Carlos Girotti, secretario de Comunicación de la Central de Trabajadores de la Argentina, en diálogo con Néstor Piccone y Juan Carlos Manoukian, en el marco de “Salir por Arriba”, recordó y homenajeó al compañero dirigente sindical, Victorio Paulón, secretario de Derechos Humanos de la Central hasta su partida.
Luego de hacer referencia a lo que significó la CTA de los Trabajadores desde sus comienzos, respecto a la lucha contra el neoliberalismo, “cuando muchos se dejaban confundir con Menem”, en la cual coincidieron con Victorio, recordaron a Alberto Piccinini, secretario general de la UOM de Villa Constitución, sindicato que fue ejemplo de lucha en la década del 70.
Carlos Girotti comenzó diciendo: “Es casi una obviedad comenzar diciendo que es un dolor enorme, inenarrable, aceptar así como así la partida de Victorio. Es duro, a pesar que el otro día lo despedimos, sembramos su semilla en la plaza 25 de Mayo en Rosario, la plaza donde las Madres todos los jueves hacen su ronda. Ahí, en un cantero de la plaza quedaron las cenizas de Victorio. Fue una ceremonia que no fue algo lúgubre, algo funerario, en realidad fue el reconocimiento de todas las organizaciones populares que se dieron cita en ese momento para despedir a un grande”.
“Allí habló gente que militó con Victorio, prácticamente la última mitad de su vida. Las palabras de Zenón Sánchez, el gran compañero de Villa Constitución; de la “Araña”, de compañeros que habían militado con él en la columna José Sabino Navarro; la presencia de prácticamente toda la Mesa Nacional de nuestra Central; Madres, Hijos; las organizaciones populares santafesinas.
A mí me importa decir algo que probablemente, por una impronta de la época suele no ser mencionado y quiero rescatar. Victorio Paulón forma parte de esa generación de “buscadores de tesoros”. Ingresa a la fábrica Villber en Villa Constitución y aunque él no estaba en ese momento en la primera línea que era la Lista Marrón, que encabezaba Alberto Piccinini, la que tenía como secretario gremial a Pascual D’Errico de Acindar, él estaba en Villber, una fábrica más chica. Sin embargo cuando se incorpora al Comité de Lucha, ya es un dirigente reconocido en Villa Constitución.
“Sin embargo esta decisión de Victorio no aparece de la nada. Él en esencia, antes que un dirigente sindical consumado, que lo fue, desde luego, fue un revolucionario. Quiero rescatar este perfil de Victorio Paulón, porque es el perfil de tantxs compañeros y compañeras de la generación del 70, que incorporados a las luchas del movimiento obrero de aquellos años, algunxs terminaron en la cárcel, otros en el exilio y la mayoría en los campos de concentración, y hoy forman parte de los 30000.
“Victorio ha sido uno de los sobrevivientes del terrorismo de Estado, pero su condición de revolucionario lo llevó a esa búsqueda incesante del ‘tesoro’. Cuando él ingresa al Comité de Lucha, ya era un militante de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas), luego se incorpora brevemente a Montoneros y a partir de ahí ingresa a la Columna José Sabino Navarro, para cuando en el momento de entrar a la cárcel, sigue en la búsqueda del ‘tesoro’, sigue en la búsqueda de la revolución, y allí a partir de la prédica de otros compañeros, del Gringo Porcu, por ejemplo, se incorpora al PRT.
“Cuando llega a Francia, esto lo dice Gustavo Rollandi, actual secretario de Organización de la CTA de los Trabajadores, que ya lo había precedido en la salida de la cárcel, y lo espera en París cuando él llega al exilio, lo primero que hace Victorio es preguntarle: “¿Che, y a qué hora es la reunión hoy?”.
“Victorio venía con ese olor a tumba, a cárcel, y esa fue su primera pregunta. Todavía no había visto a Mabel, a su compañera, a sus hijos, a Mariano, a Alejandra, que eran chiquitxs, y estaba preguntando a qué hora es la reunión.
“La otra cuestión que me importa destacar, en su condición de revolucionario, es aquella mirada larga, que buscaba los horizontes de época y lo proyectaba en una noción revolucionaria del papel que la clase trabajadora, nuestra clase, la clase que vive de su trabajo y no del trabajo ajeno tenía, para conducir, para vertebrar el proceso nacional de liberación tanto nacional como social. Victorio, en el Congreso de la CTA de noviembre del 2002 en Mar del Plata, encara un debate fraterno con otro gran compañero en ese momento de la Central, Luis D’Elía, que encabezaba la Federación de Tierra y Vivienda. En ese momento la FTV planteaba que debía ser la organización de la Central que se hiciera cargo del territorio, y había otra posición que planteaba que no, que la Central en su conjunto debía tomar el territorio recuperando aquellas consignas de que la nueva fábrica era el barrio, es decir, esta identificación de lxs compañerxs desocupadxs, como compañerxs, hermanxs de clase, es decir, como trabajadorxs sin trabajo.
“En ese momento las organizaciones que integrábamos la Central, nos distinguíamos con chalecos diferentes. Los chalecos de la FTV eran uno, los de la Ctera eran otros, los de ATE otros y los chalecos de la Fetia, de la Federación de los trabajadores de la Industria Argentina, otros. Victorio, en su argumentación, plantea, te diría con un dejo poético, porque también hay que rescatar este lado de Victorio, toma esta imagen casi fotográfica y dice: ·Compañeras, compañeros, ojalá llegue pronto el día en que todas y todos podamos vestir el chaleco de la Fetia o cualquier otro chaleco que nos identifique como trabajadores organizados en nuestros lugares de trabajo y no como trabajadores desocupados. Es decir, lo que buscaba con esta semblanza, con esta caracterización, era indicar el peso específico que tiene la clase trabajadora organizada y la sociedad de un pleno empleo. Es decir, una sociedad igualitaria, con justicia social, soberana e independiente, en la que el trabajo es el común denominador y no la explotación de quienes trabajamos. Esta idea de Victorio, permeó toda su trayectoria e hizo que su optimismo inveterado se impusiera por encima de cualquier otra consideración.
“Con Gustavo Rollandi tuvimos la enorme suerte, el enorme privilegio de tener la última charla con él en el hospital. Nos dirá luego Mabel que ese fue el último momento de lucidez de Victorio y hay algo increíble ahí porque dando, librando esa última pelea, con una dignidad inconmensurable, su gran amiga -que era su sonrisa- no lo abandonó nunca. Es algo conmovedor esa imagen de Victorio, repito, dando la última pelea y la sonrisa que no lo abandonaba, que parecía abrazarlo a él, y al abrazarlo a él nos abrazaba a todos.
“Una maravilla el optimismo de Victorio, que no podía ser sino la expresión del optimismo de los revolucionarios de la generación del 70, de la revolución que él imaginó, soñó, acarició y por la cual vivió toda su vida.”
“Quiero recordarlo en otro aspecto, que es propio de los revolucionarios. Victorio fue un gran feminista. Supo hacerse carne de la reivindicación de la mitad del cielo que le pertenece a las compañeras y este dato no es cualquier dato. Este dato habla de su humanidad, de su sentido humanista de la revolución. Habla de una concepcioón de la igualdad absolutamente en todos los terrenos. Por eso lo quiero recuperar de esta manera. El movimiento más potente, más profundo, de más largo aliento que se cobija en nuestro país, en nuestro pueblo, es el movimiento de las mujeres y Victorio supo comprender esto tempranamente, al mismo tiempo que lo hizo con el papel de los jóvenes trabajadores.
“Hace poco falleció un querido compañero, secretario general adjunto de la UOM de Morón, el Piraña, a quien hoy se lo recuerda con tanto cariño. Antes de morir, el Piraña le manda un saludo a Victorio y reconoce en Victorio el rol de la generación a la que Victorio perteneció. Fue increíble ese cruce de generaciones. El Piraña, un joven dirigente metalúrgico que se estaba yendo, que peleaba también con toda dignidad por la vida y Victorio, que a su turno lo hacía desde Rosario.
“Quiero unir estos dos ejemplos, el de dos metalúrgicos, que absolutamente consustanciados con la imprescindible necesidad de la lucha por la liberación nacional y social en nuestra patria, conjugaron sus esfuerzos, su compromiso, su esperanza, y su mirada de época que es la que nos va a acompañar durante todas las peleas. “
Al finalizar este tan sentido homenaje de Carlos Girotti al querido Victorio Paulón, Juan Carlos Manoukian y Néstor Piccone coincidieron con sus palabras
Manoukian expresó: “Una hermosa manera de recordar a Victorio por parte de Carlos Girotti. Rescato esta caracterización que ha hecho Carlos, respecto a su condición de revolucionario. Me parece importantísimo reivindicar esa proyección de lxs compañerxs que así nos sentimos, cada uno en su lugar, con sus haceres, profesionalidades, ya sea de trabajador, hombre de la cultura, profesionales. Acá tenemos a un rebelde, Néstor Piccone, desde los medios de comunicación. Pero todo lo que estamos haciendo es una acción política con vocación transformadora. No queremos administrar lo que nos dan. No queremos simplemente sacar una cosa de un lugar para ponerla en otro. Queremos transformar la realidad nacional, latinoamericana, y eso se llama revolución. No tengamos vergüenza, no tengamos falsos pudores. Esta forma de organización social no sirve y la queremos cambiar y me gusta eso que has hecho Carlos”.
Cerrando el espacio, Néstor Piccone dijo: “Lo mismo quería subrayar yo Carlos. Acá damos pelea por las palabras. Nosotros no le reconocemos ‘libertario’ a los que ahora se llaman de esa manera. Recuperamos la historia de los verdaderos, los que luchaban por demoler al Estado para instalar un Estado diferente y en cuanto del revolucionario, también defendemos esa palabra. Por eso coincidimos totalmente con la reivindicación de Victorio en ese sentido, por la historia, pero también por todxs los hombres, mujeres y de distinta diversidad de género, que hoy damos pelea por una sociedad mejor, y por ahí no es una revolución, pero sí, verdaderos actos revolucionarios que se van haciendo todos los días y que rescatamos en Victorio Paulón y en tus palabras.
(*) Colectivo por el Derecho Humano a la Comunicación.
Publicada originalmente en: https://www.codehcom.org/blog/2022/05/25/victorio-paulon-la-despedida-a-un-grande/