A fines de julio vence la prórroga que el gobierno nacional extendió a la concesión de la vía navegable del Río Paraná que actualmente administra la empresa Hidrovía S.A que controlan la compañía belga Jan de Nul y Emepa. En ese contexto el secretario de Interior de la CTA Nacional, Pedro Wasiejko, mantiene una participación activa en el debate sobre el futuro de este recurso estratégico. El también secretario general de la Federación de Trabajadores de la Industria, Energía, Servicios y Afines (FeTIA-CTA) sostuvo que “este puede ser el puntapié inicial para cambiar estructuralmente la matriz menemista. El año que viene vencen las licitaciones del sistema eléctrico e hidroeléctrico, y lo que aprendamos de esta situación puede prepararnos para el debate futuro".
La vía navegable del Paraná-Paraguay es una arteria fundamental para la economía de la Argentina. Cada año circulan 4600 embarcaciones que transportan alrededor de 125 millones de toneladas de producción agropecuaria e industrial del país, que representa aproximadamente el 75% de las exportaciones argentinas, en especial soja y cereales. Recauda entre 190 y 300 millones de dólares por año y deja ganancias por la tercera parte de esa cifra. El gobierno neoliberal de Carlos Menem privatizó el canal troncal a Hidrovía S.A. Dicha adjudicación venció en abril y el gobierno extendió la concesión por 90 días. Hay sectores vinculados con el agro que pujan por mantener el control en manos privadas, mientras que otro sector propone que el Estado se haga cargo de la concesión para fortalecer la soberanía nacional.
Días atrás, en declaraciones a Página/12, Wasiejko sostuvo que “El sistema no puede quedar tal como lo dejaron Menem y Cavallo, bajo la lógica de privatizar a costa de desmantelar el aparato del Estado, sin ninguna visión estrategia de la soberanía nacional". Por otra parte, el secretario de Interior de la CTA planteó la importancia de administrar los recursos marítimos a través de una empresa pública, que destine la recaudación al control, supervisión y obras complementarias para mejorar las vías navegables. El Estado debe quedarse con una parte de lo recaudado en la explotación de la vía navegable y destinar un 2 por ciento a organismos de control y entre el 8 y 10 por ciento para obras complementarias que permitan el acceso de los puertos por donde pasa el río y que no sea una autopista sólo para algunos que pueden pagarlo, sino para el conjunto de los operadores.
En una entrevista en Tiempo Argentino manifestó también que “son falsos todos los argumentos que usan los que quieren que todo siga igual, no tienen ninguna solidez técnica, ni económica y menos política, a menos que lo que se busque sea un país sin estrategia ni política de crecimiento ni presencia del Estado”. En ese sentido planteó que el modelo ideal es que una empresa pública administre el consorcio. Sin embargo, señaló que “en caso de avanzar con la licitación es necesario que se contemple hacerla en tres tramos para darle una oportunidad a empresas de capitales nacionales para que se puedan desarrollar y también para que haya una competencia internacional, para no terminar atados a un solo operador en el tema del dragado”. Y agregó: “Esta condición permitiría que el Estado argentino tenga mayor margen de negociación para pedir por ejemplo un mayor componente nacional tanto en los empleos como en la draga e incluso que se utilicen equipos con algún componente nacional.
Además, Wasiejko ponderó la necesidad de considerar la importancia que tiene este recurso estratégico a nivel geopolítico. En diálogo con FM UNE sostuvo: “Hoy está demostrado que con la necesidad de exportar commodities agrícolas se ha fortalecido este instrumento que también impacta en lo que producen otros países como Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Por ello, no hay discusión sobre la importancia geopolítica de esta hidrovía ya que promueve el desarrollo nacional y la integración regional” concluyó.
Por otra parte, señaló que es necesario contar con un sistema de navegabilidad más moderno, que incluya boyas inteligentes para tener una visión integral de lo que sucede en la vía navegable.
Finalmente, se pronunció a favor de avanzar con el Canal Magdalena ya que su desarrollo, sostuvo, “fortalece nuestra soberanía y promueve la integración nacional”. “Esta política es clave para conectar nuestro litoral marítimo y fluvial, pero también como un punto de conexión geopolítica con África, el sudeste de Asia y China”, concluyó.