Ayer conmemoramos una nueva jornada de acción por la legalización del aborto en América latina en un contexto muy especial en la Argentina. El 1º de noviembre se realizará una reunión de la Comisión de Legislación Penal para comenzar a debatir los proyectos con la temática del aborto.

Dos son de legalización, el de la Campaña por el derecho al aborto, que cuenta con la firma de cincuenta diputados/as, y el del bloque Nuevo Encuentro; cuatro son de reforma del artículo 86 incisos 1 y 2 del Código Penal. Este debate se viene dando en la sociedad hace años; el Congreso nacional con esta convocatoria da cuenta de ello y esto nos alegra, porque es justamente en este ámbito donde se debe debatir y saldar una enorme deuda con los derechos de las mujeres.

Queremos en este sentido destacar que los proyectos en cuestión son de orden bien distinto. La gran deuda del Congreso es revisar el status legal del aborto. La penalización vigente es absolutamente ineficaz, ya que no disuade a las mujeres que por muy diversas razones han decidido no continuar con una gestación, por el contrario, cristaliza una realidad de discriminación, ya que sólo afecta a las mujeres, que se ven obligadas a recurrir a una práctica ilegal, sumando a ello el peligro para la vida y la salud de las mujeres de sectores populares que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.

Los proyectos que apuntan a aclarar las actuales excepciones del artículo 86 incisos 1 y 2 del Código Penal, que es ley en nuestro país desde el año 1921, no alcanzan a responder sobre la cuestión de fondo en este debate. No suponen ningún cambio significativo, ya que una leve modificación de redacción de estos incisos no garantiza su cumplimiento. Seguirá sucediendo, como en la actualidad, cuando se presenta un pedido de interrupción de un embarazo en los casos de peligro para la vida o salud de las mujeres o cuando fueron víctimas de una violación: las dilaciones del sector de Justicia o Salud van a operar de la misma manera, ya que quienes interfieren están en contra del cumplimiento de esta ley por más restrictiva que sea. Muchas de estas situaciones las conocemos por los medios de comunicación, cuando las mujeres y sus familias denuncian las dilaciones e interferencias de las que son víctimas, pero muchas otras quedan silenciadas en las negativas institucionales.

La legalización del aborto, por voluntad de las mujeres hasta las doce semanas de gestación, y sin límite de tiempo en causales como las que actualmente están permitidas, será la única garantía de un cambio de enfoque en esta temática. Legalizar el aborto es reconocer que no existe una única manera de resolver el dilema de una gestación no deseada. Es reconocer a las mujeres el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos y respetar su autonomía y libertad. Sabemos que es un debate complejo, pero que la sociedad se ha dado desde hace tiempo. Es el debate que la democracia Argentina se merece.

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