La más antigua y más representativa confederación sindical italiana (más de 5 millones de afiliadxs) celebró en los pasados días su XIXº congreso. Con una asistencia de más de mil delegadxs de todas las categorías, y una nutrida delegación internacional de la que formó parte la CTA de los Trabajadores y las Trabajadoras de la Argentina.
El punto de partida lo marcó precisamente un encuentro de la dirigencia de la organización encabezada por el Secretario general, Maurizio Landini, con quienes en la ocasión desde muy lejos vinieron a compartir y a celebrar un congreso que marcará sin duda la memoria colectiva de delegados y delegadas. El tema: “La CGIL en Europa y en el mundo: trabajo, derechos, negociación colectiva, democracia y antifascismo”. Allí se presentó el Manifiesto de la Red Internacional de Sindicatos Antifascistas, que como señaló el SG Landini “no es simplemente un documento, ni Uds. están aquí por una invitación cordial, es una propuesta de acción necesaria que no podemos demorar”. La CTA-T ha estado desde los inicios en la organización de dicha RED y es signataria del Manifiesto.
El segundo momento que señaló claramente el sentido y la propuesta de la organización para el próximo período de 4 años, fue sin duda el mensaje inaugural del secretario Landini. Un mensaje que llamó a la reflexión acerca de todo lo que tiene que cambiar, inclusive en la vida de la organización, para poder enfrentar los graves desafíos que tienen en el país, en Europa y en el mundo lxs trabajadorxs. Una fuerte propuesta de apertura, para la acción colectiva, para el fortalecimiento de la unidad sindical. Un llamado a una movilización urgente que cuestione, en las calles, en los lugares de trabajo y en todos los espacios a los que tenga acceso, a este modelo que busca dividir y atomizar a la clase trabajadora, que pretende debilitar hasta hacerlas desaparecer a las organizaciones sindicales. Una acción para la defensa activa de los derechos fundamentales que están amenazados en la actualidad. Una movilización que ponga en el centro el derecho al trabajo digno, a la acción colectiva, a las garantías y beneficios conquistados duramente a lo largo de años de lucha.
En Italia todo eso tiene que ver también, en particular en este momento con un gobierno de derecha extrema, con la defensa de la Constitución Nacional, nacida al calor de la Resistencia contra el nazi fascismo, que proclama desde su artículo primero que Italia es una república cuyo fundamento es el trabajo.
En muchos momentos del debate se habló de apertura, de la necesidad de salir a dialogar con los propios, para que la vida sindical recupere vitalidad, visibilidad y confianza y a confrontar con los extraños, escuchar para reclamar el derecho a ser escuchados. Y en ese sentido se desarrolló una mesa redonda a la que fueron invitados todos los dirigentes de los principales partidos de oposición al gobierno de Giorgia Meloni. Integraron la mesa: Elly Schlein (la nueva Secretaria General del Partito Democrático-PD recientemente elegida), Nicola Fratoianni (Sinistra Italiana), Giuseppe Conte (ex primer ministro del Movimento 5 Stelle), y Carlo Calenda (por el momento en negociaciones para formar un nuevo partido con Matteo Renzi) y Maurizio Landini. La CGIL hizo un fuerte llamado a la unidad de acción de las fuerzas políticas asistentes, que se llevaron el compromiso de realizar a la brevedad posible un encuentro “así sea hasta la madrugada” para encontrar puntos de coincidencia posible.
Una invitación para que la Ministra de Trabajo de España, Yolanda Diaz, se dirigiera a la plenaria del Congreso, marcó uno de los momentos más cálidos y aplaudidos de la reunión. La Ministra reseñó los cambios importantes alcanzados durante su gestión, la disminución del desempleo juvenil, el impulso a la negociación colectiva, el aumento de trabajos con contratos con garantías de estabilidad y de duración indeterminada, entre otros.
Luego la ministra solicitó un breve encuentro con los sindicatos españoles y latinoamericanos que asistían al Congreso. La CTA-T estuvo presente representada por Marta Scarpato y subrayó la importancia de que la próxima presidencia de España en la Unión Europea (segundo semestre de este año) otorgue a América Latina la prioridad que merece y deje de ser una mera declaración de intenciones en los documentos, que reconozca las asimetrías, que acorte las desigualdades y que valore no solo los recursos naturales de la región, también la inteligencia y capacidad de sus habitantes, en particular de sus trabajadores y trabajadoras.
El viernes 17 de marzo fue el día de la intervención de la presidenta del Consejo de ministros, Giorgia Meloni, (la primera en 27 años de un primer ministro) precedida de todo tipo de especulaciones en los medios italianos. Desde los que afirmaban que finalmente no asistiría hasta los que esperaban una respuesta agresiva de la audiencia. Lo cierto es que, si algo caracterizó a la presencia de la Sra. Meloni, fue el silencio con el que la escuchó y despidió la plenaria. Tan solo un pequeño grupo decidió salir del recinto cantando la vieja canción de la resistencia partigana “Bella Ciao”, y algún aplauso saludó su referencia al asalto que sufrió el año pasado la sede de la CGIL en Roma, por parte de elementos de la extrema derecha. (SIC)
En resumen, su discurso estuvo centrado en repetir lo que han sido las líneas tutelares de su acción política, fuertemente caracterizada por una visión económica claramente neoliberal, un conservadurismo político soberanista, defensor de la familia tradicional, negacionista del pasado más oscuro de la historia italiana, y partidaria de una reforma institucional que haga de Italia una república presidencialista, con una fuerte concentración de poderes en la figura presidencial. Precisamente lo que quiso evitar la Constitución republicana de 1947. Afirmó su oposición al establecimiento de un salario mínimo y defendió la supresión del “redito di citadinanza” (una suerte de plan social para lxs más vulnerabilizados).
Maurizio Landini le respondió al día siguiente en su mensaje de clausura del congreso que lo reeligió por el 94,2% de los votos, y le anticipó futuras y fuertes protestas. “Existen distancias muy profundas y consistentes. Para todo el sindicalismo italiano es necesaria una movilización que no excluya la huelga general. Lo digo para nosotros y para la CISL y la UIL.”
Todo el tono del mensaje de despedida del Compañero Landini a un Congreso que definió como no solo vibrante y conmovedor también con un alto nivel de debate democrático, trajo recuerdos de aquel llamado de Antonio Gramsci:
“Edúquense porque necesitamos de toda vuestra inteligencia,
Movilícense, porque necesitamos de todo vuestro entusiasmo,
Organícense porque necesitamos de toda vuestra fuerza”.