En un salón del Centro Recreativo de APA en Ituzaingó, con la capacidad para 500 delegados totalmente colmada, tuvo lugar el 27 de septiembre un Plenario de los Sindicatos Aeronáuticos Unidos (APA, APLA, APTA, ATCPEA, ATEPSA, UALA y UPSA), en el que se ratificó el mandato a sus Comisiones Directivas para lanzar un plan de lucha conjunto.

Este Plenario histórico, con la presencia de todas las comisiones directivas y cuerpos de delegados de los siete gremios, así como de la Agrupación Alas de aeronavegantes, debatió la aguda crisis que se avecina sobre la aviación comercial y civil argentina y, en particular, sus trabajadores y trabajadoras, debido a la nefasta política aérea implementada por el gobierno nacional.

Uno tras otro, los secretarios generales explicaron la situación por la que atraviesan las empresas, los organismos aeronáuticos y los diferentes sectores de trabajo que componen nuestra compleja actividad. En todos los casos, se subrayaron las graves consecuencias que acarrean la desregulación y apertura indiscriminada de los cielos argentinos a la entrada de empresas transnacionales, en particular las denominadas low cost, que depredan nuestros mercados y degradan las condiciones laborales. Y se denunció el empecinamiento de los funcionarios del gobierno de Cambiemos en favorecer a estos grupos, a los cuales muchos de ellos están asociados, en perjuicio de las empresas nacionales y las extranjeras regulares radicadas en Argentina, mediante el falaz slogan de una supuesta “Revolución de los Aviones.”

Este slogan esconde, en realidad, una profunda y regresiva reforma del Código Aeronáutico, la degradación (por parte de la ANAC) de las normas aeronáuticas RAAC, los servicios de Navegación Aérea y la inversión pública en infraestructura, y la precarización laboral en todos los organismos aeronáuticos. Todo ello para facilitar la desnacionalización, la desindustrialización y la violenta baja del “costo argentino”.

Hubo coincidencia en señalar las similitudes con otras etapas en que se aplicaron estas políticas de desregulación y apertura, todas las cuales fracasaron estruendosamente. Así como en el pasado quebraron a Aerolíneas Argentinas – Austral (sólo salvada gracias a la lucha de sus trabajadores/as), Lapa, Aerovip, Southern Winds, American Falcon y tantas otras, ahora las que corren peligro son: Aerolíneas-Austral (una vez más saboteada por dentro por los propios directivos), Andes, Lan Argentina y Avian, así como las empresas que les proveen servicios.

Ante este cuadro de situación, hubo también unanimidad en la necesidad de reforzar la unidad de los sindicatos aeronáuticos para enfrentar la agresión permanente del gobierno nacional contra los derechos laborales, los sindicatos, las empresas nacionales públicas (Aerolíneas-Austral, Intercargo, Fadea) y privadas e, incluso, los propios organismos públicos del sector.

Puesto a votación, se aprobó por unanimidad un comunicado donde se traza un crudo diagnóstico de la realidad aerocomercial argentina y se declara a los Sindicatos Aeronáuticos Unidos en estado de alerta y movilización, facultando a las comisiones directivas para llevar adelante todas las medidas sindicales, políticas y legales que correspondan en defensa de la fuente laboral.

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