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A 20 años de la IV Cumbre de los Pueblos
NO AL ALCA - UN FRENO AL NEOLIBERALISMO
La IV Cumbre de los Pueblos de 2005 en Mar del Plata fue un encuentro histórico que reunió a miles de personas de todo el continente para luchar contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), planteado por los Estados Unidos para la región, y construir una alternativa de integración regional justa y soberana.
En noviembre de 2005, la ciudad de Mar del Plata se convirtió en el epicentro de la resistencia contra el imperialismo norteamericano y sus políticas neoliberales. La IV Cumbre de los Pueblos, también conocida como la Contracumbre, fue un espacio de encuentro y debate para trabajadorxs, campesinxs, pueblos originarios, juventudes, movimientos sociales y organizaciones sindicales, políticas y de derechos humanos.
La CTA tuvo una fuerte presencia, con delegaciones de todo el país, y dirigentes sindicales como Hugo Yasky, Hugo "Cachorro" Godoy, Víctor De Gennaro, quienes junto a figuras como Hebe de Bonafini, Nora Cortiñas, Diego Maradona, y presidentes latinoamericanos como Néstor Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva, Hugo Chávez, entre otrxs, acompañaron fuertemente el reclamo contra el acuerdo propuesto por el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.
La IV Cumbre de los Pueblos fue un llamado a la acción contra el ALCA, que buscaba imponer la dominación norteamericana en el continente y destruir las economías y culturas de nuestros pueblos. Pero también fue un espacio de construcción de alternativas, de propuestas y proyectos para una integración regional basada en la solidaridad, la cooperación y la justicia social. De allí surgieron propuestas como el ALBA, la UNASUR y la CELAC.
La Cumbre de los Pueblos no solo logró frenar el ALCA, sino que sentó las bases para una nueva forma de hacer política, una política que pone a los pueblos en el centro y no a los intereses de las corporaciones y los gobiernos depredadores.
Hoy, a 20 años de aquella histórica jornada, seguimos luchando por una Patria Grande justa, libre y soberana. Seguimos resistiendo contra el imperialismo y sus políticas neoliberales, y seguimos construyendo alternativas para un futuro que abogue por el buen vivir.
La IV Cumbre de los Pueblos de 2005 nos enseñó que la unidad y la solidaridad son la clave para el cambio. Nos enseñó que podemos hacer historia, que podemos cambiar el curso de los acontecimientos y construir un mundo más justo y equitativo.
¡Sigamos adelante, sigamos luchando por una Patria Grande para los pueblos! ¡Nuestramérica es posible!


