Acorralado por la lucha docente y la masiva movilización popular, Gerardo Morales, tuvo que derogar el decreto que habilitaba la persecución de quienes se manifiesten en calles y rutas en defensa de sus derechos.

Esta medida, que el gobernador radical intentó imponer en Jujuy, claramente se trataba de un globo de ensayo de la derecha neoliberal, que intentarán poner en práctica estas mismas políticas restrictivas en todo el país si llegaran al gobierno.

La derogación del decreto es el resultado de una intensa lucha protagonizada por los docentes, que llevan adelante una huelga por tiempo indeterminado y de la movilización popular en Jujuy.

El decreto de Morales buscaba restringir la capacidad de los ciudadanos para manifestarse pacíficamente y ejercer su derecho a la protesta en un acto que era abiertamente violatorio de la Constitución Nacional, de los tratados internacionales y de los convenios de la OIT ratificados por nuestro país. Esto generó una fuerte resistencia por parte de los gremios docentes y diversos movimientos sociales, que rechazaron esta medida por atentar contra las libertades fundamentales y los derechos de los ciudadanos.

La derogación del decreto en Jujuy no solo es una conquista local, sino que también envía un mensaje a nivel nacional. La resistencia y la lucha de los ciudadanos demuestran que la defensa de los derechos y las libertades no puede ser silenciada.

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