14 de agosto de 2013
Cada año, en torno a la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, suele circular una afirmación tan categórica como errónea, según la cual la fijación del haber mínimo debe anticiparse a las negociaciones paritarias y no definirse luego de su cierre, como ocurre en la práctica institucional argentina. Tal afirmación, carente de base teórica y empírica, intenta justificarse en una pretensa función atribuida al mínimo vital de motorizar la negociación salarial “hacia arriba”. Esto no es así.