El triunfo de Macri en la últimas elecciones presidenciales conmovió a la región. Por primera vez la derecha gana una contienda de estas proporción en Argentina, y el impacto sobre el resto de los países fue fortísimo.

Seguido a esto, la oposición en Venezuela se impuso en las elecciones a la Asamblea Nacional, generando una situación complejisimo para el gobierno de Nicolás Maduro.

Si se le agrega los embates contra Dilma, resulta un escenario donde las advertencias sobre los peligros de la ofensiva conservadora se concretaron. Los datos son innegables; tendremos que decir que la Integración con contenido popular que se vivió en estos tiempos pasa su momento mas difícil.

Ahora,¿hay fin de ciclo?¿es irreversible el retorno a lo que fue décadas de sometimiento de las elites dominantes al interés imperial para su interés sectorial y en desmedro de nuestros pueblos? Es prematuro afirmarlo. Están todas las condiciones para revertir este momento.

Veníamos anticipando que la ofensiva del imperio y las derechas locales sobre el proceso que se daba en nuestra América era coordinado y sostenido.

Por un lado, luego del fracaso de instalar el ALCA, se dio una ofensiva para impulsar el libre comercio como un ariete para debilitar el proceso de desarrollar un mercado regional virtuoso, que impulsara lo productivo, el mercado interno y el comercio entre los países de la zona. La firma de tratados de TLC con varios países, la Alianza del Pacífico, el Tratado Transpacífico, la insistencia de firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea.

Un ataque sostenido externo e interno a los tres pilares de la integración Argentina, Brasil y Venezuela. A nuestro país con el permanente hostigamiento de los fondos buitres, a Venezuela con desabastecimiento, contrabando, presencia de paramilitares colombianos fomentando enfrentamientos armados, baja del precio del barril de petroleo que perjudica a ese país y casualmente a Rusia, Irán y Ecuador enfrentados los cuatro a EEUU y a Dilma con la amenaza constante de un juicio político que fue impulsado a los días de haber triunfado en las ultimas elecciones.

Los medios de comunicación concentrados jugaron un papel fundamental en estas maniobras, y en la presentación, impulso y apañamiento de una nueva derecha alejada de las tradicionales formaciones conservadores y recalcitrantes, que solían representar los intereses de la oligarquía en otra época. Una derecha mas "moderna" y también mas hipócrita, al no plantear tan brutalmente sus intenciones.

Por supuesto que este avance tuvo lugar por errores, insuficiencias y el déficit en la construcción de un sujeto político que haga sustentable el proceso.

La pelea por instalar en nuestra América un proyecto autónomo al del imperio con sentido popular sera larga. Esta claro que este es una circunstancia muy difícil, sin embargo nada esta definido, como tampoco lo estuvo en nuestros mejores momentos.

En Paraguay un candidato progresista gano las elecciones en Asunción y Lugo en está al frente en las expectativas de voto a presidente.

En Venezuela hay tiempo para entender el mensaje del electorado y llegar con los cambios necesarios a las presidenciales. En Brasil el desplazamiento del ministro de Economía Levi y el acercamiento de Dilma al PT y a sectores organizados del pueblo puede revertir la situación de ahogo de su gobierno, y Lula puede llegar en mejores condiciones al 2018.

Y en Argentina la fuerte oposición a las primeras medidas de Macri y el compromiso de unidad del Frente para la Victoria y de los sectores populares puede hacer que se defiendan los derechos adquiridos en estos 12 años de gobierno y se pueda pensar en volver al gobierno en el 2019.

Fue mucho lo avanzado en estos años en la conquista de derechos de nuestros pueblos y en la unidad latinoamericana y es muy fuerte la intención del imperio de encolumnar a América incondicionalmente a su propuesta económica y y a sus intenciones geopolíticas.

No hay fin de época, si una disputa que sera larga, y que tiene en este momento a la derecha envalentonada por sus recientes éxitos. Dependerá de la voluntad, la inteligencia, la organización y la unidad de los sectores del campo popular, y sabremos si perdimos una batalla o si lo vivido y construido en este tiempo fue sólo un paréntesis entre tantos años de dominación.

Depende de nosotros, y a pesar de las dificultades, tenemos todas las condiciones para volver a transitar juntos los caminos de la Patria Grande.

*Director del Instituto de Estudios de América Latina CTA

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