A tres años de la muerte de Mariano Ferreyra, ni olvido, ni perdón.

El domingo 20 de octubre, se cumplieron 3 años del asesinato de Mariano Ferreyra, aquel joven trabajador que reclamaba paso a planta permanente de los tercerizados en la Línea Roca. Ese mediodía la manifestación en Barracas terminó con una bala en el pecho de Mariano y sus 23 años de vida. Resultaron heridos, también, tres compañerxs suyos: Elsa Rodríguez, Nelson Aguirre y Ariel Pintos. Y la burocracia sindical en manos de Jose Pedraza que conducía la Unión Ferroviaria dejó en evidencia sus intereses, entre los que no estaba – por supuesto - el escuchar, atender y resolver las dificultades de sus trabajadores.

En el enfrentamiento de Barracas, se suman con distintas pero igualmente verificables responsabilidades los sindicalistas, la policía y el poder político. Un cúmulo de malas intenciones, de torpezas y corrupción terminaron con la vida de ese joven que lo único que reclamaba era mayor estabilidad laboral para sus compañerxs.

El juicio tuvo lugar el 19 de abril de este año, y aunque a algunos les dejó un gusto amargo, entendemos que fue un acto de justicia y reparación, según explicó su propia familia. Como militantes de un sindicato no podemos dejar de lado la reivindicación que Mariano llevó como estandarte y tomamos como una demanda propia: la precarización laboral. Por eso exigimos que en cada fábrica, cada escuela, cada línea de tren o subte, o cada lugar donde haya trabajadores se elimine el trabajo en negro o informal y se formalice la jornada laboral.

Por todo esto lanzamos la “Campaña de Trabajo Digno”, lograrlo será ése el mejor homenaje a nuestro alcance.

Matías Zalduendo es referente de Juventud CTA

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