Intervención del diputado nacional y presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, durante el cierre del acto en el marco del plenario de la militancia en la Universidad Tecnológica Nacional de Avellaneda.
Compañeros, compañeras, primero agradecerles a cada compañera y compañero estar acá hoy. Sé que son días de mucho calor, pero la verdad que venir a compartir, a debatir, a discutir, a escucharlos, habla de un grado de compromiso en este sábado 11 de marzo, enorme, pero no enorme para una persona en particular. Enorme para todo nuestro país que necesita que argentinos y argentinas lo imaginen de manera muy diferente a la que estamos hoy.
También en este calor, en estos calores de Hiroshima que hay, para quienes no estamos tan acostumbrados a este calor, es complejo. En estos días como vemos y ya a fines de lo que fuera la experiencia del Frente de Todos, por meses por recorrer, hasta las elecciones, creo que nos debemos como espacio político, social, cultural, sindical, una discusión y un debate sobre cuáles compromisos pudimos asumir y cumplir y cuáles son los que aún tenemos como fuerza política para con los argentinos y argentinas, que en el 2019 concurrieron masivamente a las urnas para dar por terminado un corto proceso, pero inmensamente dañino para nuestro país por décadas, en un contexto donde esta fuerza política tuvo no solo que enfrentar a un candidato en particular, sino a un candidato que era bancado por el partido judicial, por el poder económico, bancado por los grandes medios; que hacía una utilización política de las fuerzas de seguridad y de los servicios de inteligencia, para extorsionar, suprimir, a quienes no pensaban como él, y fue tanto el desmadre de poder que hubo en la Argentina, que ese propio presidente decidió investigar a los propios compañeros con los que gobernaba.
Estas cosas hablan de lo que significó construir una enorme victoria ciudadana y popular de la que muchos se han valido y hoy se hacen los distraídos a la hora de tomar las decisiones.
Miren, hace prácticamente cinco años, pero otro 11, un 11 de agosto, allá en el 2018, miles de argentinas y argentinos nos congregábamos en Ensenada para compartir y discutir. Un gran plenario aquel de Ensenada que mostró que había una fuerza política en Argentina que no se resignaba a esa realidad.
En aquella oportunidad, y lo traigo a cuenta hoy, leí partes de un libro, un libro que siempre recomiendo y recomendaré, que se llama "Economistas contra la democracia". En una parte de ese libro decía: “… que nadie espere sin embargo nada parecido cuando las emociones se hayan calmado, cuando se olviden las terribles imágenes de padres con sus hijos en sus manos, desafiando a la policía para hacerse con unos pocos alimentos en una tienda desvalijada, los mismos economistas volverán a perorar con idéntica suficiencia”.
Este francés que escribió el libro se refería a la crisis del 2001 y en el 2004 decía que apenas los pueblos, nuestro pueblo, olvidara lo sucedido, volveríamos a caer otra vez en las manos de los mismos economistas. Y decía, en ese momento, y hacía referencia al Sr. Federico Sturzenegger, el mismo hombre que con De la Rúa se llevó puesta la Argentina en el 2001, fue el mismo hombre que con Macri se volvió a llevar puesta a la Argentina desde el mismo lugar, sólo 15 años después de la tragedia del 19 y del 20 de diciembre de 2001.
Esas son las cosas que suceden en nuestro país. ¿Pero por qué pueden hacerlo? Sturzenegger tuvo una causa que el partido judicial hamacó, acunó durante años por el desfalco cometido contra la Argentina y sus ahorristas.
Fue la compañera, hoy Vicepresidenta, que con el Boden 2012, con el Boden 2015, devolvió gran parte de los ahorros a los argentinos y argentinas mientras Sturzenegger, dos años después, volvería a hundir a la Argentina.
¿Y saben qué pasó apenas asumió Macri con el Sr. Sturzenegger y la causa que tenía el partido judicial? Lo absolvieron.
Van a volver a hacer lo mismo siempre. Lo hicieron en el 2001, lo hicieron en el 2015, y 16 y 17 y si ganan van a volver a hacer lo mismo.
Pero eso no es motivo suficiente para pedir que nos voten. Es bastante mediocre como fuerza política resignarnos a que el máximo valor o propuesta que tenemos es que no vuelva Mauricio Macri, o cualquiera de su copia. Necesitamos como fuerza política representar los intereses de las grandes mayorías populares argentinas, como ha sido siempre nuestra historia.
Y otra cita había también, que es bueno comprender para saber lo que nos pasa. Ese día en Ensenada también decíamos esto: “… es típico del discurso liberal equiparar lo que es el resultado de acciones humanas a procesos de fuerzas de la naturaleza y comparar el comportamiento de una institución como mercado, con el de un ser vivo. Ambas tesis van juntas. El desarrollo de la economía globalizada que establece una distancia material y psicológica cada vez mayor entre las causas y los efectos. Que nadie comprenda cuáles son las causas de las cosas que le pasan, es el A B C de todo” y agrego del éxito de este tipo de propuestas neoliberales que arrecian muchas veces en nuestro país.
Y agrega: “… que se creen dueños del mundo y no es en realidad más que un grupo de enajenados que en muchos casos son incapaces de traer de su propia práctica las normas que puedan permitirles sobrevivir”. ¿Qué quiere decir?
Son capaces de comer hasta explotar. El egoísmo, la codicia, la avaricia, son partes hoy de una realidad, porque ese endeudamiento, cuyo principal, pero no único responsable es Mauricio Macri, hoy pone a nuestro país casi como si fuera un auto con una botellita encima en algún barrio de remate y la mejor idea que están expresando algunos es ver cuánto se puede sacar por ese remate.
Nuestro país no puede estar de remate. Hay que cuidarlo. No puede ser que la dirigencia argentina piense que se cuidan los zapatos andando de rodillas. Se tienen que poner de pie y animarse a dar una pelea, una, no dos, no tres, una.
Ese mismo endeudamiento, como decía nuestro compañero, tiene que ver quizá también en las formas, modos y condición de vida que afrontamos. Hasta esta sequía también. A estas condiciones climáticas, extremas y a estos calores históricos, meses más meses menos, les sobrevendrán lluvias, que ni siquiera quizás, los desagües de las ciudades estén preparados. Esa es la realidad que vivimos y la propuesta que uno escucha, casi transversalmente, es la de elevar las exportaciones argentinas a como dé lugar, sin tener en cuenta, no solo cómo se distribuye el ingreso en la Argentina, sino cómo capitalizamos al Estado en función del conjunto de la sociedad, sino también qué ambiente nos vamos a desarrollar. Ese tipo de situaciones, por ejemplo, cuando ustedes escuchan hablar del litio.
Hay una persona que habló de esto, en el 2012, tras un acto le pregunté cómo andaba, allá en Jujuy y la Flaca Milagro Sala me dice: “Estamos haciendo cosas, pero van a venir por el litio. Van a hacer cualquier cosa para quedarse con el litio”.
A veces, las cosas se muestran solas. Sólo hay que saber mirar. Y en ese sentido es tan enorme la deuda que tenemos por delante.
Ayer muy bien describía la Vicepresidenta en su exposición en Río Negro, la curva de vencimientos argentina. Cualquier persona con un mínimo grado de conocimiento lógico, con un poquito de racionalidad, se da cuenta que de la manera que está estructurada esa deuda es imposible proponerle a los argentinos mejoras y a la vez enfrentar a los acreedores.
Las dirigencias que quieran gobernar deberán dialogar ciertamente con la sociedad con los talones bien pegados al suelo y sin mentir. Porque quiero decir, argentinas, argentinos, que aquéllos que se sienten inseguros, que reclaman mayores políticas para estar seguros en sus barrios, a las salidas de las escuelas, de su trabajo, en sus vacaciones, que necesitan que haya más cámaras en las calles, más patrulleros, salarios mejores pagos para las mujeres y hombres de la policía que cuidan a los argentinos y argentinas, que nos cuidan de la marginalidad y de la violencia, de la marginalidad que el mismo sistema ocasiona, se necesitan recursos.
Y si les interesa la educación para más escuelas, para más universidades, para más pupitres, para más computadoras, se necesitan recursos.
Y si les interesa la salud, por ejemplo, para mejores hospitales, para más tomógrafos, mamógrafos, necesitamos también recursos. Para el salario de las médicas, médicos, enfermeros, personal de limpieza, que todos los días mantiene limpio los hospitales, para los docentes, maestras, maestros, policías.
Lo que cabe preguntar es entonces cómo van a hacer para poder hacer las dos cosas al mismo tiempo.
Y este es el gran debate que debe ser el eje central del año 2023, porque las condiciones que nos están imponiendo, que hacen, por ejemplo, que ahí ande el ministro de Economía Sergio Massa, y la titular del Ansés, Raverta, peleando palmo a palmo con el Fondo para que la moratoria para que 800.000 argentinas y argentinos salga adelante, todavía no ha sido promulgada por nuestro gobierno diez días después.
Nunca les mentimos cuando dijimos a qué venía el FMI. Y si bien Macri es el gran responsable, quizá si nuestro frente político hubiera tenido mayor decisión, mayor coraje, quizá nuestra realidad y la negociación se hubieran dado de otro modo.
Estas cosas, estos sucesos, son los que por ejemplo obligan y dicen “no, ahora con Vaca Muerta, ahora con el litio, la Argentina va a despegar”. Miren, yo era mucho más chico, y hubo un descubrimiento de una vaca más chica en Neuquén que se llamaba Loma la Lata, era en su momento el gran reservorio de gas que iba a ser puesto en función de todos los argentinos y argentinas y el desarrollo de todas nuestras empresarias y empresarios. ¿Cómo terminó la historia? Gas barato para Chile y para parte del milagro del modelo chileno, y gas caro para los argentinos y argentinas y un aparato productivo destruido durante los 90. Esta fue la realidad y esta es siempre la misma discusión. Entonces, el Fondo aprieta, la Argentina cede y nos quieren comprar por baratijas las cosas y es lo que yo llamo, las tres flexibilizaciones a las que nos van a empujar si no se cambia: flexibilización laboral, flexibilización impositiva, y flexibilización de las normas ambientales para poder dañar y así acumular más grandes ganancias a costa de nuestro territorio.
No conformes con dejar sin posibilidades a la gente, también buscan destruir los lugares donde trabaja nuestra gente.
Es un FMI, pero lo integran países cuyos representantes ponen sus gobiernos y también, sabrán ustedes, esos mismos países son los mismos cuyas empresas tienen intereses en nuestra patria. Y si uno mira mejor todavía, esos mismos países que nos quieren imponer esas condiciones económicas, son los mismos países que han dañado el ambiente y producen las situaciones que padecen y sufren las sociedades en los continentes más desiguales, África y América Latina. Entonces, estos tipos de situaciones son las que queremos y debemos discutir.
Este FMI que no puede explicar para qué prestó la plata. Qué hicieron con la plata. Nadie en el partido judicial le ha preguntado a la anterior administración del Estado qué han hecho con los 45.000 millones de dólares que se les prestaron y miren, por ejemplo, con las compañeras y compañeros ideamos el aporte solidario, para que los que más tenemos pusiéramos para la pandemia y de ahí salió gran parte de los recursos para poder construir el gasoducto que pone en valor nuestra Vaca Muerta, pero lo mejor de ese gas es que va a llegar a muchos argentinos y argentinas y después, recién sí, pensar en los dólares que generan exportarlo.
Como también decía ayer la Vicepresidenta, ¿no se podría haber utilizado ese enorme préstamo extravagante para que Argentina tuviera su planta de GNL y tener también sus recursos naturales comunes? Tampoco. Nada se hizo.
Al prestamista ni siquiera le interesó preguntar cómo le íbamos a pagar. Si no le interesó cómo le íbamos a pagar es porque el negocio era otro. Era poner a la Argentina con el hocico para abajo y extraer, extraer, extraer a costa del salario de los trabajadores, a costa de los ingresos del Estado y a costa de nuestros ríos, mares y tierras. Esa es la verdad de lo que sucede en la Argentina.
Entonces, de hecho, cuando uno mira por qué suceden las cosas, cabe preguntarse también, por qué se diseña un atentado contra la figura de la Vicepresidenta de las maneras más arteras posibles. Porque una vez que hay una persona, una dirigente política en la Argentina, que después de haber sido presidenta hace ocho años, llega a su hogar y la esperan cientos o miles de personas, la mejor idea que tiene la derecha cobarde y artera es mezclarse entre ella para tratar de dispararle a su cabeza.
Parece que a la jueza y al partido judicial nada les llama la atención. Ni que hubiera un grupo de cobardes malusando la palabra ‘federal’ y también ‘revolución’ diciendo que había que hacer lo que finalmente sucedió.
Tampoco les llama la atención que la familia Caputto, que creo que en estos días anda buscando juntarse con Edesur, (así los que tengan Edesur, ya saben lo que les viene).
¿Pueden creer? Increíble lo que sucede con el financiamiento. Porque Toto Caputto, no era un señor más. Era "el Messi de las finanzas", el hombre que todo lo sabía y venía a explicarnos a nosotros y nosotras lo que había que hacer.
La familia del endeudador con acreedores privados y que finalmente nos llevara al Fondo Monetario, es la misma familia que termina financiando a los que intentan matar a la persona que había desendeudado al país.
Entonces, en este país desde estos sectores siempre se nos ha acusado, estigmatizado de violentos, de esto y aquello, cabe preguntarse cómo es que personas de 30 y 35 años llegan a ese punto.
Es verdad que existe un patrón difusivo que reina en los medios de comunicación que habilita acciones de este tipo, como también que además demuestra que nuestro esfuerzo no ha sido suficiente y debe ser mayor para ir a hablar con cada argentina y argentino porque si pasan estas cosas es porque nosotros no estamos llegando a todos los lugares donde tenemos que llegar como fuerza política organizada y militante.
Este tipo de situaciones que vienen sucediendo habla a las claras de los errores que hemos cometido, porque la historia como escuchaba hace un año y semanas, era quién creó el problema.
Vamos a decirlo nosotros, fue Mauricio Macri, fue el gran empresariado argentino también, fueron los dueños de los medios de comunicación, a quienes les interesó más quedarse por ejemplo, con Telecom, que cuál era el destino de nuestro propio país.
Clarín no para de crecer y la Argentina no para de caer. A ver si nos damos por anoticiados y nos damos cuenta realmente que piensen como piensen los empresarios de mi país, lo que pueden hacer es anteponer los intereses sectoriales al interés de una sociedad que reclama por mayor igualdad, más salud, más seguridad, mejor servicio de justicia para las compañeras cuando van a denunciar violencia, para las familias que van a adoptar. Esa es la realidad.
En este cuadro de situación, buscan descabezar una fuerza política, porque saben que es muy difícil instalar candidatas o candidatos a los que la gente les crea en este estado de situación. Buscan de esta manera que vayamos hacia las elecciones, que tienen un tinte amañado, que no dejan participar, que proscriben y buscan proscribir, porque si apareciera otra persona que es capaz de despertar igual, o en parte la misma esperanza, actuarían de la misma manera.
Por eso es importante la participación de la gente. Por eso es importante, que ustedes, con este calor hayan venido hasta acá y hayan estado presentes, por eso es importante que no pierdan el amor propio.
Que no les quiebren la autoestima, porque cuando a un pueblo le quiebran la autoestima se lo llevan puesto, y trabajan todos los días para quebrar la autoestima a la gente.
Que "no podemos", que "no merecemos", que "mejor es irse del país". Nosotros como espacio político entendimos muy bien que puede haber un proyecto político que en vez de que se vaya la gente vuelva, como empezaron a volver a partir de mayo del 2003 los científicos, las científicas, los hijos, las hijas, a quienes los padres despedían con lágrimas en Ezeiza.
Si queremos que nuestro pueblo batalle, pelee, hay que escucharlo y empoderarlo. No hay que bajar al territorio compañero gobernador, hay que subir a la militancia a los lugares de decisión de una buena vez por todas. Y ahí vamos a ver cómo se negocia, cómo se batalla, se debate y se discute.
Creo que tenemos peleas enormes por delante y les voy a ser sincero porque no soy un robot. Muchas veces tengo bronca, muchas veces siento que la desilusión me gana, pero son estos lugares, los compañeros y compañeras que no me vienen a hablar mal del otro o la otra, sino que vienen a decir lo que podemos hacer, los que realmente llenan el alma, contra los que buscan vaciarla todos los días para quebrarnos.
Hay que buscar la manera de realmente poder generar los espacios de participación para tener un programa de gobierno que incluya. A veces, recuerdo ese plenario que lo que buscaba con miles de argentinas y argentinos, era la posibilidad de generarle a la compañera Vicepresidenta la máxima libertad para poder decidir de cara al 2019.
Y nos rompimos el alma, nos rompimos la espalda, porque fuimos de un lado para otro, hicimos caso de los análisis de cuál iba a ser el rumbo final del macrismo y actuamos de acuerdo a lo que pensamos, y eso le permitió a la compañera poder tomar una decisión, terminar con aquello que en tan poco tiempo había dañado profundamente al país.
Cómo será que ese plenario del 2018 fue uno o dos meses después que el Fondo Monetario ingresara a la Argentina en menos de un minuto y medio, descripto por Mauricio Macri.
Generamos ese lugar y la compañera decidió. Y decidió bien, porque la sociedad fue a votar masivamente. Se construyó una victoria electoral y luego las eventualidades a las que respondimos bien.
Siempre digo que nuestro espacio político, nuestro gobierno, respondió correctamente en base a las posibilidades que tenía frente a la pandemia. Hubo que salir a buscar respiradores, los hospitales derruidos y abandonados, el hacinamiento y las condiciones de vida etcétera, etcétera, todos ustedes saben lo que pasó y para colmo los medios de comunicación y opositores que decían que la vacuna era un veneno.
Agradecerle a las médicas, médicos, enfermeras, enfermeros, y compañeras y compañeros de los vacunatorios que le sacaron el miedo a la gente en medio de la pandemia.
Ahora hay que sacarle el miedo a la gente en esta elección, que si se tiene postura firme frente a los que prometen tempestades, nuestro país va a salir adelante.
No vamos a salir adelante si el miedo reina en la dirigencia. Y no confundan con que no tener miedo significa hacer locuras.
No tener miedo significa tener en claro las decisiones que tenés que tomar, las consecuencias de las decisiones que tenés que tomar. Y hay dos tipos de consecuencias, pero siempre se piensa en una. Se piensa en el daño que te pueden hacer. Ojalá al menos nuestro gobierno hubiera explicado por qué accedía a un acuerdo. No diciéndole que era el mejor acuerdo del mundo y que iban a venir milagros y días que no vinieron como ustedes ven hoy, sino diciéndole que estaba siendo extorsionado por culpa del ex presidente Macri que nos había puesto de rodillas con el Fondo Monetario Internacional.
Porque muchas veces noto que las dirigencias le reclaman a la gente que no se da cuenta o que no participan, pero no la invitan a participar y no le cuentan lo que está pasando, como sí alguna vez lo hizo el presidente Néstor Kirchner, que cuando la Corte Suprema allá en el 2003, 2004, lo fue a extorsionar, confió en su gente.
Militamos, nos proponemos y vamos, no por el deporte de ganar elecciones, sino porque realmente queremos representar los sueños de nuestro pueblo. De eso se trata finalmente.
Tenemos un desafío grande por delante, compañeros, compañeras. Creo que podemos construir ese lugar que le permita a quien diseñó la estrategia en el 2019, vuelva a diseñarla.
Parece mentira muchas veces que tras la persecución del partido judicial, el hostigamiento mediático constante, metódico, pensado, diseñado, hay compañeras y compañeros que están más interesados en ganar a Cristina que sacar el país adelante. Esas son las diferencias claras que hay.
Una compañera que en 2019 diseñó la victoria del peronismo para que la gente vuelva a la Casa Rosada, y hay algunos que todavía dudan de lo que tienen que hacer, para realmente ponerse a disposición del conjunto y abandonar las aventuras personales.
Es hora del pueblo, es hora de la gente. Más que agradecidos deberían estar algunos con estar en lugares con los que cualquier argentino, argentina, sueña.
Más humildad, compañeros. A disposición de la gente para poder construir una victoria en octubre, pero no una victoria para administrar la miseria del Fondo Monetario. Una victoria para que los argentinos y argentinas realmente disfruten de su tierra, de su riqueza, de su suelo, de sus ríos, mares y climas.
Argentina para los argentinos y las argentinas.
Muchísimas gracias, como siempre, a vuestra disposición. Las quiero y los quiero mucho. Muchas gracias, compañeros.