Quiero decir a los venezolanos, que en su heroica resistencia, casi espartana resistencia, a la dominación imperial se está jugando el destino del continente.

Lo único que está deteniendo para que Estados Unidos no barra con cualquier atisbo de democracia, igualdad, bienestar a la gente humilde en el continente latinoamericano es el freno que pone Venezuela. En Venezuela se está jugando el destino de América Latina, como se jugó 210 años atrás, una réplica, una especie de reedición de esos momentos en que el destino del continente se definió por lo que hacían los ejércitos libertarios, libertadores, en Venezuela. Hoy, el destino de América Latina, progresista, popular, se define en lo que vaya a suceder en los siguientes días, semanas, meses, en Venezuela.

Le ha tocado a Venezuela otra vez, sin desearlo, sin buscarlo, jugarse por el destino continental. Como sucedió tiempo atrás, no está sola. No estamos en nuestro mejor momento continental, pero hay fuerzas. Estamos acá, Bolivia, en Ecuador, en otros países, en Argentina, en Paraguay, Uruguay. Desde el gobierno, desde fuera del gobierno, desde la sociedad civil, formando parte de esa estrategia de contención y resistencia de la dignidad continental, de la dignidad de los trabajadores y vamos a ganar esa batalla, vamos a volver a ganar. Con dificultades, con problemas, pero vamos a volver a ganar. Porque es el destino de la humanidad, el de la igualdad, de la justicia, es el destino de las personas. No es la injusticia, no es la dominación, no es el sometimiento el destino de los seres humanos.

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