Por Leandro Renou

En un escenario donde las grandes multinacionales agropecuarias priorizan la exportación de carne antes que la venta al mercado interno, 14 frigoríficos, curtiembres y peleteras recuperadas de todo el país crearon la Federación de Cooperativas Autogestionadas de la Carne y Afines Ltda (FECACyA) e idearon un plan social de producción, faena y comercialización comunitaria que, en un plazo medio, podría generar una baja en el precio del producto de hasta el 20%.

La entidad, que se presentará el viernes en el Teatro Argentino de La Plata, está integrada por empresas de Buenos Aires, Chaco, Mendoza y Entre Ríos, que quebraron a fines de los años noventa y que salieron a flote de la mano de sus propios trabajadores, hoy a cargo de la gestión integral.

La propuesta es revolucionaria porque propone la reformulación del sistema integral de la carne, transformando a toda la cadena en un gran eslabón comunitario que eliminaría los costos de intermediación y producción que distorsionan hoy el valor final en mostrador. “Nuestra idea es tener un sistema de producción y venta social, pensando en que la gente vuelva a poder comprar carne a un precio razonable”, dijo a Tiempo Argentino Raúl Oscar Ruiz Huidobro, titular de la federación, y aclaró que “nuestro rol es totalmente diferente a las grandes corporaciones como Cargill, que lo único que quieren es exportar, son empresas burguesas, mientras que nosotros queremos revertir la crisis de la carne”.

En un escenario donde las grandes multinacionales agropecuarias priorizan la exportación de carne antes que la venta al mercado interno, 14 frigoríficos, curtiembres y peleteras recuperadas de todo el país crearon la Federación de Cooperativas Autogestionadas de la Carne y Afines Ltda (FECACyA) e idearon un plan social de producción, faena y comercialización comunitaria que, en un plazo medio, podría generar una baja en el precio del producto de hasta el 20%.

La entidad, que se presentará el viernes en el Teatro Argentino de La Plata, está integrada por empresas de Buenos Aires, Chaco, Mendoza y Entre Ríos, que quebraron a fines de los años noventa y que salieron a flote de la mano de sus propios trabajadores, hoy a cargo de la gestión integral.

La propuesta es revolucionaria porque propone la reformulación del sistema integral de la carne, transformando a toda la cadena en un gran eslabón comunitario que eliminaría los costos de intermediación y producción que distorsionan hoy el valor final en mostrador. “Nuestra idea es tener un sistema de producción y venta social, pensando en que la gente vuelva a poder comprar carne a un precio razonable”, dijo a Tiempo Argentino Raúl Oscar Ruiz Huidobro, titular de la federación, y aclaró que “nuestro rol es totalmente diferente a las grandes corporaciones como Cargill, que lo único que quieren es exportar, son empresas burguesas, mientras que nosotros queremos revertir la crisis de la carne”. Según Huidobro, estas grandes compañías no se quejan del alto precio del ganado en pie, sino que lo festejan. De hecho, se estima que en los últimos dos años, el kilo vivo de carne vacuna aumentó 130%, llevando los cortes más comunes a precios inalcanzables y reduciendo el consumo per capita anual de 70 a 55 kilos. Las grandes empresas prefirieron el silencio, a diferencia de la queja de años atrás por el retraso de la hacienda mayorista.

¿Cómo se implementaría este esquema de comercialización social que propone la federación?

La expectativa es llegar a acuerdos con el Estado Nacional, provincial y del Interior para que las recuperadas accedan a tierras ociosas para construir feed lots comunitarios y producir allí su propio ganado. Luego, prescindiendo de los matarifes, faenar en los frigoríficos cooperativos y vender ese producto en bocas de expendio propias o asociadas. De esta manera, se reduciría entre un 15 y un 20% el precio actual. La estructura profesional y física para llevar adelante el plan existe: las 14 cooperativas que integran la federación emplean más de 3000 trabajadores en todo el país, y faenan mensualmente 7000 cabezas mensuales. Sin embargo, su capacidad de faena es mayor: antes de la crisis de 2009, que llevó a buena parte de los productores a apostar a la soja produciendo una liquidación de vientres récord, los frigoríficos recuperados faenaban más de 12 mil cabezas de ganado. “Es una actividad alternativa a la de las cámaras empresariales, que en un tiempo puede mejorar el sistema para que repunte el consumo interno”, explicó a Tiempo Miguel Cichowolski, de la Secretaría de Participación Ciudadana de Buenos Aires, organismo bonaerense que agrupa a las cooperativas y que hoy contribuye con el desarrollo de esta iniciativa.

Los técnicos de la federación tienen claro que la tarea es titánica: “bajar el precio de la carne no es hacer magia, es cambiar el modelo concentrado por uno alternativo, es decir, volver a creer que la carne es un producto de primera necesidad para la mesa de los argentinos, y no un negocio millonario para grandes empresas”, dijo Huidobro y aseguró que “las pymes se tienen que sumar a esta iniciativa, y saber que el enemigo no somos nosotros, las recuperadas, sino los grandes grupos”. Fuentes de la iniciativa confirmaron que ya están manteniendo reuniones con el Ministerio de Agricultura, de Trabajo y el gobierno bonaerense para avanzar en la estructura. “Nuestro objetivo es comenzar a transitar un camino que nos permita convertirnos en un actor de peso dentro del mercado y ofrecernos como una nueva alternativa para el gobierno de Cristina, a la cual apoyamos y le ofrecemos nuestra colaboración”, comentó Huidobro.


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