Por Victorio Paulon

Cincuenta años de su vida dedicados a la militancia de base, sindical con impronta de clase, pero también profundamente política en su rebelde independencia como trabajador. Recorría los conflictos ampliando con solidaridad y espíritu de camaradería los estrechos caminos del sectarismo. Un hombre del Peronismo de Base, de la Agrupación Envar El Kadri, de la CTA y del movimiento obrero todo.

Empezó su práctica distribuyendo el periódico de la CGT de los Argentinos que dirigía Rodolfo Walsh. De ahí el vértigo hasta el final. Marcelo el “Nono” Frondizi fue protagonista de todas las etapas que vivimos. Desde la madrugada de su trayectoria conoció el dolor en el compromiso revolucionario. La muerte de Diego, su hermano mellizo, lo marcaría para siempre. En Rincón de Milberg, Diego cayó asesinado bajos las balas policiales junto a Eduardo Belloni, en tiempos de la dictadura de Lanusse. Pocos años más adelante su tío querido y admirado, el intelectual revolucionario Silvio Frondizi, fue una de las primeras víctimas de la Triple A. Su familia toda comenzó a sentir la pesadilla de la persecución política. Como delegado de los Talleres Protegidos del Hospital Borda no fue una excepción. Debió pasar a la clandestinidad y después la larga marcha al exilio.

La recuperación de la democracia permitió su vuelta al país, al trabajo y a su puesto de delegado, que era su lugar en la vida. Participó de la recuperación de ATE, su sindicato, su proyecto, su sueño y su puesto de lucha hasta que el sábado a la noche un infarto traicionero lo llevó para siempre. El “Nono”, partía al territorio de la leyenda. Toda su vida fue su lucha y sin embargo jamás le conocimos un enemigo dentro del campo popular. Desde ATE fue parte del encuentro de Burzaco donde se acordó, junto a 150 dirigentes sindicales, lanzar la convocatoria al Congreso de Trabajadores de Argentina, punto de partida de la fundación, años más tarde, de la Central de trabajadores de la Argentina.
El “Nono” fue un militante de la vida. Sus hijos vivirán para siempre con la guía de su ejemplo. Los nuevos delegados y dirigentes de esta época, todos los que compartieron en algún momento su trayectoria, lo recordarán como un ejemplo.

En nuestra CTA de los Trabajadores su huella quedó marcada. Fue Secretario Adjunto, referente para los más jóvenes, y su muerte deja un lugar muy difícil de ocupar. El “Nono” era único, irrepetible, mezcla de amistad, compromiso y modelo de vida. Vivió con lo puesto y partió de la misma manera. Su sueño siempre fue comunitario, no tenía proyectos personales, siempre creyó que la realidad se transforma mediante un proyecto colectivo y nunca se bajó de esa convicción.

Hace 50 años quienes abrazábamos la militancia decíamos que a los compañeros que morían no se los lloraba, se los reemplazaba. Estábamos equivocados. Primero hay que llorarlos hasta que el alma se desahogue y después seguir con su tarea, que es la nuestra. Hoy lo lloramos colectivamente. Mañana seguiremos adelante con su tarea revolucionaria: se trata nada menos que de luchar para trasformar la realidad en favor de la clase trabajadora.

Hoy es para todos los compañeros que lo conocimos y lo disfrutamos un día de una profunda tristeza. Mañana seguiremos luchando, y el recuerdo de este inmenso compañero estará junto a nosotros.

Marcelo “el Nono” Frondizi. ¡¡¡Presente!!!

Hasta la Victoria Siempre.

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