El pasado sábado 8, en el marco de diversas actividades contra las expresiones de odio, tuvo lugar una marcha en Roma, de la que participó una delegación de esta Central. “No más fascismo” era el lema y se trató de una manifestación multitudinaria.
Asistieron por esta Secretaría el titular de Relaciones Internacionales, Roberto Baradel y el Director del área de Migraciones, Rodrigo Borrás. El recorrido comenzó el mediodía del sábado en la Piazza della Repubblica para llegar a la Piazza del Popolo, punto de referencia histórico para el movimiento trabajador italiano.
Allí Maurizio Landini, secretario general de la Confederación General Italiana del Trabajo, cerró el encuentro con un vibrante y claro mensaje sobre la necesidad de consolidar una red intersindical internacional antifascista, por el trabajo, los derechos y la democracia y por el rescate de la memoria de las luchas sociales, contra las amenazas a los derechos laborales y sindicales. Desde la CGIL, acompañada por una nutrida delegación de representantes sindicales de todo el mundo, también se reclamó que en Italia y Europa vuelva a ponerse en el centro de la discusión los asuntos referidos al trabajo y la justicia social. En ese sentido, la confederación italiana presentó un decálogo de propuestas en vistas a la asunción de la próxima primera ministra, Giorgia Meloni, electa el pasado 25 de septiembre por el partido de extrema derecha Hermanos de Italia.
Asimismo cabe consignar que esta movilización se realizó en el primer aniversario del ataque que sufriera la sede romana de la CGIL por un grupo de neofascistas durante una manifestación contra el pasaporte COVID, el 9 de octubre de 2021. Por otro lado debemos recordar que la Piazza del Popolo se convirtió en un clamoroso llamado a favor de la Memoria y la Verdad históricas y la Justicia social, cuando están llegando al poder en Europa organizaciones neofascistas que claramente se identifican con ese período de la historia europea, en una siniestra experiencia que culminó con la Segunda Guerra Mundial y que dejó como secuela millones de muertes, una crisis económica, social y política de muy difícil superación y el horror encarnado en el Holocausto antisemita.