Intervención del secretario general de la CTA y diputado nacional, Hugo Yasky, durante la actividad llevada adelante por la Secretaría de Género de la CTA Nacional, el sábado 25 de febrero, en la sede central.
Somos parte de un movimiento popular que creció mucho al calor de la militancia de ustedes. Sumaron un nuevo sujeto social que no tenía banderas propias, no tenía visibilidad, que no ocupaba espacios en la discusión de las políticas del movimiento popular, y creo que eso hoy forma parte del pasado.
El esfuerzo de ustedes ha sido clave. No hay posibilidad que ningún objetivo del campo popular se logre si no existe la militancia. La militancia es el músculo, el factor clave y determinante.
Los grupos de poder tienen todo ese poderío que ya les conocemos, pero carecen de esto otro que tenemos nosotros y que es lo que hace la diferencia y es lo que ha marcado que la historia no siempre termine a favor de los poderosos, que es lo que ha marcado que una mujer, como la compañera Hebe de Bonafini haya dado ese ejemplo enorme de coraje, de abnegación pero también de sabiduría política, porque nadie emprende una lucha que no está convencido de que la puede ganar. Nadie se suicida. Estoy seguro que en la cabeza de esas Madres, en esos momentos tan difíciles cuando decidieron empezar, algo empezó a mostrarles que enfrentar a la dictadura genocida no era una cuestión que se iba a lograr a través de las armas, sino que era una disputa cultural, política y que ahí se le podía ganar.
Creo que hoy estamos también en una situación muy difícil, más difícil todavía, porque el gobierno que tenemos en la Casa Rosada lo elegimos nosotros. Hay muchas cosas que tenemos que criticar pero tenemos que hacerlo de una manera, que no le ofrezcamos al enemigo un flanco para que pueda pegarle más a este gobierno.
Estamos en un año electoral, venimos de un momento y de un trance muy difícil, del intento de asesinato de Cristina Kirchner. Creo que no hay antecedentes en la historia de nuestro país de un magnicidio como el que quisieron perpetrar y ahora el mismo objetivo a través de otros medios, la utilización de un juicio absolutamente amañado, que va a quedar dentro de algunos años, no mucho años, creo que vamos a empezar a hablar de una época de infamia judicial, de una especie de podredumbre que está empezando a aflorar desde lo profundo, como la mugre que aflora de un pozo ciego y está empezando a verse en la superficie. Creo que en ese camino tenemos que seguir.
Nosotros tenemos una enorme paradoja de que en el Siglo XX una mujer, Eva Perón, que marcó a fuego la historia del movimiento nacional y popular y en el Siglo XXI tenemos otra que es Cristina Kirchner, que sigue el mismo derrotero. Es el objeto del odio de las oligarquías, de la gran burguesía de nuestro país, de los sectores reaccionarios, del mismo modo que Eva fue el objeto de odio en el Siglo XX.
Se repite esa historia y la clase dominante quiere repetir otra historia, la de la proscripción, como lo hicieron con Perón, donde en la Argentina ganaba el voto blando y gobernaba el que salía segundo y se la pasaron diciendo durante muchos años que eso era la democracia. Hoy quieren hacer lo mismo.
Yo confío, tengo la seguridad plena que no los vamos a dejar, de que no van a poder, que en el 2023 vamos a ir con Cristina al frente del movimiento popular a ganar una elección, que nos quieren convencer que está perdida, pero ninguna batalla está perdida cuando el pueblo está convencido que tiene que militar, luchar, porque tiene que ganar.
Por eso el 2023 tiene que ser un punto de inflexión: salir de un gobierno que no pudo cumplir su mandato ante los que más lo necesitaban, los trabajadores, los sectores populares, para construir un gobierno que lleve a fondo el mandato de la distribución de la riqueza, de la justicia social, de los derechos para la minoría, la plena vigencia por los Derechos Humanos.
A pelear por eso, el 8 en la calle, el 24 y seguramente antes, probablemente el 11 de marzo, estaremos nuevamente movilizados.
Gracias fuerza.