Con profundo dolor ante una muerte sin explicación más la impunidad de efectivos policiales de las fuerzas de seguridad, la CTA Florencio Varela declara su más enérgico repudio al Sargento Isaías Cano, policía bonaerense, efectivo de la comisaría 5ª, que usó su arma para disparar a Ramón Moreira y a Enrique Romero, vecinos, trabajadores, jóvenes y jefes de hogar, el pasado 21 de Julio en nuestra ciudad.

Junto a su esposa, hijas, familiares, amigos y compañeros despedimos con pesar a Enrique, víctima de Gatillo Fácil en manos de un criminal formado en las tropas de la fusiladora bonaerense y acompañamos en su convalecencia a Ramón Moreira quien fuera gravemente herido por el mismo policía en el episodio.

Exigimos a la Justicia Bonaerense, y a la fiscalía que interviene en particular, un inmediato esclarecimiento de los hechos que impida que la causa que se inicie se convierta en un interminable derrotero de dolor para sus deudos y el desamparo de los varelenses ante el peligro e inseguridad social que provoca la tolerancia dentro de la fuerza de asesinos sin condena vistiendo un uniforme. Asimismo, recordamos que Marta Jorgelina Oviedo, mujer policía que torturó y asesinó a Andrea Viera en la comisaría 1ª de Florencio Varela, fue "premiada" con el arresto domiciliario por ser enferma cardíaca, según la certificación de un traumatólogo; ante estos hechos aberrantes volvemos a exigir Justicia Completa: Juicio, Castigo y Cárcel Común a los responsables.

Nuevamente, instamos a todas las fuerzas políticas locales y al gobierno municipal a rubricar el compromiso con políticas públicas que le pongan límite a la impunidad en el accionar de las fuerzas de seguridad. Nuestra sociedad necesita de dirigentes y referentes sociales que impulsen una política de estado con una clara concepción democrática y un posicionamiento público que repudie sin eufemismos la violencia institucional instalada como práctica cotidiana en cada una de las comisarías de nuestro distrito.

Apelamos a todas las organizaciones sociales, culturales, sindicales, políticas y religiosas a expresarnos y encolumnarnos en la defensa de la vida de todos y todas, a favor de construir consensos en torno a las políticas de una seguridad democrática concebida desde la participación social y la conducción civil de la Policía Bonaerense y a poner por delante el interés superior de la defensa de los derechos humanos antes que la defensa corporativa de mezquinos intereses.

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