La muerte evitable del compañero, que se desempeñaba en la estación de Retiro, área foco de la pandemia, se suma al fallecimiento de Miguel Almedo, otro trabajador que perdió la vida el 29 de mayo último, también por coronavirus. Los trabajadores de la vigilancia privada vienen denunciando a la empresa por obligar a trabajar a empleados, comprendidos en los grupos de riesgo, no respetar ni los más mínimos protocolos, realizar “aprietes” y ocultar los casos de Covid-19.

Ese fue el caso de Almedo, de 64 años y con problemas coronarios e hipertensión arterial, que fue obligado por la patronal a levantar su licencia luego de los primeros 15 días y concurrir a su trabajo, lo que le provocó el contagio y la muerte.

El Sindicato de Trabajadores de Vigilancia Privada exige la intervención del Estado para controlar a las empresas y hacer cumplir los protocolos de prevención frente al coronavirus, así como las licencias y protecciones a lxs trabajadorxs.

Asimismo, en relación al protocolo de actuación, los trabajadores aseguraron que frente a casos positivos de Covid-19, no son aislados los demás trabajadores y solo la presión de sus compañeros, familiares y organizaciones gremiales logra poner un freno parcial a una empresa que de seguridad poco conoce.

Desde la CTA-Ciudad reclamamos que se haga justicia determinando la responsabilidad empresarial y exigimos al Gobierno de la Ciudad y a las autoridades de trabajo que hagan cumplir a las empresas de manera inmediata y efectiva con las normas de protección de lxs trabajadorxs.

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