El Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos (ex ESMA) es una de las sedes donde se desarrolla, del 20 al 24, el III Foro Mundial de Derechos Humanos 2023. Su tercera jornada contó con la participación de Sonia Alesso, Roberto Baradel, Yamile Socolovsky y Hugo Yasky.
En el espacio conocido como de las “4 Columnas”, el emblemático edificio ubicado en el centro del predio de la ex ESMA, hacia la Avenida del Libertador, se desarrolló por la mañana el panel “Los derechos humanos en el horizonte de nuestras utopías”, con la participación de Sonia Alesso, secretaria general de la CTERA; Nicolás Arata, de la Universidad Pedagógica Nacional; Nacho Levy, de la Garganta Poderosa; Ricardo Grassi, consultor de Unesco en Afganistán; Felipe Llamas, ex jefe de Gabinete de la Alcaldesa de Madrid, España; con la coordinación de Martín Fresneda, director del Observatorio de DDHH, y Myriam Feldfeber, de la Universidad de Buenos Aires.
Sonia Alesso, recordó que son casi 800 los y las docentes, maestrxs, profesorxs y directorxs asesinadxs por la dictadura cívico militar. Más tarde, Hugo Yasky se refirió a las figuras de Isauro Arancibia, maestro y dirigente sindical tucumano, asesinado la misma noche del 24 de marzo del 76; y de Marina Vilte, maestra y militante sindical, secuestrada y desaparecida el 31 de diciembre de 1976. Alesso también señaló que este año la CTERA cumple 50 años de lucha y que fue fundada el 11 de septiembre de 1973, el mismo día que el golpe encabezado por Augusto Pinochet derrocaba a Salvador Allende en Chile, y que, por lo tanto, ese fue el primer reclamo de la confederación docente. “Cuando hablamos de educación, también de justicia educativa o de soberanía pedagógica, ese término que Adriana Puiggrós de alguna manera planteó como una categoría y que lo sostenemos desde CTERA, tiene que ver con cómo es el financiamiento de la educación pública”. En otro tramo, la dirigente docente subrayó que “la escuela pública argentina sigue siendo el mejor lugar para garantizar la justicia educativa y la paz en nuestros barrios. Debemos construir mejores escuelas y educación para quienes más lo necesitan”.
En tanto, que en la sala “Nuestras Madres” de la Casa “Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza” de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, expusieron en el panel “El mundo del trabajo, la justicia social y los derechos humanos”, Álvaro Padrón, director del CEFIR, Uruguay; Ana Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público; Paulo Abrão, ex secretario ejecutivo de la CIDH, Brasil; con la coordinación de Yamile Socolovsky, directora del Instituto de Estudios y Capacitación de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (IEC-CONADU), secretaria de Relaciones Internacionales de la CONADU y secretaria de género de la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina.
“El panel permitió desplegar una serie de temas que no podían estar ausentes en este Foro, en el marco de la afirmación de un concepto ‘denso’ de los derechos humanos, que las luchas populares han cargado de sentidos para asociarla a todas aquellas condiciones que se requieren para la realización de la igual dignidad de todas las personas, y por lo tanto como el contenido de aquello que entendemos por justicia social”, expresó Yamile Socolovsky, y agregó: “Las intervenciones de Ana Castellani, Álvaro Padrón y Paulo Abrão, plantearon con mucha claridad el rol de los Estados y de les trabajadores estatales en la implementación de políticas públicas que aseguren derechos, el papel de las organizaciones sindicales y los desafíos actuales para construir organización y capacidad de acción frente al avance de la precarización del trabajo y de la vida, así como la importancia de articular estrategias que movilicen el sistema interamericano de protección de derechos en apoyo de las demandas de justicia de la clase trabajadora”.
Por la tarde, en el marco del espacio “Democracia para siempre: Representantes de Centrales sindicales a nivel internacional conversan sobre los Derechos humanos”, en la “Casa de la Militancia” de H.I.J.O.S., tuvo lugar el panel “Encuentro Intersindical: Lxs trabajadores tienen memoria: el movimiento obrero construye memoria, verdad y justicia”. Allí expusieron Roberto Baradel, secretario general del SUTEBA y de la CTA-T en la provincia de Buenos Aires y secretario de Relaciones Internacionales de la CTA-T; Cristina Faciaben, secretaria confederal de internacional, cooperación y migraciones de las Comisiones Obreras, España; Sergio Bassoli, responsable de las relaciones de la CGIL con América latina, Italia; Clair Siobhan, de la Central Única de Trabajadores, Brasil; con la coordinación de Roberto Morales, de la CUT, Chile.
“La escuchaba a Cristina (Fernández de Kirchner, en la cumbre del Grupo de Puebla en el Centro Cultural Néstor Carlos Kirchner - CCK) y sucede que las sociedades se decepcionan de las derechas, ‘centroderechas’, o supuestamente ‘democráticas’, después vienen los gobiernos populares y administran lo que dejó la derecha concretamente y a veces hacen las cosas que la derecha haría en función de la ‘convivencia democrática’ y el sistema encuentra alternativas que hacen prevalecer a las derechas y las vuelven más duras, y de ahí nace el fascismo”, manifestó Roberto Baradel y agregó: “Los pensamientos supremacistas, fascistas, xenófobos tienen que ver con gobiernos autoritarios que tratan de imponer un conjunto de reglas que les permitan seguir capitalizando los privilegios de la concentración de la riqueza y las desigualdades”.
Por último, en el mismo edificio, y con la misma propuesta intersindical, se cerró el encuentro con la presencia de Carlos ‘Charly’ Pisoni, de H.I.J.O.S. Capital; Mabel Careaga, de Familiares de lxs 12 de la Santa Cruz e hija de Esther Ballestrino de Careaga, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, detenida desaparecida por el Terrorismo de Estado; Rodrigo Gómez Tortosa, secretario ejecutivo del III Foro Mundial de Derechos Humanos 2023; Sergio Palazzo, diputado nacional y secretario general de la Asociación Bancaria; Hugo Yasky, diputado nacional, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputadxs de la Nación y secretario general de la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina; Vanesa Siley, diputada nacional, secretaria general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales (Fe-Sitraju), y consejera de la Magistratura de la Nación; Hugo ’Cachorro’ Godoy, secretario general de la CTA Autónoma; y en la coordinación de la mesa, Matías Zalduendo, secretario de Derechos Humanos de la CTA-T.
Antes de darle la palabra a Hugo Yasky, Zalduendo recordó que en el mismo sitio donde se llevaba a cabo en encuentro, funciona una sede de la Intersindical de Derechos Humanos, organización de la que el entrañable compañero Victorio Paulon fue uno de los fundadores y quien participó también de encuentros anteriores, allí mismo, en la semana de la Memoria. “Hubo huelgas convocadas en plena dictadura militar. Junto con las Madres que salieron a la calle, hubo huelgas, compañeros asesinados, dirigentes sindicales que pagaron con su vida aquellas primeras jornadas de lucha del movimiento obrero” detalló Hugo Yasky y agregó: “También tuvimos en aquella época un hecho que generalmente en la historia no cuenta. La dictadura militar, así como prohibió la organización sindical a nivel nacional e intervino las organizaciones sindicales, decretó que la afiliación en la Argentina pasaba a ser cero. Lxs trabajadorxs, si querían estar en un sindicato, tenían que volver a afiliarse. Estamos hablando del año 1977, y había que poner mesas en las fábricas, donde había atrás un ‘milico’ que escribía a los que se reafiliaban. Y eso que parecía el fin del sindicalismo en la Argentina, eso que acaso algunos vaticinaban el fin del movimiento sindical, fue orquestada como una magnífica acción de resistencia en paz de los trabajadores que hizo que la afiliación en la Argentina creciera respecto del número que existía en el momento en que los ‘milicos’ dijeron ‘no hay más afiliados sindicales en la República Argentina’. Y esto forma parte de los ejemplos que nos tienen que nutrir a nosotros. Tuvimos que perder miles de los mejores cuadros sindicales de este país, asesinados, algunos delegados de fábrica, miembros de comisión interna, otros dirigentes sindicales de larga trayectoria. En el caso de los docentes al mejor compañero, Isauro Arancibia. Lo acribillaron a balazos, junto a su hermano, en la sede del sindicato de Tucumán, el mismo 24 de marzo. Del mismo modo que la mataron a la compañera Marina Vilte, extraordinaria compañera”.
Para concluir, el dirigente docente expresó: “Esa es una lucha que evidentemente marcó un quiebre cuando se baja el cuadro de los ‘milicos’, cuando Néstor Kirchner pide perdón en nombre del Estado a todxs lxs familiares de desaparecidos y desaparecidas y cuando él dice públicamente ‘somos hijos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo’. En ese momento hay un punto de quiebre en la resistencia y empieza el campo popular a recuperar su función. Y esa lucha continúa vigente. Como siempre lo digo: ‘la flecha está en el aire’. Queda mucho por avanzar. Murió Blaquier a los 95 años, en su casa. Alguien que forma parte del genocidio, ni siquiera en calidad de cómplice, fue parte del genocidio. ‘La noche del apagón’ da cuenta de lo sucedido. Y en esa misma provincia, en el otro extremo de la escala social, Blaquier parte de esa oligarquía jujeña, poderosa, dueño de Ledesma, nada más ni nada menos, una compañía que cotiza en la Bolsa de Nueva York; en el otro extremo, Milagro Sala, una compañera que lleva siete años de prisión. La disputa por los derechos humanos no es parte del pasado, como dice la derecha en el Congreso, hablamos de una disputa que forma parte del presente”.