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Hugo Yasky "Desde sus inicios y la conformación de la CTA a los debates sindicales y políticos del presente"
En diálogo con Radio Gráfica repasó sus primeros pasos como maestro, la creación de CTERA en 1973, la dictadura y la conformación de la CTA en la década del noventa. Los debates que atraviesan el presente del sindicalismo y la política en el campo nacional y popular.
Hugo Yasky tiene una extensa trayectoria sindical y política como referente en SUTEBA, posteriormente en CTERA y desde 2006 como secretario General de la CTA unificada y luego de la CTA de los Trabajadores. Actualmente es diputado nacional integrando el bloque de Unión por la Patria. Visitó El Cafecito con un repaso de su trayectoria y el presente político en una entrevista realizada por Lautaro Fernández Elem.
Comienza hablando de su pasión futbolera, de River, club del que es hincha: “la verdad es que da un poco de bronca que no podamos tener a esos pibes como Mastantuono, disfrutándolos un tiempo más. Creo que River ahora parece que le va a poner una cláusula de salida muy alta a los chicos jóvenes, no los veamos salir tan rápido”.
Lautaro Fernández Elem: ¿De dónde viene el fanatismo por River?
Hugo Yasky: Mi viejo era de River, mí vieja de Racing. Somos cuatro hermanos, la mitad salimos de River y la otra de Racing. Mis hijas lo mismo, siguen la tradición, así que es una familia que tiene una parte de River y una parte de Racing.
LA DOCENCIA Y LA MILITANCIA SINDICAL
¿Cómo fueron los inicios en la docencia y por qué esa profesión?
Tuve tres inicios como maestro. El primero de todos fue la colimba. Me había terminado de recibir y me tocó hacerla en la Escuela de Ingenieros. Ahí había un grupo de 35 muchachos que eran analfabetos, entonces el Capitán que estaba a cargo me propuso que fuera alfabetizados. La verdad es que fue una linda experiencia. Eran colimbas de Corrientes y Córdoba, mayormente de zona campesina. Terminábamos de hacer todas las tareas del día, nos duchábamos y antes de ir a cenar teníamos las clases.
Formalmente, fui maestro la primera vez en La Matanza con una suplencia corta. De ahí en más en más seguí trabajando en La Matanza, en distintos barrios, pero la mayor parte del tiempo en González Catán donde en 1978 me dejan cesante a mí y a otros compañeros.
En el 1977 ya habían dejado cesante a Mary Sánchez y a todo el grupo que conducía el sindicato. Allí elegimos una conducción en la que éramos siete delegados de escuelas que nos hicimos cargo del sindicato. El sindicato era un local muy chiquito. Y en el año 1978 nos dejan cesantes a los siete delegados que nos habíamos hecho cargo de esa conducción provisoria.
El tercer inicio fue en Lomas de Zamora, en forma clandestina, porque en ese momento no estaba en condiciones a trabajar tras haberme dejado cesante. Aún estaba el gobierno militar, pero como en esa época no había sistemas informáticos, cada distrito te inscribía con papeles. Empecé a trabajar en Villa Fiorito donde fui parte de la construcción del sindicato en Lomas de Zamora.
¿Cómo era entonces la militancia sindical educativa? Con grandes referencia como la de Mary Sánchez, la de Estela Maldonado, la de Isauro Arancibia, entre tantos otros.
CTERA fue fundado en el 11 de septiembre de 1973, el primer acto fue una marcha a la embajada de Chile porque ese día habían derrocado al presidente Salvador Allende. Cuando terminamos el Congreso marchamos para ahí en un momento de mucho activismo político y militancia.
CTERA fue un sindicato combativo al que se lo miraba con desconfianza desde el peronismo, a pesar de que tenía un enorme dirigente como Isauro Arancibia que era peronista. Pero al principio estaba conducida por una especie de alianza sindical donde había radicales, del Partido Comunista, del socialismo y algún sector trotskista. Esa era la conducción de CTERA, y esa alianza fue la conducción durante 15 años.
Hasta el golpe militar fue una militancia con muy activa, con muchos paros, en donde se va construyendo una conciencia muy importante porque la CTERA de entrada rompe con ese planteo profesional de las experiencias gremiales previas a CTERA que básicamente consistían en pedir mejores salarios o plantear algún punto del Estatuto del Docente.
La CTERA empieza a politizar el planteo de la educación y fundamentalmente plantea que la educación tiene que ser un derecho que tiene que estar al servicio de los sectores populares, de la clase trabajadora y que el docente tiene que formar parte de lo que entonces denominábamos el movimiento de liberación. Esa politización marcó desde el principio la militancia sindical.
Hoy, en cambio, hay una persecución con la idea que trata el gobierno de inculcarles a los padres, que hablar en la escuela de los derechos humanos, de que hablar de las Madres o de las Abuelas de Plaza de Mayo, de los principios de la identidad nacional, el anticolonialismo, todo eso hoy puede ser pasible de una denuncia porque dicen que es adoctrinamiento.
Hago un pequeño salto en la historia para ir a la CGT a principio de los 90, al nacimiento del MTA (Movimiento de Trabajadores Argentinos), la militancia de Germán Abdala en ATE, la de Saúl Ubaldini previamente en la CGT, son todos procesos que terminaron confluyendo en la creación de la CTA con Víctor de Gennaro como secretario general.
En el año 92, hacemos la primera reunión en Burzaco, en el Gran Buenos Aires. Estaba De Gennaro, Mary Sánchez, Alberto Pichinini, Victorio Paulón, grandes dirigentes sindicales. No fue fácil dejar la CGT. Nosotros, por ejemplo, el gremio docente luchamos denodadamente para que la CTERA ingresara a la CGT, porque muchos de los que militaban en los gremios docentes que no venían del peronismo, que eran muchos, planteaban que nosotros no teníamos que estar en la CGT. Algunos la veían con malos ojos y otros directamente porque eran antiperonistas. Les parecía que el docente era más un profesional que tenía que colegiarse. Siempre recuerdo que cuando vos ibas a una asamblea y decías “compañero” enseguida saltaba alguno o alguna maestra que que decía, “Colega, acá no hagamos política”. Luchamos mucho para entrar a la CGT y como vos decís, costó muchísimo tomar la decisión de salir, de irse de la CGT. Es más, al principio la CTA se llamó Congreso de los Trabajadores Argentinos, con la misma sigla.
En un Congreso se decidió que íbamos a ser una corriente crítica que se moviera por fuera de la CGT, que en ese momento la habían cooptado los dirigentes menemistas y que habían hecho un cerco de parálisis alrededor de Saúl Ubaldini. Es una etapa donde empiezan las privatizaciones y las leyes que perjudican, entre otros, al sector de la educación porque en 1992 se transfiere la educación a las provincias sin financiamiento. Ahí sentimos la orfandad.
Me acuerdo de los compañeros del sindicato de gas, un compañero de apellido González, nosotros, los de CTERA y los estatales sentimos que había dirigentes en ese momento que creían que ese era el camino, que no había otra opción, otros que estaban convencidos de lo que hacían, otros que estaban haciendo negocios, había un un mix.
Por distintos motivos, muchos dirigentes acompañaron las políticas del menemismo. Fue un momento donde los gremios del Estado quedamos a la intemperie, sin protección. Es más, cuando nos convocamos a una serie de marchas, porque al principio el gobierno de Menem hubo grandes marchas del sector público, nos empezaron a mirar mal. Recuerdo un paro con movilización que hicimos, en ese momento conducía Mary Sánchez, y amaneció la ciudad de Buenos Aires con afiches que mostraban una caricatura de Mary Sánchez tocando un bombo que decía, “Mary, larga el bombo y agarrá la tiza”. Después nos enteramos que esos afiches los había financiado Barrionuevo, por ejemplo, que era alguien que compartía con nosotros un lugar en la CGT.
Y en medio de esos debates va madurando la idea de anunciar nuestra salida de la CGT sin definir todavía la conformación de otra central. Eso es una decisión que madura varios años después porque era casi una herejía en ese momento salirse de la CGT.
Intentamos quedarnos en la CGT, recostarnos sobre Saúl Ubaldini, pero fuimos viendo que éramos un sector muy minoritario y que algunos conflictos, como por ejemplo, el intento de los trabajadores de FOETRA de resistir la privatización eran quebrados y sin el acompañamiento que tendría que haber tenido esa lucha. Me acuerdo siempre de un gran dirigente Héctor Esquivel que marchaba arropado con una bandera argentina. Fue un momento muy doloroso porque veníamos con la mística generada por la CGT de los 13 paros y de pronto vimos que no había voluntad de que esa mística tuviera continuidad y finalmente optamos por ese camino que fue el que después lo llevó a Hugo Moyano y al Bocha Palacios, entre otros, a conformar el Movimiento de Trabajadores Argentinos.
Aunque también hay que decirlo, porque cuando uno habla así parece que la CGT siempre hubiese sido una sola. Y la verdad la CGT estuvo más tiempo dividida que conformada en una sola organización. Cuando se produce el golpe del ´55 hay un sector el sector al que se lo denomina colaboracionista, y otro sector que encara la resistencia, y eran dos sectores absolutamente diferenciados.
En los ´60 se creó la CGT de los Argentinos, durante la dictadura estuvieron la CGT Azopardo que encabezaba Triaca y la CGT Brasil de Ubaldini. En los 60, también se creó la CGT de los argentinos. El MTA y la CTA, es decir, siempre hubo dos vertientes en el movimiento obrero, siempre. A veces convivieron bajo el mismo edificio, y otras lo hizo cada uno tomando caminos distintos. Hoy ese debate está dentro de la CGT, creo que frente al gobierno de Milei se siguen expresando esas contradicciones. Pero bueno, creo que la experiencia y lo que se aprende con los años indica que hay que tratar de construir la unidad y llegar en algún momento a tener una sola central que históricamente será la CGT. Ese sería el punto que uno quisiera alcanzar.
Hoy estamos las dos CTA intentando un proceso de reunificación y a la vez con buena relación con los gremios de la CGT. Se ha conformado un espacio interesante que es el “Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo y los Salarios dignos”, que realizó una marcha muy importante hace poco frente al Ministerio de Desregulación, marchamos con el Garrahan y decidimos participar de la marcha del próximo 7 de agosto tomando la tradición de la CGT de Ubaldini de marchar desde San Cayetano junto con los movimientos sociales.
Es decir, son procesos que nos van nuevamente entrelazando a gremios de la CGT, gremios de la CTA en esta vertiente que expresa un sindicalismo combativo conviviendo con otros sindicatos que tienen otra mirada. Creo que todos sabemos que Milei lo que quiere es destruir al movimiento sindical y que no hay margen para dudar. Se podrá decir, estoy dispuesto a jugar más o menos, tratar de salvar los trapos bancando con cierta pasividad, pero más allá de eso, todos sabemos que Milei quiere llevarse puesto el sindicalismo porque es la tarea que le encomendaron las corporaciones que lo apoyan.
Hiciste un racconto del sindicalismo en distintas etapas: la década del 70, de los 80, de los 90. Hoy ¿Qué particularidad ves? ¿Qué ves en particular con Milei que lo convierte en algo tan raro, tan único?
Milei tiene puntos de contacto muy fuertes con lo que significó José Alfredo Martínez de Hoz en la Argentina. Él dice que se identifica con el menemismo. Creo que lo dice porque no puede decir abiertamente que lo que realmente lo identifica es José Alfredo Martínez de Hoz. Toda la Junta Cívico-Militar en realidad ejecutaba el plan de ese sector del poder económico de la Argentina que representaban los Martínez de Hoz y compañía que vinieron a desindustrializar a la Argentina y a convertirla en un país exportador de materias primas, en un país que se subordinado a la política de Estados Unidos a lo que nosotros llamamos la división internacional del trabajo, ahí donde el imperio dice, “Ustedes producen materias primas, energía, recursos estratégicos, como como las tierras raras”.
Hoy se está desindustrializando a la Argentina. Hoy se está atacando a las empresas, que se van del país, atacando a las pymes que no resisten y eso genera el proceso que estamos viviendo ahora. Tiene además un punto en común que es el hecho de que estamos en un proceso de debilitamiento de la fuerza sindical. En aquella época lo hacían con la desaparición de comisiones internas, de delegados. Siempre lo pienso, si no hubiesen asesinado a 30.000 compañeros y compañeras, quizás hubiésemos estado en la segunda y tercera línea de las conducciones sindicales que vinieron después. Porque hubo grandes dirigentes, grandes activistas, grandes luchadores del movimiento sindical que fueron asesinados, muchos que no los conocemos, pero los hubiésemos conocido porque eran militantes en comisiones internas, en cuerpo de delegados.
Martínez de Hoz decía, “muerto el perro, muerta la rabia”. Es decir, había que eliminar al peronismo y al sindicalismo y para eso había que eliminar la industria. Milei ejecuta el mismo plan. Fijate que estamos, no ya a través de la eliminación física, pero hay informalidad laboral que crece.
“HAY UNA BRONCA EN ASCENSO CON LAS POLÍTICAS DE MILEI”
Uno de los grandes debates sobre la comunicación y la opinión pública —que cala hondo incluso en trabajadores formales y sindicalizados— es cómo convive el descontento con las políticas públicas -como ocurrió durante el gobierno de Alberto Fernández con la alta inflación y la pérdida del poder adquisitivo- con un creciente malestar hacia la política, la democracia, la gestión pública y la economía nacional. ¿Cómo es que ese descontento puede ser captado y redirigido hacia propuestas autoritarias o antidemocráticas que, lejos de resolver los problemas, buscan barrer con las instituciones?
Pienso que hay un descontento que también está empezando a horadar la figura de Milei. Creo que le están entrando cada uno de los golpes con los que intentamos detener este brutal y acelerado proceso de empobrecimiento de nuestra población. Porque más allá de que te muestren una ecuación numérica por la cual la pobreza decrece, cada vez se deteriora más el nivel de vida de nuestro pueblo.
Hoy la caída de 18% del consumo en los alimentos y en los productos que compra la gente, la inmensa mayoría de la gente y alza exorbitante del patentamiento de autos de alta gama. Esa brecha enorme entre los que están cada vez mejor, que son pocos, y los que están cada vez peor, que son muchos, empieza a generar descontento.
Hay mucha gente que empieza a preguntarse si la casta era el jubilado, si la casta era la enfermera del Garrahan y esto explica que las marchas que se convocan, no solamente crecen en adhesión física, crecen también en la adhesión de los que empiezan a ver que esta gente por algo está marchando. Al principio del gobierno me acuerdo hicimos un gran acto, con marcha enorme que hicimos en el Congreso, pero fue enorme el rechazo de la sociedad a esa marcha. Las dos cosas fueron enormes.
En este momento estamos haciendo marchas que tienen masividad, y empiezan a tener un nivel de acompañamiento porque creo que a Milei se le está gastando el discurso de descalificar, de insultar y no mostrar resultados. El único resultado que muestra es una inflación que está anclada justamente en la caída del consumo en los sectores populares y eso tiene fecha de vencimiento. Dice que tiene una macroeconomía sólida, pero es mentira, tampoco entran dólares.
Creo que estamos en un momento en el que va a empezar un proceso donde de manera ascendente la bronca de la gente se va a ir expresando. Y hay que ir a buscar —y voy a la pregunta que hacías sobre los compañeros y compañeras que votaron a Milei— no con la idea de decirle, ¿viste? ¿Te diste cuenta? si no, a escuchar y a darle la posibilidad de que se sientan identificados con la idea de que la salida hay que construirla colectivamente.
Milei lo que necesita es la indiferencia. Milei lo que necesita es que el obrero que está en la fábrica al momento de la paritaria diga “no noy porque nos van a cagar. Yo me quedo donde estoy”. Esto es lo que necesita Milei, que la maestra o el maestro o el enfermero cuando los compañeros los convocan se quede en la casa. Y que cuando vayamos a votar dentro de unos meses, los pobres se dejen de joder y se queden en la casa. Que miren la televisión, que tomen vino, que hagan otra cosa, pero que no voten porque el voto lo van a decidir los que están viviendo bien. Ese es el milagro por el que la derecha en América Latina ganaba elecciones cuando nosotros teníamos gobiernos populares y en Colombia ganaba la ultraderecha de Uribe. ¿Cuál era la ecuación del milagro? Que votaba el 20 o 25%. Eso es lo que quiere Milei.
Hacia dónde ir hoy, ¿Qué horizonte político construir?
Días aprobamos en las dos CTA un programa. Son 12 propuestas políticas para salir de la crisis en la que nos metió Milei. Pero no políticas mágicas porque Milei mintió. El ajuste lo iba a hacer la casta, iba a dolarizar e ibas a cobrar en dólares. Ese fue el verso de Milei.
No podemos ir con la mentira piadosa de los que quieren construir una salida popular con moderación. Nadie nos va a creer. No podemos pretender que la gente nos siga si no tomamos el toro por las astas. Es decir, en este país hoy pagan más impuestos los pobres que los ricos. Bueno, hay que decir que tienen que pagar más impuestos los ricos y hay que demostrarlo. Impuesto a los sectores de las grandes fortunas, lo pusimos por única vez en una iniciativa que en parte empujó la CTA cuando fue la pandemia. ¿Porqué por única vez? Empezar a plantear temas como la reducción de la jornada laboral, la necesidad que este no sea un Estado que regala sus recursos naturales. Empezar a discutir políticas para darles la posibilidad a los jóvenes que trabajan en las plataformas de tener algún tipo de vinculación que les permita tener derechos como trabajadores. Es decir, no puede ser que si trabajás en una plataforma, no tengas absolutamente ningún derecho. El único derecho es explotarte a vos mismo o a dejar explotarte y te cagas de hambre. Esas cosas son cuestiones que para mí tenemos que poner en discusión.
Poner en discusión porqué y para qué el Estado necesita recursos. Poner en discusión cómo garantizamos la transparencia de los que gobiernan, cómo logramos vincular que las personas que designás en un cargo de gobierno o en un sindicato tengas la plena seguridad de que vive igual que vos o más o menos como vivís vos. Me parece que eso hay que recuperarlo porque es la única manera en la que vamos a poder salir de esto que ellos generaron, ellos construyen el caos. Steve Bannon dice, “Hay que llenar la zona de mierda.” Literalmente lo dice así. Y si ves al Gordo Dan, todos esos son camiones atmosféricos que disparan mierda permanentemente, estamos nadando entre soretes para tratar de ver quién tiene razón y hay que terminar con eso y la forma de limpiar eso, es decir, mirá este candidato sale a la calle igual que vos, vive igual que vos y está dispuesto a poner el cuerpo, arriesgar lo que hay que arriesgar para gobernar este país y que no sea siempre a favor de lo más poderoso.
Ni que hablar de la Justicia. Hoy haces una encuesta de opinión y preguntás ¿cuál es la institución más desacreditada del país? La respuestas es la Justicia. Ahora, nadie habla de cambiar eso. ¿Por qué? ¿Por qué no podemos hacer como se hizo en México un sistema para que deje de ser vitalicio el cargo de los jueces? ¿Porqué tiene que ser vitalicio? Nosotros, los sindicatos, tenemos que ir a elecciones cada cuatro años, los diputados, los senadores cada 4 años, y estos tipos están toda su vida al servicio de las corporaciones económicas, viajan como viajaban al Lago Escondido en tour todos contentos, felices. Después van a pensar cómo hacen para cagar a un tipo que se robó una gallina o con Cristina Kirchner en prisión condenada, sin poder ejercer cargos públicos de por vida. Esas son las cosas que tenemos que poner en discusión y sobretodo decirle a la gente que no hay victoria fácil, que no hay magia.
Milei te vendió el boleto al paraíso y te hundió en un baldío lleno de soretes. Nosotros no vamos a construir el paraíso en dos años, pero si decís la verdad, pienso que la gente nos puede acompañar partiendo de una premisa: no hay ningún país que funcione sin trabajo. Si no hay trabajo, lo que va a haber es especulación financiera, grandes negocios para algunas multinacionales y hambre para la mayoría.
Hugo, Voy al centro del análisis que hiciste, apuntabas a lograr un candidato que sea una personas común que pueda acercarse a la realidad, a que la gente nos acompañe ¿Crees que el movimiento ha funcionado más como un partido?¿Estamos un poco presos del electoralismo?
Yo particularmente vivo en una zona permanentemente de convergencia de aguas. Soy dirigente sindical y soy diputado. Y además formó parte de un movimiento político: Movimiento Derecho al Futuro. Lorenzo Miguel, un hombre que dejó una huella grande en el movimiento sindical, al que alguno le gustará más y a otro menos, pero que fue un sindicalista de ley decía “no hay salida a la demanda social, si no hay salida política”.
En mi caso, que vivo de años de resistencia y de lucha en la calle, sé que sin lucha popular, sin movimiento popular potente, no hay salida política. Pero no hay lucha social ni movimiento popular potente si a la vez no construimos una salida electoral, es decir, las dos cosas tienen que estar, el problema es cuando a veces la resistencia popular termina llevando al gobierno a que naufrague en la propia impotencia.
Un ejemplo positivo de eso fue el gobierno de Néstor Kirchner. Néstor asciende sobre la base de las luchas populares, no hubo otra, o sea, el estallido y todo lo que le precedió posibilitó una salida que fue la de Néstor y Néstor entiende eso y empieza a generar hechos concretos que fueran una señal. Había llegado con muy pocos votos, necesitaba dar señales de que con él venía otra cosa. Tiene el gesto de la ex Esma; va él mismo y le paga a los maestros de Entre Ríos, lleva la guita y la pone él, aunque no correspondía hacerlo porque en ese momento todavía no había ninguna ley que comprometiera al gobierno nacional a poner plata en la provincia para el salario docente; baja el cuadro de los militares (Videla y Bignone), y ahí empieza a construirse un movimiento que le da sentido a la política. Y lo perdimos cuando llegamos a un punto en el que agotamos nuestros propios horizontes en la impotencia de lo que fue el gobierno de Alberto Fernández.
Mirando hacia 2027 y teniendo en cuenta la experiencia del Frente de Todos y habiendo transitado primero la derrota con Macri, luego el triunfo contra él y finalmente la derrota frente a Milei ¿El camino hacia 2027 debería ser otra vez “unidad hasta que duela”, con todos adentro aunque sea complejo, o apostar, como ya proponen algunos compañeros, por un grupo más chico pero fuerte, con una línea clara, aunque eso implique que quienes no coincidan queden afuera?
Es necesaria la unidad con límites porque puede pasar que Daniel Scioli cuando Milei se termine de desmoronar se acuerde de que es peronista, y quiera venir a decir: “la verdad volví porque entendí que tenía una misión para el pueblo del otro lado, pero bueno, vuelvo y quiero ser candidato”. Por supuesto, creo que hay límites para la unidad, pero el límite para la unidad lo tienen que poner los contenidos del proyecto. No podés hacer una unidad y dejar todo en una especie de vacuidad, de cosa indefinida que después da para cualquier cosa. Es decir, vamos a tener que definir algunas cuestiones. Y eso nos va a hacer creíbles y le va a dar sentido a la unidad. Yo creo que es bueno que hoy estemos discutiendo listas de unidad. Es bueno que hoy tengamos que discutir las listas, porque en otro momento ni se discutía la lista. Entonces me parece que eso es lo positivo en la unidad.
Ahora, tenemos que generar determinado anticuerpos, sobre todo para que el proyecto que se le plantee a la gente tenga que ver con las luchas que empezaron desde que Milei asumió y que van a seguir creciendo, que tenga que ver con retomar un proyecto de país que va a costar mucho volver a poner en funcionamiento.
En parte, porque hay cambios que se están dando porque el mundo está cambiando y en parte porque hay un profundo daño que se está haciendo en el país, pero creo que es posible construir en unidad sin que esto signifique hacer un Arca de Noé donde cuando los herbívoros estén adentro sean pasto de los carnívoros.
LAS ELECCIONES PROVINCIA
¿Cómo ves las elecciones en la Provincia?
Primero necesitamos poner como eje de cualquier discusión derrotar a Milei para que, en esa madre de todas las batallas que va a hacer la provincia de Buenos Aires, empiece la cuenta regresiva para Milei. Milei y el PRO quieren conformar una derecha que definitivamente ate a la Argentina un esquema en el que vamos a ser un país tapón para que en América Latina no se pueda construir una unidad regional, no pueda integrarse al BRICS, tenga que depender de las políticas que se decidan en Washington.
En esos puntos Axel y Cristina no tienen diferencias, ninguna. En esos puntos hay un absoluto acuerdo y me parece, que eso es lo esencial. Después hay discusiones con Máximo Kirchner que él mismo las hizo públicas. Me exime a mí de tener que decirlo. Desde que hicimos el primer acto en Avellaneda hasta el otro que hizo en La Plata se encargó de cuestionar desde una posición de soberbia a un compañero que estaba nada más ni nada menos que gobernando la provincia que Milei quiere destruir, asfixiar, quitarle recursos y le genera conflicto tras conflicto. A Axel y al resto de los gobernadores, por eso ahora los gobernadores se están uniendo. Ojalá eso tome algún tipo de cuerpo, pero han entendido y han visto a dónde los lleva Milei.
Las discusiones pasan por definir una manera más horizontal de construir en un movimiento donde la diversidad se tiene que expresar, donde tenemos que ser capaces de pensar la política como algo colectivo, donde tenemos que construir instancias para que en un determinado momento las decisiones se tomen en una mesa donde se sienten los que representan distintas miradas, construir una mesa de conducción donde esté el sindicalismo, los movimientos sociales, los representantes de la política, los representantes de la cultura, construir algo que otra vez le dé a nuestro movimiento político la fortaleza que se nutre de distintas miradas, con una síntesis, por supuesto, pero no que esto dependa de una o de dos personas.
Creo que eso es básicamente lo que se discute. Después puede haber diferencias que tienen que ver con cuestiones más bien coyunturales, Axel enriquece al kirchnerismo. Hasta ahora el kirchnerismo era Cristina, era Máximo. Hoy el kirchnerismo es el Movimiento Derecho al Futuro junto con Máximo más Cristina. Hoy luchamos todos juntos, pero componemos un movimiento donde se enriquece con el aporte de un sector que tiene nada más ni nada menos que llevar adelante el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
¿Podría ocurrir que la opción de cara a 2027 vuelva a ser alguien que hoy no está en el centro del aparato o de la discusión, más allá de los nombres que suelen mencionarse que hay buscar en los gobernadores o el movimiento obrero? ¿Será que la opción o la línea que nos saque de esta situación ya están entre nosotros o aparecerá por otro lado, incluso aunque hoy no lo visualicemos?
Yo creo que si hay vasos comunicantes entre la calle, la lucha social, la política y la construcción de los que están gobernando en provincias que intentan ser disciplinadas en el ajuste por Milei, si hay vasos comunicantes, esos liderazgos tienen que surgir desde los distintos sectores que formen parte del movimiento. Si no está esa posibilidad va a ser muy difícil construir, o sea, imaginar una profesionalización de la política y que los políticos que surjan vengan todos de una especie de probeta es imposible, no va a haber candidatos que surjan así. No va a haber ninguna victoria fácil para nuestro pueblo. No va a haber victoria fácil. En general no hay victorias fáciles para nada. Una victoria fácil generalmente te lleva a la derrota, a la larga o a la corta. Nos pasó a nosotros. Entonces, creo que tenemos que tratar de construir con esa idea. Que tiene que haber vasos comunicantes, hay que construirlo. Naturalmente no se dan. Si lo dejás librado a lo que naturalmente es, las luchas sociales van a ir por un lado, la política por el otro y lo que define a las candidaturas, van a ir por otro.
Hay que construir esos vasos comunicantes y hay que entender que no hay posibilidad de ningún cambio si no alimentás la construcción de lo electoral de las luchas sociales en un país como el nuestro donde el pueblo está sufriendo y donde la única manera de mover la aguja es desde la calle, como lo estuvimos viendo hasta ahora, porque la experiencia demuestra eso. Cuando la aguja se movió fue porque pudimos interpretar en el Congreso lo que la calle estaba planteando.
LA PRISIÓN DE CRISTINA
Voy a la reacción ante la prisión de Cristina. Hubo una marcha importante a Plaza de Mayo en el momento. Pasó un mes, ves que la movilización y el pedido de libertad sigue vigente, con la misma intensidad?
Cristina va a volver a ser una persona libre. La mejor manera de defender a Cristina es construir la solidez, la fuerza, la vitalidad de la protesta popular. Esa es la mejor manera.
Si en la provincia de Buenos Aires gana Milei por afán. Si en el Congreso agachamos la cabeza y nos sometemos. Si los estudiantes finalmente dejan de creer en la universidad pública, si los trabajadores y los sindicatos sacan bandera blanca y se entregan y van al diálogo y todo es diálogo de gente arrodillada, ahí sí, estaríamos soltándole la mano a Cristina. No soltarle la mano a Cristina, ojo, no es solamente Cristina, es la democracia. Yo presento la denuncia contra estos personajes que pedían tanques en la calle, no tanto por ellos, lo presento para defender la democracia. Y defender a Cristina es defender la democracia, si no este país no va a tener democracia.