¿Cómo realizar un acompañamiento cuando una mujer víctima de violencia nos pide ayuda?, ¿cuáles son los límites para el acompañamiento?, ¿cómo hacer una buena y oportuna derivación?, ¿qué rol pueden cumplir las organizaciones sociales y sindicales?, ¿cómo mejorar el trabajo en red y la situación en cada distrito y región? Fueron algunos de los temas que se trabajaron en CTA provincia de Buenos Aires, desde la Secretaría de Género, con compañeras de Hurlingham, San Vicente y Punta Indio.
La capacitación en “trabajo para un mejor acompañamiento a víctimas de violencia de género” a cargo de la psicóloga Norma Giorno, la abogada Celina Urtazún y la responsable de la Secretaría de Género de CTA Provincia Flavia Delmas, surgió como iniciativa de quienes al asumir un rol activo de acompañantes, se les presentan dudas, obstáculos y por ende la necesidad de optimizar este compromiso.

Entre los riesgos de un “sobre acompañamiento”, de no saber en qué momento debe “soltarse la mano”, se encuentran el de tomar decisiones por la mujer o intentar reemplazar con voluntarismo el trabajo de profesionales, esto puede traer consecuencias no deseadas, como aumentar la vulnerabilidad de la persona que intentamos ayudar o bien agotarnos en el camino.

Tan importante como saber que ningún caso es igual a otro y todos requieren de una escucha activa, es poder tener una distancia como acompañante, “yo no soy ella y las posibilidades de decidir son las de ella”, aclaró Giorno. Se debe brindar información pero los tiempos en la salida de la violencia, son personales.

La acompañante tiene una primera escucha privilegiada, ayuda a que la mujer se organice, a ver cuándo se anima, en la primera etapa se la escucha y se deconstruye lo naturalizado y deslinda a equipos intervinientes que deben evaluar el riesgo.

“Sin tratamientos las mujeres repiten la historia”, afirmó la psicóloga, por ello es fundamental la existencia de grupos interdisciplinarios con perspectiva de género en los distritos.

La mujer víctima de violencia tiene sus tiempos personales, a veces esos tiempos se traducen en años para poder salir. La salida de la violencia ayuda a las mujeres a descubrir sus potencialidades, describió Florencia Isola, de San Vicente que “cambian hasta sus gestos”. La acompañante tiene que estar en el momento de poder visibilizar mitos y prejuicios para fortalecer la salida de la violencia.

Es importante en este camino del acompañamiento que la organización se prepare antes de que lleguen los casos, y uno de los temas a tener en cuenta es que no hay que subestimar al sujeto agresor, lo que se traduce en no exponer ni exponerse.

Como primer paso, ver qué características hay en la zona, qué instituciones y de quién dependen, con qué recursos humanos se cuenta, aunque pertenezcan a organizaciones que no sean las “comunes” en estas temáticas, como las deportivas. Comenzar a crear una red de organizaciones que se sumen a construir estrategias para el abordaje de la violencia. El reconocimiento institucional hace al fortalecimiento de la organización de base.

Debemos conocer si hay Juzgado de Paz o Tribunales, si hay Comisaría de la Mujer o un equipo de atención en Comisaría común, si el sistema de salud lleva adelante los Protocolos, si contamos con escuelas comprometidas en la temática, si funciona la Mesa Local [1] y cómo podemos sumarnos a ella si todavía no pertenecemos a la red. Cómo podemos promover la conformación de la Mesa local en los lugares donde no existe.
La articulación es un trabajo de perseverancia, en el que la decisión política es fundamental, contaron Ofelia Llanos y Mirta Grillo, de Punta Indio, que lograron este objetivo “a través de la presencia en la calle”.
Cuando más puede una acompañante apoyarse en lo institucional es cuando mejor se puede vehiculizar el proceso de salida emprendido, la construcción de una articulación institucional permite que a quien acompaña no se le suman problemas.

Otros datos fundamentales en el proceso emprendido son saber qué planes percibe, con qué recursos o autonomía económica tiene y conocer las redes de confianza, de contención de la persona, que no sólo se circunscribe a lo familiar. Las redes de sociales y personales, permiten dejar como última instancia al refugio.

Qué sucede cuando la institución no responde, era una duda que, por las características del distrito, se les presentaba como un problema a Julia Maza y Viviana Lodos de Hurlingham, “la denuncia puede hacerse en fiscalía o recurrir a Provincia” aseveró Urtazún, quien puso a disposición la información de a dónde se puede recurrir, en el caso de irregularidades de comisarias “hay que poner en conocimiento en asuntos internos (si es policía el sujeto agresor) o a la Dirección de Género del Ministerio de Seguridad y Justicia de la Provincia”.

Urtazún reconstruyó de manera didáctica la estructura del Poder Judicial y resaltó que hay pocas fiscalías especializadas y que es importante que se multiplique este recurso institucional para una mejor atención. Qué medidas de abrigo se pueden tomar en casos que haya niños y niñas.
Otro recurso implementado en algunos distritos es el botón antipánico, que, comentaron Maza y Lodos, está en Morón, “tienen 10 botones que rotan y se conecta directamente con el 911”.

Hace pocos meses atrás el Ministerio de Trabajo de Nación firmó la Resolución 332 que tiene alcance nacional, provincial y municipal. A través de la misma se otorga a mujeres víctimas de violencia un subsidio similar al de trabajadores/as desempleados/as.

Los requisitos para obtenerlo son:
1) la notificación de su relevamiento por un organismo público nacional,
provincial o municipal, o por una organización de la sociedad civil con trayectoria en la temática o en la prestación de servicios sociales;
2) la presentación por parte de la víctima de exposición o denuncia realizada
sobre su situación ante autoridad competente.

Se puede llamar
Provincia de Buenos Aires al 911 o 0800-555-0137 Programa AVM
CABA al 137 Programa las víctimas contra la violencia
De todo el país desde la línea 144 del Consejo Nacional de las Mujeres
Línea salud sexual y reproductiva 0800- 222-3444 del Ministerio de Salud Nación


[1La Mesa local de violencia es un espacio de articulación interinstitucional de los organismos municipales y provinciales con asiento en el territorio que tienen incumbencia con la problemática de género. Allí se definen las políticas de atención, prevención y acompañamiento de las víctimas de violencia.

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