En una Berlín más bien otoñal a pesar del calendario, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) realizó su XVº Congreso y celebró su 50º Aniversario. Más de 700 delegadxs de 41 países, representantes de 93 centrales sindicales y 10 federaciones sindicales internacionales, debatieron en un ambiente de unidad, sobre los desafíos, propuestas y reivindicaciones del mundo del trabajo en el Viejo Continente.

El emblema del Congreso lo decía con claridad, ¡Justo trato para lxs Trabajadorxs!! en un momento de gran agitación laboral en toda la región, dentro y fuera de la Unión Europea.

Los reclamos y las exigencias del mundo sindical son, lamentablemente, muy coincidentes con las que levantan actualmente los trabajadorxs prácticamente en todos los lugares del planeta: respeto y plena aplicación de los derechos laborales y sindicales; defensa del derecho de huelga y de la negociación colectiva, seriamente amenazados en países como el Reino Unidos, Francia, Bélgica, Polonia, República Checa, Italia, entre otros; derecho a una real participación en la vida política de sus países, cuando se toman decisiones que afectan gravemente la vida y las condiciones de trabajo de sus pueblos; inversiones y recursos públicos en los sectores económicos esenciales para asegurar un desarrollo con dimensión social y una distribución equitativa de la riqueza que las mujeres y los hombres que trabajan contribuyen de manera decisiva a crear, necesidad de un nuevo contrato social por un desarrollo más justo y democrático.

El grado de deterioro de algunas de estas reivindicaciones en países de alto desarrollo quedó claramente reflejado en las intervenciones de numerosos compañeros y compañeras que alzaron su voz para denunciarlo. En el Reino Unido, el intento de abolir conquistas sociales fundamentales alcanzadas cuando formaban parte de la Unión Europea, una consecuencia directa del BREXIT; la larga y agitada lucha de los sindicatos franceses (por primera vez desde hace 15 años todos unidos) para resistir a la imposición por afuera de la Asamblea Nacional, de una ley regresiva que modifica no solo la edad de la jubilación (de 62 a 64 años) anula entre otras cosas, la posibilidad de jubilarse anticipadamente para aquellxs que realizan trabajos muy pesados, estresantes o riesgosos; en Bélgica, las huelgas del personal de los grandes supermercados (en su mayoría mujeres) que se oponen al intento de anular la vigencia del contrato colectivo de más de 6000 trabajadorxs, mediante el sistema de concesiones que atomiza al colectivo laboral y modifica sus condiciones salariales y de trabajo.

Otro tema que estuvo en el centro de los debates del Congreso de la CES fue la urgente necesidad de actuar en defensa de la democracia y de resistir a la extrema derecha presente y actuante en muchos países de la región. Y con un notable poder de atracción para algunxs trabajadorxs. La extrema derecha gobierna, cogobierna o puede ganar elecciones próximamente en no pocos países europeos. Y el año próximo es un año electoral en la Unión Europea, y la CES hace un fuerte llamado a la movilización para asegurar que la mayoría acuda a las urnas, algo que no ha ocurrido en las últimas elecciones en las que cada vez menos ciudadanxs europexs acude a votar.

La nueva dirigencia de la CES ha decidido iniciar en los próximos meses un intenso programa de movilizaciones nacionales, sobre todos estos temas, que debería culminar con una gran manifestación sindical europea hacia el mes de setiembre.

Fue aprobado el plan de acción para los próximos 4 años, con ejes en la necesaria renovación sindical ante los grandes desafíos actuales, el futuro del trabajo, la necesidad de un nuevo y más justo contrato social para todxs y para el planeta, y una CES cada vez más fuerte.

Se aprobaron asimismo una serie de resoluciones urgentes, entre otras: en solidaridad con las víctimas del terremoto en Turquía, contra la violencia de género en Irán, por el derecho de huelga como derecho universal de los trabajadorxs.

Numerosas delegaciones cuestionaron fuertemente la decisión de la OIT de aceptar que Qatar presida la próxima Conferencia Internacional del Trabajo en junio próximo, y llamaron a rechazar ese nombramiento.

La Compañera Ester Lynch, de Irlanda fue elegida Secretaria General por el 98% de los votos emitidos.

Un número importante de dirigentes políticos, entre otros, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; Olaf Scholz, Canciller de Alemania; Gilbert F. Houngbo, nuevo Director General de la OIT; Oliver Röpke, Presidente del Comité Económico y Social Europeo (CESE); Gaby Bischoff, Vice-presidenta del Grupo de Socialistas y Demócratas del Parlamento europeo, acudieron a celebrar los 50 años de la creación de la CES, lo que es un reconocimiento a su papel de interlocutora esencial.

La CTA -T estuvo presente en el Congreso representada por la Compañera Marta Scarpato.

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