En el Mes de la Memoria, y en el marco de las asambleas de gremios y organizaciones sociales y políticas en Plaza Lavalle, la CTA participó del tercer martes frente a Tribunales para denunciar la acción mafiosa de los integrantes del Sistema Judicial en detrimento del bienestar de la población, respaldar el proceso de juicio político a la Corte y repudiar la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner.
Con la coordinación de la periodista e integrante de H.I.J.O.S. Capital, Giselle Tepper, se escucharon los testimonios de Taty Almeida, en representación de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Pablo Llonto, periodista, escritor y abogado especialista en DDHH; Iris Pereyra de Avellaneda, integrante de la Liga Argentina por los Derechos Humanos; Zulema Chester, del Espacio por la Memoria ‘El Chalet’ del Hospital Posadas; Guillermo Pérez Roisinblit, nieto restituido, quien estuvo en nombre de Abuelas de Plaza de Mayo; Eugenia Vázquez, de Familiares de Víctimas de Violencia Institucional y hermana de Andrea Viera, víctima de violencia policial; Amalia Marrón, referenta del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires (ODH); lxs miembrxs del Comité por la Libertad de Milagro Sala, Alejandro ‘Coco’ Garfagnini y María Elena Naddeo, coordinador nacional de la Organización Barrial Tupac Amaru y presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, respectivamente; Jerónimo Guerrero Iraola, del Centro Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM - La Plata); y Jhony, del Frente Popular Darío Santillán.
“Acompañamos el juicio político a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, porque entendemos que es una Corte corrupta, mafiosa, antipueblo, una Corte del 2x1, de la impunidad, y porque también queremos que se termine la persecución, no solamente para las presas y presos políticxs, por eso seguimos reclamando la libertad de Milagro Sala, entre otrxs, sino que tengamos una democracia, a 40 años de haberla recuperado, sin proscripción, sin el impedimento de elegir como candidata a Cristina Fernández de Kirchner”, argumentó al micrófono la integrante de H.I.J.O.S. Capital, Giselle Tepper.
“La prueba evidente, entre otras, de la mafia judicial que tenemos es que (Carlos Pedro) Blaquier, genocida, ha muerto impune, pero hay todo un pueblo que lo repudia”, señaló Taty Almeida, en un audio que envió, dado que no pudo estar presente físicamente.
Pablo Llonto relató que, en 1985, en la sala de audiencias del tribunal se realizaba el Juicio a las Juntas, “el primer paso para romper la impunidad en la Argentina. Juicio que se hizo producto de la lucha en las calles de nuestras Madres y nuestras Abuelas de Plaza de Mayo. Mientras se hacían las audiencias y a sabiendas de que el Poder Judicial no era lo que soñábamos, las Madres se iban los jueves desde la Plaza, a las tres y media de la tarde, por esta diagonal, daban la vuelta, se ponían del lado de la calle Uruguay, y con un megáfono, mientras se hacían las audiencias del Juicio a las Juntas, gritaban los nombres de cada uno de los genocidas. Pidiendo Juicio y Castigo. Porque sabían, se imaginaban que la sentencia de la Cámara Federal iba a traer algunas absoluciones, que finalmente las trajo. Hubo cuatro genocidas absueltos en el Juicio a las Juntas. Fue el primer grito fuerte en democracia para decirnos claramente ‘ojo con el Poder Judicial’”.
También se refirió a que luego de años de impunidad, los juicios por delitos de lesa humanidad volvieron de la mano de Néstor y Cristina. Sin embargo, “en el cuarto piso de este edificio, la Corte empezó a hacer de las suyas. En 2009, ante el reclamo de los organismos de que lo juicios por delitos de lesa humanidad iban lentos, decidió formar una Comisión Interpoderes, entre el Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial para acelerar los juicios. Estamos en 2023, y los juicios por delitos de lesa humanidad que se están haciendo en todo el país, lunes, martes miércoles, jueves y viernes, van cada vez más lentos. Por culpa de la Corte que no toma medidas, que las puede tomar, para que los juicios vayan más rápido. Por eso hemos denunciado al juez (Horacio) Rosatti, al presidente de la Corte, por ser el responsable de la lentitud de los juicios”.
Con la imagen del “Negrito” Floreal Avellaneda en su remera, su mamá, Iris Pereyra de Avellaneda pidió por la unidad del pueblo argentino. “Porque si nosotros nos desunimos, nos devoran los de afuera. Tenemos que defender la democracia, compañeros. Nos ha costado lágrimas de sangre defender la democracia. Por eso estamos a acá para decirles a esta mafia que renuncien y que haya una justicia como la gente. La Corte Suprema, no puede ser que siga encajonando las causas. No puede ser que nosotros sigamos luchando desde abajo y que no nos den pelota”.
“Si uno tiene que analizar lo que está pasando últimamente y la persecución a la Vicepresidenta, uno no puede dejar de hablar de Milagro. Porque si uno analiza lo que pasó con Milagro, la primera perseguida del lawfare, si uno analiza la causa por la cual Milagro tiene 15 años de detención, y nuestros compañeros de la Tupac también, si uno ve el recorrido de esa causa, desde la justicia de Jujuy, la Corte de Jujuy, Casación Federal y la Corte, es una causa calcada a la que le están haciendo a Cristina. Es decir, si nosotros tenemos que ver qué va a suceder con Cristina, si alguien tiene alguna preocupación y quiere saber qué a va a suceder con Cristina, va a pasar lo mismo que con Milagro”, subrayó Alejandro ‘Coco’ Garfagnini. Expresó a su vez que van a seguir luchando por la liberación de la líder de la Tupac, presa política del gobierno de Gerardo Morales desde hace más de siete años, y señaló que “falta coraje, no en la militancia sino en algunos dirigentes políticos”.
Luego de compartidos los testimonios, cerraron el encuentro Gabriel Torres en guitarra, quien dedicó canciones de su autoría a Milagro y a Cristina, y Mónica Papalía ejecutó brillantemente en órgano el Himno Nacional Argentino, entonado a capela junto a lxs presentes. Al inicio del encuentro, había sido el turno de la Escuela Popular de Percusión “La Chilinga”, que tienen más de 27 años de existencia y siempre acompañan la lucha de los organismos de Derechos Humanos.