El flamante mandatario levantó una polvareda en la ceremonia de asunción. Hubo protestas por su negativa a aceptar la Carta Magna neoliberal aprobada durante el gobierno de Fujimori, que había disuelto el Congreso.

Tiempo Argentino

El nuevo presidente de Perú, Ollanta Humala, prometió que implementará un gobierno de características propias, que no copiará ningún modelo regional y reiteró que su principal objetivo será la inclusión social, respetando los aspectos centrales de la política económica que ha llevado al país a ostentar elevados índices de crecimiento que, sin embargo, no se volcaron en beneficio de la sociedad. “Queremos construir un modelo peruano con democracia e inclusión social (...) no habrá calco ni copia”, y el Estado desempeñará un rol esencial, enfatizó en su primer mensaje a la Nación, en el que parafraseó al pensador marxista peruano José Carlos Mariátegui.

En su discurso de asunción, Humala reiteró al menos tres veces que dedicará toda su energía a borrar la exclusión social y la pobreza. El nuevo presidente juró el cargo que desempeñará por los próximos cinco años por la Constitución de 1979, pese a que la Carta vigente es la de 1993, impuesta durante el gobierno autoritario de Alberto Fujimori (1990-2000), actualmente encarcelado por violaciones a los Derechos Humanos y corrupción (ver aparte). El hecho generó la protesta de los congresistas fujimoristas, que reaccionaron coreando la consigna “dimisión, dimisión”, justo cuando Humala recibía la banda presidencial.

Además de su muletilla destituyente los fujimoristas gritaban “no hay presidente”, queriendo destacar la supuesta ilegalidad del juramento. El presidente del Congreso, Daniel Abugattás, tuvo que llamar al orden, ante la mirada de 12 jefes de Estado presentes y de delegaciones de varios países. La situación se repitió cuando la primera y el segundo vicepresidentes, Marisol Espinoza y Omar Chehade, también juraron por la Constitución de 1979. “Moralización, moralización”, coreaban los legisladores oficialistas en respuesta a los admiradores de Fujimori, un personaje al que su implicación con la corrupción lo llevó a la cárcel.

“Declaro ante el Congreso, ante los presidentes amigos aquí reunidos y ante el pueblo peruano, que dedicaré mi energía a sentar las bases para que borremos definitivamente de nuestra sociedad el lacerante rostro de la exclusión y la pobreza, construyendo un Perú para todos”, dijo Humala, apenas inició su discurso. “Nuestra voluntad no es la de copiar modelos (sino) construir un camino propio, un modelo peruano de crecimiento con estabilidad, de democracia e inclusión social. Tomaremos como ejemplo lo bueno de otras experiencias”, aseguró, para luego señalar que su gobierno “consolidará el crecimiento sano de la economía y respetará las reglas fiscales. Tendremos una economía abierta”, dijo.

Humala incursionó con énfasis en un tema que es central para los peruanos: la corrupción. “Es un problema de seguridad”, dijo, por lo que anunció duras medidas para combatirla. “Apoyo la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción con agravio al Estado e inhabilitación a sus autores en el ejercicio futuro de la función pública. Vamos a defender la eliminación de los beneficios penitenciarios por corrupción”, precisó. Los fujimoristas no reaccionaron ante tal afirmación, pese a que su líder, condenado entre otras cosas por corrupción, se ha visto beneficiado con la prisión domiciliaria. <
Efe, AP, Ansa y dpa

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