La Comisión Nacional de Valores presentó un informe elaborado por su Oficina de Derechos Humanos para determinar el rol del personal de la CNV y de los grupos económicos durante la última dictadura militar.
El acto de presentación del informe “Economía, Sistema Financiero y Dictadura” tuvo lugar en el subsuelo de la sede de la CNV en la tarde del lunes, un día después de la multitudinaria marcha del 24. Encabezado por su presidente, Alejandro Vanoli, contó con la presencia de varios representantes de movimientos de Derechos Humanos, como Nora Cortiñas, cuyo hijo Gustavo trabajaba en la CNV al momento de su desaparición. También, el secretario general de la CTA, Hugo Yasky. Y allí disertaron, además de Vanoli, la procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó; los economistas Arturo O`Connell y Eduardo Basualdo; el subsecretario de Protección de Derechos Humanos, Luis Alen; el presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, Hugo Cañón y el historiador Osvaldo Bayer.
Si bien el informe será presentado en abril, ayer se dieron a conocer las conclusiones principales. En ese sentido, Vanoli subrayó “Desde la Comisión Nacional de Valores entendimos que había que avanzar en entender qué había pasado y que había que ayudar a generar condiciones de transformación sobre la realidad”, al tiempo que sostuvo que “este trabajo empezó por ver qué había pasado en una empresa emblemática, como Papel Prensa, por quienes estaban involucrados. Para la dictadura era fundamental apropiarse de la única fábrica de papel. Lo cierto es que había una matriz represiva en el sistema financiero que había generado las condiciones para una política económica que provocó este genocidio económico y social y que también coadyuvó a que se generara represión económica, beneficios a grupos económicos, persecuciones a quienes no comulgaban con la dictadura y que todo eso debía ser investigado”.
Para el armado de este informe, Vanoli señaló que se trató de una “reconstrucción de la memoria desde una visión analítica, interdisciplinaria, con cientistas sociales, antropólogos, sociólogos, economistas, abogados y determinar cuál era esa matriz”. Seguidamente, cada uno de los expositores abordó el armado del informe desde una perspectiva distinta, coincidiendo todos en la importancia de la investigación para llegar a la verdad, el ejercicio de la memoria y la búsqueda de justicia. De todos ellos, tal vez el más emotivo fue el aporte que hiciera Eduardo Basualdo, director de YPF, leyendo los nombres y el lugar de trabajo de los obreros y obreras de YPF secuestrados y desaparecidos, a cada uno de los cuales les siguió la exclamación de ¡Presente! por parte del auditorio.
Por su parte, para el secretario general de la CTA investigaciones como la de este informe son acciones para “sacar a la luz la acción del genocidio. Es una acción que significó consolidar la patria financiera y además una acción confiscatoria, apelando a la represión que le permitió, además de Papel Prensa, quedarse con una gran cantidad de empresas y establecer un eje de acumulación económica con los sectores del empresariado que formaban parte del golpe a todo lo que eran la sociedad rural, martínez de Hoz, los Blaquier y una cantidad de apellidos que aparecen en este informe”.
“Para la CTA - continuó Yasky- es importante estar acá porque con esto se termina de desvelar que la dictadura militar no fue la barbarie inspirada por el dio o la defensa enceguecida de una supuesta ideología occidental y cristiana sino que la dictadura fue el brazo armado del empresariado. El empresariado en armas fue la dictadura militar. Por eso, este componente que hoy se subrayó, la presencia de los civiles y las clases dominantes, es una manera de demostrar que acá hubo un proceso que consolidó la hegemonía y el dominio de la clase dominante en la Argentina. Además, ese tercer actor que nombraron varios de los exponentes, la curia, la jerarquía eclesiástica como parte de esa especie de tríada en los que se acentuó la dictadura militar: el ejército, la clase dominante y la jerarquía eclesiástica”.