y en la sociedad, por observación y repetición, y se convierte en un actuar natural.

También dijo que el lenguaje tiene la capacidad performativa de crear instituciones y nuevas realidades, además, que puede proyectar lo que las cosas podrían ser, “todo esto tiene un orden del mundo, es una manera de representar, proyectar y de combinar la posibilidad de acciones, de representaciones hacia el futuro, es decir, estamos introduciendo orden social a través del lenguaje”, agregó.
De igual manera, la autoridad boliviana señaló que existen conocimientos corporales reflejados por las reacciones del cuerpo ante el asco, el estupor, el temor, las fobias, los ámbitos de indignación y demás que son enseñados.

Todo esto se refiere al sentido común que viene a ser “el conjunto compartido de criterios, de razones lógicas, juicios y prejuicios evidentes con los que las personas absorben y se ubican en el mundo, juzgan el mundo y actúan inmediatamente en el mundo; es una manera de ubicarse en el mundo, de entender el orden lógico del mundo, de juzgar el mundo y de actuar en el mundo; es la gramática profunda de los actos de la vida cotidiana, la lógica de todo lo que hacemos, aceptamos, valoramos o buscamos sin preguntarnos por qué lo hacemos, pero sí nos damos cuenta cuando alguien no lo hace de manera sobreentendida que debería hacerlo”, complementó.

El vicepresidente también indicó que en una sociedad existen varios sentidos comunes, pero “uno es dominante, es el que ordena la jerarquía, las dominaciones, las preeminencias de unos sentidos comunes sobre otros en correspondencia a la preeminencia de la condición objetiva de clase de unos respecto a la condición objetiva de clase de otros”, este sentido común dominante está vinculado a la clase dominante y a los sedimentos heredados de antiguos sentidos comunes dominantes.

Asimismo, indicó que los componentes del sentido común son los preceptos lógicos, que determinan la ubicación en el mundo; los morales, que son el conocimiento emotivo del mundo; los procedimentales, que vienen a ser los modos de actuar inmediatos en la vida cotidiana y los instrumentales, que son la acción dirigida a conseguir ciertos fines.

Pero, aseveró que entre todos estos órdenes y saberes se presenta un campo de libertad “para crear, improvisar, innovar porque siempre va a haber un ámbito de la realidad que no hemos vivido y frente al cual, con las herramientas de mi orden lógico interiorizado, me siento predispuesto y capaz para poder actuar, permanentemente estamos improvisando, innovando y creando, porque no se trata de un orden lógico cerrado, es un orden lógico abierto”, enfatizó.

También afirmó que los momentos revolucionarios se convierten en extraordinarios y que tarde o temprano se dan aunque no existe un modelo para que lo hagan, lo hacen de las maneras más inesperadas: por frustración colectiva activa, quiebre de las tolerancias morales, riesgos de muerte colectiva, crisis de legitimidad, inflación de expectativas colectivas, resquebrajamiento de certidumbre de vida o de futuro, acumulación explosiva de agravios hacia los humildes, abrupta contracción de satisfactores materiales, entre otros.

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